Destinos cruzados

No te perdere

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La gente gritaba y se desesperaba al no saber el por qué del cambio drastico del clima. Los truenos se hacian sonar y los rayos se veian más cerca, la marea amenazaba con crecer.

- ¡Este es el fin!

- ¡Los espiritus estan enojados!

- ¡¿Qué hicimos mal?!

- ¡Todos vamos a morir!

Fueron algunos de los gritos que se escuchaban los cuales difundieron el panico en todo el salón.

- Hakoda, ¿Qué hacemos?.- preguntó Kya al ver todo el alboroto que se armo.

- Vamos con Ozai.

(...)

En esos momentos, Zuko deberia estar feliz por la repentina interrupción de esa tormenta pero no era lo más adecuado y menos estando cerca de su padre.

- ¡No puede ser que esto pase justo en medio de la boda!.- grito Lady Michi.

- Deberia preocuparse más por nuestras vidas que de eso.- hablo Azula tajante.

- ¡Azula!.- la regaño su madre.- disculpate.

- ¡No lo hare!.

- Calmense, la tormenta pasara y esteremos bien.- Ozai trato de tranquilizar a su familia.

- ¡Señor del Fuego Ozai!

Ozai se volteo, encontrandose con el Jefe Hakoda y Lady Kya.

- No vi cuando llegaron, lamento todo este alboroto.

- No se preocupe, mientras todos estemos juntos no creo que algo malo pase.

- ¿Donde esta el tió Iroh?.- pregunto Zuko interrumpiendo la charla.

- ¡El general Iroh esta afuera!- grito Ming desde la puerta.

Todos se asomaron a las ventanas y como habia dicho la mujer mayor, el General estaba afuera bloqueando todos los rayos que se acercaban a la manción con una tecnica que aprendio de los maestros agua.

- Ese hombre es muy valiente.- lo felicito Hakoda.

- Olvide que Iroh podia hacer eso.- hablo Ozai.- Solo esperemos que pueda resistir.

El viejo General sabia que esa tormenta era extraña y por alguna razón trataba de llegar a la gran manción. Iroh intentaba concentrarse para no perder de vista a ningun rayo, el cansancio se apoderaba de él pero no se rendiria. Lo que nunca espero es que de repente dos rayos aparecieran al mismo tiempo, bloqueo uno pero el otro llego a la manción provocando una chipa en el techo para luego extenderse en fuego.

Ni una gota de lluvia cayo después de eso.

Iroh palidecio por el extraño comportamiento del clima, era como si todo hubiese sido planeado por una entidad muy poderosa. Sacudio la cabeza y al fijarse en el techo se dio cuenta que las llamás crecian más.

- ¡Pronto, salgan de ahi!

Y como si eso fuese una alarma de incendios, las personas se apresuraron a salir de ese salón por donde sea posible.

- ¡Este lugar se va a incendiar!.- grito TyLee con desesperación.

- ¡¿Que mi casa se incendia?!¡Eso no puede ser!.- gritaba Lady Michi en su lugar.

- Si quieres quedarte a ver como sucede, hazlo. Pero yo me voy de aqui.- hablo Mai metiendose entre la gente que se amontonaba en la entrada.

La mujer mayor aun permanecia estatica viendo como el fuego ingresaba al gran salon.