Una rubia pesadilla

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(A/N: Leer la notiia que os daré al final del capitulo. Muy importante)

Narra Penni

Todo estaba yendo mal. Pronto mi juego se acabaría, y lo odiaba.

Había intentado un par de cosas antes de que Percy se fuera al campamento. Como aplicar poción de amor en su bebida.

¿El resultado? Se enamoró aún más de Annabeth. Luego, sus amigos del campamento resolvieron el impulso de que Percy sentía por Annabeth.

Mis padres habían notado un cambio en mi comportamiento, y me seguían insistiendo que olvidará a Percy, pero era mi amor, mi razón de existir.

La razón de mis nervios era que se acercaba el famoso Solsticio de invierno. En decir, el fin de mis planes.

Los dioses no me habían vuelto a dejar mensajes. Eso me preocupó.

Pasé las fiestas asustada, de que en cualquier momento, un dios mayor apareciera y me castigara.

Afrodita me entendería. Ella es l diosa del amor, por lo que debe saber que esto lo hago por amor.

Narra Annabeth

¿Qué es mejor que las fiestas navideñas? Pasarlas en el Campamento Mestizo.

El 24 de diciembre, me levanté, fui a la puerta y me encontré con un regalo en la puerta de mi cabaña.

No me sorprendió, Percy siempre me daba un regalo, también los demás me daban. Yo también les había dejado uno a ellos.

Cuando abrí el de Percy, me encontré con un libro, pero no uno cualquiera. Era un álbum con fotos de nosotros, y con nuestros amigos.

Yo le había dado algo parecido, sólo que era un portarretratos con una foto suya y mía.

Tuve cuidado con los regalos de la cabala de Hermes, más de una vez nos habían dado arañas de juguete.

El año nuevo fue aun mejor.

Estábamos todos en la fogata. Yo estaba recostada sobre el pecho de Percy, y él jugaba con mi cabello.

Will estaba sentado junto a Nico, y Kayla estaba con él.

Fue cuando los Stoll sacaron el muérdago. Bueno, todos los chicos tenían un muérdago.

Percy puso el muérdago sobre me cabeza y lo movió, como diciéndome que le tenía que dar el beso.

—Jacksom, sabes que no tienes que sacar eso para se te dé un beso. —le dije.

—Lo sé, pero lo quiero hacer.

Y, como es la tradición, le tomé su rostro, él me abrazó por la cintura y me dio un profundo beso.

Cuando nos separamos, nos dimos cuenta de que nuestros mitos habían estado haciendo lo mismo, menos Malcolm y Kayla, quienes se veían incómodos.

—Iye... -dijo Percy. —Malcolm y Kayla también deben darse un beso.

Kayla estaba junto a Malcolm, quien se puso muy pálido. Miró hacia arriba, y vio el muérdago flotando.

—¡¿Qué?! —miró a su alrededor. —¡Lou!

Lou Ellen, estaba en un rincón haciendo levitar el muérdago. Reía de forma con complicidad. Legó se escondió tras su novio, Butch.

—¡Lou! —dijo muy ruborizada Kayla.

—K-Kayla... S-si n-no quieres-s h-hacer esto... —Malcolm estaba aun más sonrojado que ella.

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