Otra vez

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Katara llego a su habitación casi a medianoche, su abuela la estaba esperando despierta y más que preocupada, se notaba emocionada por saber que paso con su nieta.

- B-buenas noches abuela Ming.- dijo Katara apenada por la tardanza, se hizo una nota mental de regañar a Zuko cuando lo vea.

Ming la vio de pies a cabeza, la ojiazul estaba irreconocible. Traia un vestido rojo con algunos detalles en dorado y su pelo estaba medio recogido. Su cara estaba levemente maquillada y ese pequeño rubor la hacia ver hermosa a la vista de cualquiera.

- Te ves preciosa, mi niña.

- ¿Como? ¿No vas a castigarme?

- ¿Castigarte? Para nada, solo si me cuentas con lujo de detalles como la pasaste con el Principe Zuko.

- Pues... -Katara sonrio.- ¡Fue estupendo!.- dijo de manera soñadora, recordando todo lo que hicieron.- Primero fuimos a un Spa en donde me reto a una guerra de lodo, lastimosamente dejamos todo el lugar sucio.- rió levente.- Después me compro este vestido aunque me negara, él estaba empeñado en comprarmelo. Luego fuimos al teatro de la Isla Ember, la obra estuvo muy divertida...

Ming noto que traia un brillante objeto en la muñeca.

- ¿Y esa pulsera?

- Ah, ¿esto?- levanto la muñeca, y puso una sonrisa nolstalgica.- Él me la dio. Dijo que si no aceptaba, romperia el trato que hicimos. Y no podia dejar que eso pasara.- acaricio la pulsera de oro que aunque era pequeña tenia un enorme valor para ella.

Ming dejo de preguntar, sabia que Katara se lo contaria en cualquier momento, y para alegrar más el ambiente se le ocurrio una idea.

- ¿Sabes? Combina perfectamente con tu collar de rubi azul.

- ¿Tu crees?.- Katara se acordo de esa cadenita de oro que nunca habia usado.

- Claro.- La mujer mayor camino hacia el pequeño armario que tenian, y de una de las cajas saco un estuche, la abrio y contemplo el objeto. Le traia recuerdos de cuando encontro a su queridisima nieta en la playa.

Se acerco a Katara y se lo puso en el cuello.

- ¿Ves?.- pregunto Ming con una gran sonrisa.

- Vaya... es verdad.- toco el collar.- pero sabes que no puedo usarlo, si me vieran con esto pensaran que lo robe.

Ming suspiro.

- Es una lastima que tan hermoso objeto no pueda ser usado por tan hermosa jovencita.- dijo finfiendo tristeza

Katara empezo a reir por las palabras de su abuela.

¿Qué haria sin el apoyo y compania de esa mujer que alegraba a cualquiera con su presencia?

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- ¿Te divertiste, Zuzu?

- Eh, algo asi.- realmente se habia divertido, sin embargo, no queria hablarlo con Azula, quiso evadirla y llegar a su habitación pero la ojiadorada no se dejaria ignorar... otra vez.

- ¡Genial!.- dijo con una sonrisa notoriamente finjida.- Porque mientras tú estabas pasandolo de maravilla, yo tuve que estar todo el día con nuestros padres para que no pregunten por tí, y encima tuve que practicar con Mai ese estupido baile para la boda ya que su prometido no estaba presente.

- Es cierto... - Zuko se golpeo la frente.- Lo olvide por completo. Te lo voy a compensar, no se comó pero lo hare.

Azula cerro los ojos satisfactoriamente y asintio.

- Bien. Me debes una, y muy pronto te la cobrare.- le dio la espalda y se fue.

Zuko la vio irse por unos segundos para después encongerse de hombros y adentrarse a su recamara.

Desde detras de una pared, se hayaba una pelinegra con los puños apretados al igual que su mandibula.
Mai escucho la conversación de los hermanos y tenia una sospecha de porque Zuko habia desaparecido en todo el día.

Solo fue este día y ya, solo fue este día y ya... Se repetia mentalmente mientras se tranquilizaba pensando que solo fue cosa de un día.

Que equivocada estaba.

En los siguientes dias, Zuko se levantaba más temprano para buscar a Katara y pasar largar horas con ella, aveces la sacaba de la casa para caminar por la playa, Ming la cubria en cada una de sus escapadas.

La ojiazul era feliz al lado del Principe de la Nación y, no queria adimitirlo pero, ya no queria separarse de él. Sabia que era muy egoista de su parte, sin embargo, se prometio que seguiria lo pactado asi que disfrutaria junto al pelinegro todo lo que pueda sin preocuparse de terceros.

Fueron tantos besos que se dieron que ya perdieron la cuenta, a veces Azula los regañaba como si fuesen niños pequeños cada vez que lo hacian diciendo que podrian descubrirlos pero no podian evitarlo. Se amaban tanto que asi se comportaban, como si fueran niños otra vez.

Por otro lado, Ozai creia que estaba viviendo un Deja vhu.
No habia visto a Zuko en casi todos los dias, y mayormente faltaba a las reuniones con el Consejo Real que estaba en la Isla Ember para hablar sobre la boda del futuro Señor del Fuego. Y cuando estaba, el ojidorado se perdia tanto en sus pensamientos que no escuchaba nada de lo que le decian. Otra vez, su primogenito andaba distraido y despreocupado de la vida. Otra vez, tendria que hablar con él.

Mientras tanto, Mai estaba que se moria. Sentia que Zuko estaba cada vez más inalcanzable, ya nisiquiera se presentaba a la hora de desayunar, almorzar o cenar. Ella creia que la estaba evitando pero de inmediato borro ese pensamiento cuando escucho a la servidumbre hablar sobre la maestra agua que tanto odiaba. Y supo que la morena tambien andaba con sus desapariciones desde que Mai ya no la molestaba.

Entonces la chica de la nobleza cayo en la cuenta de lo que sucedia.

Maldita sirvienta!. Tendre que ponerla en su lugar otra vez.

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N/A: Y tuvo que aparecer Mai para hacerles las cosas un tanto dificiles a nuestra parejita, tal vez la lleguen a odiar aun más a partir de ahora ya que sera más cruel de lo que ya es U.U

Agradezco a toda la gente que vota y comenta en mi historia, me hace tan feliz que ya estoy terminando el siguienta cap ^^ tal vez la publique antes del sabado.

~Nos leemos pronto

Destinos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora