Ya nada se puede hacer.

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Era medio día en la Isla Ember y el Señor del Fuego y su familia se hayaban en el comedor almorzando con Lady Michi y su hija Mai. Esta vez Zuko no pudo faltar, su padre lo habia regañado por todas las veces que se habia ausentado y como el ojidorado no queria tener más problemas tuvo que obedecer. Pero bueno, al menos no estaba solo, ya que en una de las esquinas del comedor se encontraba Katara cumpliendo su trabajo de servir cuando haga falta y el pelinegro podia observarla perfectamente desde su lugar.

En frente de Zuko, estaba Mai, quien lo miraba discretamente sin perder de vista ninguno de sus movimientos, ella sabia a quien observaba tanto no hacia falta voltearse para saberlo. En su mente estaba tratando de idear algo para poder controlar al Principe de la Nación del Fuego, él la habia subestimado con anterioridad al negarse a obedecerla y ahora queria demostrarle de lo que era capaz.
¿Pero como lo haria?

- Su majestad, si me disculpa, quiero anunciarle que hoy en la tarde se innagurara una nueva Casa de Té en el centro del pueblo y me preguntaba si usted quisiera asistir.- Pregunto Lady Michi para romper con el silencio.

- Bueno, el fanatico del Té es mi hermano Iroh pero una salida no estaria mal ¿Qué opinas Urza?

- Por mi esta bien.

- ¿Y tu Azula?

- ¿Eh? Oh, lo siento padre hoy no me siento muy bien como para salir.- Respondio con una sonrisa finjida. No debi trasnocharme en esa fiesta, esto es tu culpa Jet. Penso para sus adentros, después de almorzar se iria a tomar una siesta muy larga.

- Esta bien.- Ozai dirigio su mirada a su primogenito.- Tu tendras que venir si o si.

- ¡¿Qué?!¡¿Por qué?!

- Necesitas pasar más tiempo con nosotros y tu prometida ¿Tienes algún problema con eso?

¿En serio? Él tambien esta en mi contra. Penso el ojidorado.

Al ver que Zuko no respondia nada, Mai decidio intervenir.

- No hace falta que lo obligue Señor del Fuego, estoy segura que Zuko tiene mejores cosas que hacer con alguien más. - Hablo tranquilamente y mirando la cara de sorpresa del Principe.

Katara, al oir la insinuación de Mai, se puso nerviosa ante el temor de que le cuente todo a Ozai.

- ¿A quién tienes que ver, Zuko?

El pelinegro palidecio por la pregunta de su padre y no sabia como responderle. Vio a Katara que estaba de la misma manera que él, ambos eran incapaces de decir una sola palabra, la ojiazul hizo un movimiento con las manos como insitando a ir y Zuko entendio el mensaje, no queria hacerlo pero no le quedaba de otra.

- No tengo que ver a nadie, padre.

- Bien, si ya no hay más impedimentos, saldremos después de terminar de almorzar.

La sonrisa satisfactoria de Mai no se hizo esperar, al fin las cosas le salian como ella queria.

(...)

- Zuko, puedo hablar un momento contigo.

- Eh... Claro, madre ¿Qué sucede?

- ¿Queria saber en que andas? Tu comportamiento ha cambiado mucho y te noto muy distante ¿O me equivoco?

Zuko abrio la boca para negarlo pero de inmediato la cerro para despues desviar la mirada, no podia mentirle a su madre simplemente no era incapaz de hacerle eso.

Urza sujeto el rostro de su hijo para que la mirara a la cara. Eso le dio más valor al ambarino.

- Estoy enamorado de otra persona.- finalmente solto.

La mujer se llevo una mano a la boca y una lagrima se le escapo.

- Lo siento, hijo...- solo eso pudo decir acompañado de un abrazo.- No tenia idea... de haber sabido eso creo que nunca dejaria que te comprometan con otra mujer, pero esa decición ya no me corresponde.

- Entiendo, me resigne hace tiempo, por eso estaba pasando los ultimos dias que me quedaban con la unica a la que amo.

Urza se separo un poco de su hijo.

- Eso esta mal, Zuko, si tu padre se entera...

- ... él no lo sabra. Muy pronto me casare asi que no tiene caso preocuparme por él.- Hizo una pausa.- Jamas pense que heredar el trono fuera tan complicado.

De repente, aparece un sirviente.

- Los palanquines estas listos sus majestades. Él Señor del Fuego los espera afuera.

- En un momento vamos.- respondio Urza para después volver a ver a su hijo.- Zuko, si no quieres ir yo podre persuadir a tu padre.

- No quiero causarte problemas, debo ir.- Dijo mientras empezaba a caminar hacia la salida.

Urza lo siguio pero en su interior aun se sentia culpable, eso era lo que no queria, que su hijo viviera una vida infeliz cargada de responsabilidades y que no pudiera hacer lo que realmente sentia. Pero lamentarse no solucionaria nada.

(...)

- Zuko, tu iras en un palanquin con tu prometida, asi daras una buena imagen a la gente del pueblo.

- Si, padre.- respondio seriamente tratando de ocultar su desagrado.

El ambarino subio al palanquin en donde se hayaba Mai y se sento junto a ella.

- Tomaste la decición correcta.

- ...

- No le dire nada a tu padre, después de todo solo falta una semana para la ceremonia.

- ...

- Tu silencio es musica para mis oidos, te sienta bien.

- ...

Mai lo vio de reojo para luego sonreir y centrar su vista a su casa que se hayaba un poco lejos debido a que ya habian avanzado. Gane, sucia sirvienta.

En la casa de Lady Michi estaba una maestra agua observandolo todo desde una ventana. Veia como poco a poco el chico que ocupaba su corazón se alejaba con su prometida. Le dolia saber que asi sera siempre cuando al final unan sus vidas y a ella solo le quedara el recuerdo de algo que fue imposible.

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N/A: estamos llegando al primer arco de la historia ¿Zuko se casara? O ¿Lo dejara todo por Katara? Ya casi se acerca el momento de la verdad ^^

Destinos cruzadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora