"Estare bien"

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Muchos barcos llegaban a los puertos de la capital, gente de todas las regiones venian a la ceremonia de union. Ese dia se proclamaria a los nuevos soberanos de la Nacion del fuego.
En la entrada del palacio habian sirvientes que recibian a los invitados que llegaban en palanquines.

Un palanquin de tonos verdes llego y de el bajaron dos elegantes chicas.

- Toph, no creo que funcione.- hablo la castaña tapando la mitad de su rostro con un abanico.

- Shh, actua segura, recuerda que somos de la nobleza.- dijo no muy animada.

Ambas chicas llevaban vestidos de seda, con flores bordadas y el pelo recogido. El ligero maquillaje las hacia irreconocibles.

- Buenos dias señoritas, ¿podrian darme sus invitaciones?.

- ¿Disculpa? Soy Toph Bei Fong, supongo que eso es más que suficiente para dejarme pasar.

- Lo siento pero...

- ¿Que no ves esta tarjeta dorada?- extendio la tarjeta pero en la dirección equivocada.

- Ahh...- el sirviente miro a Suki y ella solo se limito a encogerse de hombros.- Claro que le creo señorita, puede pasar.

- Ya era hora.- dijo empezando a caminar junto con Suki.

- ¿Quiere que la llevemos a la mesa de sus padres? Ellos llegaron mucho antes.

La pelinegra se detuvo en seco al oir eso. Tomo aire y exalo tranquilamente.

- No hace falta, mi acompañante los encontrara por mi.- respondio refiriendose a Suki.

Ambas chicas entraron al palacio en direccion al salon.

- Toph... ¿estas bien?

- Si, estare bien.- dijo no muy segura lo cual la castaña noto.- Hay que apresurarnos y hacer un plan, no podemos interrumpir asi nada más.

- Tienes razón, sabes, estaba pensando en que tal vez podriamos...

- ¡Es Sokka!- exclamo Toph de repente.

- ¿Eh? ¿En donde? No lo veo.- Suki observo a su alrededor pero no habia rastro de él.

Se delanto un poco entre los invitados que ingresaban por la gran puerta del salón, dejando a Toph atras. Decir que estaba emocionada por verlo otra vez era poco, habia mucho debia contarle.

- Creo que no debi abrir mi bocota.- se lamento la Maestra Tierra al sentir otra presencia.

A la guerrera Kyoshi le parecio ver alguien de cabellos chocolates y piel morena, esperaba no estar confundiendose con tantas personas pero mientras más se acercaba más lo reconocia.

- ¡Sokka!- grito con alegria, sin embargo no la vio y se volteo.

Suki apresuro el paso para alcanzarlo ya que al parecer no la escucho, y al acercarse su semblante cambio drasticamente.

El ojiazul estaba charlando con unos hombres mayores pero que parecian gente de gran prestigio. Lo que más llamaba la atención era su hermosa y peculiar acompañante.

Una chica de pelo azabache, piel canela y ojos azules sujetaba el brazo del joven Principe.
Ambos parecian la pareja perfecta, o eso fue lo que llegaba a escuchar Suki entre los susurros de muchas damiselas de la nobleza. 
De pronto, sus ganas de verlo se esfumaron, sólo quería desaparecer de ahi cuanto antes, entonces salió corriendo del salón.

Mientras tanto el Príncipe Sokka hacía una reverencia para despedirse de los gobernadores con los que estaba hablando.

Camino junto a su compañera hasta la mesa que les correspondía pero en el recorrido ninguno decía palabra alguna, hasta que la Princesa del Polo Norte se atrevió a preguntar:

Destinos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora