NO SE DESPIDIO DE MI

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Narra Michael

Mary estaba conmigo pasando el rato en la casa, comiendo palomitas y viendo películas. Entonces tocaron la puerta y ella fue a abrir.

Últimamente e pensado que cada persona que toca la puerta es Annabeth. Tengo planeado pedirle que sea mi novia esta semana, después de todo llegara mañana mismo, y yo me comportó con ella, ¿por qué ha de rechazarme?

-Michael, es para ti. -dijo Mary con su cara roja.

-¿Quien es?

-Son unos chicos, no los conozco.

Yo salí, en mi puerta habían dos chicos, fornidos, musculosos, altos, daban miedo.

Me preguntaron que si conocía a Annabeth, yo dije que si, dije que era mi novia, porque ella no me rechazaría.

-¿Tú novia? -dijo el pelinegro con una ceja levantada.

-Si, estamos saliendo desde hace un tiempo.

-¿Lo puedes confirmar? -dijo el rubio, que era muy parecido a Annabeth.

-Si, claro.

Yo saque mi teléfono y llame a Annabeth. Ella contesto.

-Hola, Anni, mira, amor, unos chicos me preguntan si eres mi novia, te los pasare.

Se lo di al pelinegro, mas que un confirmación, pareciera que lo estuviera aconsejando, luego pensé que lo regañaba, lo que era mas probable.

-Bien. -me lo devolvió ya colgado.

-¿Lo ven? ¿De donde conocen a Annabeth?

Ellos se miraron y sonrieron, no me dieron gracias, ni se despidieron de mi. Subieron a sus motocicletas y se fuero.

-¿No es hermoso? -dijo Mary.

-¿Quien?

-El rubio, me parece encantador. El pelinegro es simpático, pero los rubios son mi debilidad.

-Me preguntaron por Annabeth.

-¿Qué querían?

-No lo se, solo me preguntaron que si la conocía, yo les dije que era su novio.

-¿¡Por qué!?

-Ya lo pensé, se lo pediré mañana.

-¿¡De verdad!? -dijo emocionada.

-Si, ella me ayudo a librarme de ellos, no hay duda de que le gusto.

-¡Genial! ¡Mis mejores amigos siendo novios!

-¿Crees que le gusto?

-¡Por supuesto que si!

Esa tarde me sentía cómodo, feliz, decidido y enamorado. Nada ni nadie se interpondría entre nosotros y nuestro amor.

***

Al día siguiente, recogí a Mary y luego a Jimmi en sus casas como siempre, nos fuimos a al instituto, donde encontramos a Annabeth en el estacionamiento.

-¡Anni! -dijimos al verla.

-Hola. -dijo, pero sin mucho entusiasmo y apretando su mochila.

-Cuanta nos, ¿qué hiciste en Nueva York? -pregunto Jommi.

-No mucho, la verdad, tengo que ir a clase, les tengo que decir algo importante en la hora del almuerzo.

Entro en el salón de álgebra como un rayo. Me puse nervioso de que se enfadara conmigo por decirle a unos extraños que era mi novia.

Una Rubia Pesadilla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora