Lo tienes todo

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- Aqui tienes Katara.- la mujer mayor la vio extrañada al ver que no le respondia y que miraba por la ventana hacia la nada.- Katara.- volvio a llamar.

- ¿Eh?.- Katara volvio en si.- Lo siento, gracias.- agarro la bandeja con te de Ginseng que su abuela preparo para Lady Ursa.

- Estas muy distraida ¿Qué sucede?

- No es nada Abuela Ming.- Sonrio para persuadirla y dirigirse a la salida de la cocina.

- Espera.

La ojiazul se detuvo en seco y volvio la cabeza.

- ¿Si?

- Dale estos pastelillos a Lady Ursa.- los puso en la bandeja.- Quedaron de ayer y estoy segura que le gustara saber que los hizo su propio hijo. - su sonrisa se ensancho al ver el pequeño rubor en las mejillas de su nieta.

Katara recordo el momento cuando, junto con Zuko, se dispusieron a preparar los dichosos pastelillo. La cocina no quedo en las mejores condiciones y claro, algunos pastelillos salieron quemados pero al final pudieron hacerlos.
El Tio Iroh los felicito por el exquisito manjar, incluso Azula se sorpredio cuando le invitaron unos cuantos.
La morena aun recordaba lo que le dijo su amiga.

Flashback de Katara

- Me alegra verlos juntos, es bueno ver al viejo Zuko.

- ¿Que?- Katara no comprendia a que se referia con eso

- Si no lo has notado, el humor de Zuko esta cambiando y eso es gracias a ti.- Rio un poco.- En cualquier momento te recordara.

Katara se tenso y nego con la cabaza y las manos.

- No, mi intención no es que recuerde.- contesto con nerviosismo en su voz.

- Claaaro.- Azula cerro los ojos y se llevo un pastelillo a la boca para luego hacer un gesto de desagrado.- Este estaba quemado por dentro

Fin del Flashback.

Katara salio de la cocina, rumbo a al jardin favorito de Lady Ursa.

Pov de Katara

¿Y si tal vez lo estoy haciendo? Creo que, inconcientemente, quiero que Zuko me recuerde. Dije que ya no me meteria en su vida, sin embargo, siempre acabo acercandome a él.

¡Tonto corazón! ¿Por qué te empeñas en lastimarme? Se muy bien cual es mi lugar pero cada vez que él esta cerca de mi pierdo la razón.

Necesito pensar bien las cosas, la Abuela Ming me dijo que lo correcto es lo que me hace feliz pero... mi felicidad podria arruinar la vida de Zuko, ahora es cuando debo hacerme a un lado.

Es lo mejor.

Suspiro cansadamente por la batalla mental que tenia. No me di cuenta en que momento llegue al jardin pero ahi estaba.
Veo a la madre de Zuko sentada en una silla y leyendo un libro.

- Buenos tardes Lady Ursa, le traje la merienda.- le dejo la bandeja en la mesa que estaba a su costado y hago una reverencia.

- Buenos tardes Katara, por favor solo llamame Ursa

- ¿Eh? N-no podria señora, usted es alguien muy importante y no me gustaria faltarle el respeto, yo...- deje de hablar al escuchar delicadas risas.

Era la primera vez que veia a Lady Ursa reir, su risa era algo contagiosa que no pude evitar reirme tambien.

- Ay Katara, eres un encanto, ahora veo como conseguiste enamorar a mi hijo.

Dejo de reirme al oir claramente lo que dijo.
Empeze a sudar frio y no podia parpadear, me quede como estatua.

Destinos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora