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Maratón 3/3

El timbre de la puerta sonó sin parar, reí ante la insistencia de mi mejor amiga, pero justo antes de levantarme a abrir me llamó.

-Linda, lo siento mucho, mamá salió y debo cuidar a la bestia, perdóname-Alargué la última palabra.

-Tranquila, esta bien, pero...

-¿Pero qué?

-No, nada, no es nada ¿Te veo mañana?

-¡Por supuesto!

-Bien, nos vemos.

Con la confusión impresa en el rostro me dirigí a abrir la puerta que no dejaba se sonar.
¿Quién diablos podría ser?
Al abrirla, debo admitirlo, me sorprendí demasiado.

-¿Jeon?-Su respiración era agitada, al parecer había estado corriendo. Su cabello estaba despeinado dándole un toque atractivo, pensaría que venía hasta aquí para terminar lo de hace rato, de no ser por que note sus ojos rojos e hinchados.
Su labio inferior temblaba cada cierto tiempo.

-¿Estás bien?

Negó repetidas veces con la cabeza.

-¿Quieres pasar?-Asintió, me hice a un lado para dejarle entrar.

Al cerrar la puerta me límite a observar cada uno de sus movimientos, eran lentos y pesados. Una de sus piernas la arrastraba y cojeaba.

-¿Qué te paso?-Sin querer la preocupación invadió mi tono de voz.
Soltó una leve risita. ¿Acaso dije algo gracioso? Se sentó lentamente en el sofá y recostó su cabeza en el descansa-brazos.

-No es nada.

-¿¡Qué no es nada!? ¡Mírate!

No es como si trajera el rostro golpeado o algo así, pero sus brazos y por lo visto, pierna si lo estaban.

-Mi padre.....-Y no dijo más, supuse lo que sucedió y no pregunte nada.
Me senté a su lado y este inmediatamente recostó su cabeza en mis piernas.

-Lamento el mal rato que te hice pasar-Susurro. Comencé a acariciar lentamente su suave cabello. ¿Cómo es que estando en estás condiciones se ponga a pensar en esas tonterías?

-Descuida, es la verdad.

-Aunque lo sea, no soy quien para juzgarte. Soy solo un nerd al cual le da miedo siquiera pensar en sexo-Rió forzosamente.-Sólo por un momento creí que lo mejor sería perder mi virginidad de una buena vez por la presión social en la que vivo diariamente. ¿Sabes? La mayoría de los chicos siempre habla sobre lo que hicieron toda la noche. No me queda más que intentar ignorarlo y pasarlo por alto, cuando en realidad a veces quisiera estar en su lugar. Y digo a veces por que no sería capaz de utilizar a una chica para eso. Divertirme, prefiero seguir virgen el resto de mi vida a jugar con los sentimientos de alguien. Y debo decirte que-Suspiro-Pensaba hacer eso contigo, así que lo siento. Lo siento mucho, no se como pude pensar de manera irracional, tan solo por el hecho de que eres una chica hermosa, demasiado, digo ¡Mírate! Todos mueren por estar contigo, algunos solo por eso, otros por algo serio pero eres perfecta a vista de los demás, incluso para mi.... Inalcanzable.... eso eres.

Podría engañarme a mi misma y decir que sus palabras no significaron nada. Que estoy completamente normal por que eh escuchado cosas como esas muchas veces, de chicos como él. Pero, simplemente no puedo hacerlo ahora. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, tenía miedo de que se diese cuenta de ello. ¿Por qué hacia esto?
Hoy mismo paso todo esto, esta locura, ¿Qué esta mal conmigo? Acaso ¿Estoy enferma del corazón? Si, eso debe ser. No hay otra explicación más que esa.

Sus mejillas estaban sonrojadas. Igual que siempre. ¿Qué tenía él que no tenía el resto?

-Yo... no se que decir..-Dije tímidamente. Por primera vez en mucho tiempo me comportaba de esta forma.

-Déjalo, no importa realmente. No es como si esto fuera a cambiar algo. También debo pedirte que olvides que debes mostrarme.... ya sabes-Y de nuevo sus mejillas se incendiaron-No tienes por que. En realidad debo agradecerte incluso por lo que hiciste en el....

-Ok, ya entendí.-Eso me hacía sentir incomoda. Demasiado a decir verdad.

-Perdona-Rió de nuevo-Bueno, eso, no es necesario que lo hagas. Yo haré todo el trabajo y pondré tu nombre. Te explicare un poco sobre el tema cada jueves para que el viernes puedas explicarle a la maestra y crea que también participas.

-No, claro que no, debo hacer algo entonces también yo.-¡Está no soy yo!-Al menos haré una parte del trabajo.

-No, así esta bien. Descuida.-Se levanto. ¿Acaso pensaba irse así?

-Que no-Dije firme.
Al parecer lo sorprendió mi reacción. Pero también a mi.

-Si no me dejarás ayudarte en el trabajo sobre sexualidad, déjame enseñarte a practicarla.

-Pero..

-Sin peros. ¿Y bien? Qué dices. ¿Aceptas o no?

Enseñame a dar placerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora