Soy bueno con los consejos

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Narra Percy

Estaba en un problema, y era uno muy cerio.

Estábamos empacando para pasar navidad en el campamento, y Annie tenía unas camisas que quería lavar, entre esas su favorita.

Yo coloqué unas cuantas comisas mías (azules) junto con las de ella. Y no fui capaz de manejar la lavadora.

Cuando salió la camisa de Annabeth, me acorraló en él cuarto de lavado y me miraba con él ceño fruncido. Sus ojos más terroríficos que nunca, y su pie haciendo él mismo movimiento que la madre de Tambor.

—Has dañado mi camiseta de "Solangelo manda, perras". —me dijo apretando los dientes.

—De nuevo, lo siento. —me disculpé. —Te mandaré a hacer otra.

—Todas en él campamento la van a tener, menos yo. —dijo. —¡¿Qué voy a decir cuando alguien me pregunte “¿Quién manda a parte de Percabeth?”?! ¡Se supone que debo decir “Mira mi camiseta”!

¿Ya dije que Annabeth shippea Solangelo casi tanto como lo hace con Percabeth?

—Voy a hacer otra, ¿cuánto te costó esa? —pregunté.

—Con una foto son $60. 

Bien, no tenía todo. Tenía que convencer a los chicos para que me ayuden a pagar la camiseta.

***

La chicas estaban en el cuarto de Piper viendo “Yo antes que ti”. Y estaba sólo con los chicos en la sala.

—Tengo $35, me harían falta $25... Cada uno me presta $5. —dije.

—¿En serio? —preguntó él rubio oxigenado.

—5 Nico, 5 tú, 5 Frank, 5 Leo y 5 Malcolm. —dije decidido.

Ellos comenzaron a resignarse.

—Annabeth estará más rabiosa que Arión, y lo podemos evitar si me dan $5 cada uno. —anuncié.

Entonces todos cambiaron de opinión. Rápidamente tenía lo que necesitaba en mis manos. 

—Bien, ahora...¿Quién me acompaña a la tienda? —pregunté.

Todos me dijeron que no, y demás. Cuando tocaron la puerta. Me acerqué a abrirla, no eran nada más y nada menos y Will, Kayla, los Stoll, Katie y Miranda.

—¿Qué hacen aquí? —pregunté.

—Bueno, yo quería ver a Nico, y los demás me acompañaron. —explicó Will.

Saludó a los demás y besó a Nico. Fue  cuando la sala se llenó de tensión.

Malcolm y Kayla se quedaron mirándose, odiándose en silencio.

—Percy... —dijo Malcolm. —Yo iré contigo a la tienda.

—Está bien. —dije.

Salimos y nos montamos en el auto. No sabía lo que mi cuñado estaba pensando, pero sabía que estaba relacionado con Kayla.

—¿Por qué te desagrada tanto? —pregunté.

—No lo sé yo... Creo que es por su personalidad, ese estilo de artista callejero. Una hija de Apolo en fin.

—Te daré la palabra que lo resume: Rebelde. —le dije.

—Exacto. Y yo soy completamente opuesto. —contestó.

—Alguna vez has oído hablar de "Los opuestos se atraen".

—Sí, la relación que traes con mi hermana es el mejor ejemplo de todos. —me contestó.

Una Rubia Pesadilla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora