Destinos cruzados

Una infeliz boda

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Los dias pasaban, los preparativos estaban listos, y como todos esperaban, el día de la tan ansiada boda llego. Iroh habia llegado en la mañana, su unico objetivo era ver a su sobrino y brindarle todo su apoyo, él sabia que no la estaria pasando muy bien.

- Sobrino, tranquilizate. Dentro de unas horas sera tu boda.

- Tu más que nadie sabes lo pienso de eso.- dijo secantemente mientras caminaba de un lado a otro. Ya se habia cambiado y estaba listo para la boda pero no estaba listo para casarse.- No se que hacer tío. En estos momentos quisiera que la tierra me tragara ¡o lo que sea!

- Zuko, piensa en positivo... al menos la señorita Mai es... ammm- miro al techo buscando algo que decir.- ammm... ¿educada?

- No te esfuerces tío.- le dijo Zuko frenando su caminar y mirar hacia la ventana, solo podia pensar en cierta maestra agua.- Tengo que verla.

- ¿A quién? ¿A Mai?

- ¿Qué? ¡No! A Katara...

- Falta poco para la boda ¿Estas seguro de lo que haces?

El ojidorado asintio en respuesta para después salir de su habitación. La encontraria y esta vez no dejaria que se fuera, ya se harto de que se hiciera la fuerte frente a él.

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- Te ves bien, Mai. Intenta sonreir al menos, es el día de tu boda.- menciono Lady Michi

- Solo lo hare cuando sea necesario.- respondio.

La pelinegra estaba en frente de un espejo luciendo un vestido rojo con detalles en dorado en la parte del encaje y traia una cola que no era muy larga.

- Oye, niña, pasale las flores a mi hija.

- Como ordene.- respondio la chica de ojos azules.

Cuando le entrego a Mai el ramillete de flores pudo apreciar mejor su vestido. Era tal y como lo habia soñado para el día de su boda, lastima que seria la chica de la nobleza quien lo usaria y quien se casara con el maestro fuego que tanto amaba.

- Estas estupenda, para mañana ya seras la Señora del Fuego y esposa del Gobernante de toda nuestra Nación. Ah, y no olvidemos la descendencia, quiero nietos Mai, ademas....

Katara escuchaba atentamente las palabras de la mujer, fue como un balde de agua fria para ella, ya sabia lo que pasaria pero que se lo echen en cara era muy doloroso. Cuanto quisiera salir de aqui. Penso con los puños apretados.

- Los invitados ya deben estar llegando, ire a recibirlos.- hablo Lady Michi para luego salir de la habitación.

El ambiente se puso tenso entre la ojiazul y Mai. La pelinegra la observaba atraves del espejo y Katara mantenia la mirada en alto.

- Si no necesita nada más, me retiro.- hablo la morena.

Mai rió levemente.

- Ya no eres un estorbo para mi, puedes irte.

Katara agarro la perilla de la puerta y, al oir lo que dijo Mai, la sujeto con fuerza. Rapidamente salio de ahi o de lo contrario se podria desmoronar en frente de ella.

Camino por los pasillos sin mirar a donde iba, tan perdida estaba en sus pensamientos que chocó contra alguien.

- Lo siento.- se disculpo con la mirada gacha, quiso irse pero una mano fuerte no la dejaba y cuando se volteo se topó con dos orbes doradas.- ¿Que haces aqui? Deberias estar en el salón principal, esperando a tu novia.