NO pienso hacer eso

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Narra Percy

Ya estábamos de regreso en la escuela, por lo que se han de imaginar cómo estaba.

Todos estábamos en esa clase, menos Hazel y Nico, cuando nos llamaron a dirección. A todos.

—Hades. —murmuró Annabeth. —¿Qué hicieron?

—¿Perdón? —dijo Jason.

—Sí, tienes razón... ¿Qué hiciste, Percy?

—¡Oye! —repliqué.

—Vamos. —dijo Malcolm.

Nos habían llamado a todos, incluyendo a Hazel y Nico. Eso no pintaba bien.

Llegamos a la oficina del director, quien estaba atendiendo una llamada, y se veía desesperado.

—Tomen asiento, jóvenes.  —dijo cuando terminó.

—No hemos hecho nada. —dijo Annabeth.

—Sí, ya lo sé, es solo que los necesitó para algo. —dijo él. —Bueno, LAS necesito, no sé por qué mi secretaria los ha llamado a todos.

—Espere, espere, espere... ¿Para qué las necesitan a ellas? —pregunté.

—Bueno, mi nieta está cumpliendo 5 años y ama a las princesas Disney, y ellas son las chicas más lindas de todo el instituto, por lo que mi esposa dijo que las podíamos contratar para la fiesta y se disfrazan de las princesas.

Eso no pasaría.

—¡¿Qué?! —dijo Annabeth.

—Les pagaremos, me deben ese favor, yo les di el permiso para hacer ese viaje. —contestó el director.

Las chicas se veían dudosas, pero yo tenía otra pregunta en mente.

—¿Quién dijo que eran las más lindas? —se me adelantó Jason.

Las chicas lo miraron con mala cara.

—¡No, digo...! Ustedes sí son lindas, pero saben que solo nosotros les podemos decir así. —se excusó.

Todos miramos al director.

—Pues, el periódico estudiantil de esta semana sacó esta edición, done colocan a las diez chicas y chicos más atractivos de la escuela. Y Annabeth le quitó el primer puesto a Penni.

Eso eran tanto buenas como malas noticias.

—Hades. —murmuró.

—No solo en la más bonita, también la has superado en todas las clases, se puso muy distraída últimamente, sus notas no son las mismas y las tuyas arrasan con todos.

Conociendo a Annabeth eso no le impresionaba.

—Malcolm es el segundo. —agregó. 

Nos dijo otras cosas más sin importancia y luego nos dejó salir.

—No me vestiré de una princesa. —dijo Annabeth.

—Tranquila, discutiremos eso en la casa. —dije antes de darle un beso en la cien.

Luego llegó la encarnación del infierno.

—¡Chase!

—Hades. —dijo Annabeth en voz baja.

—¿Qué quieres, pesada? —le dijo Piper.

—¿Sabes cuando me has quitado? —le exigió Penni.

—Mira, me vale un mierda lo que te haya quitado, tengo a mis amigos y a mi novio, eso es todo lo que quiero, puedes regresar por donde viniste. —contestó Annabeth inclinándose un poco ya que Penni es baja.

Una Rubia Pesadilla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora