Decisiones que tomar

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Narra Annabeth

Habían pasado un par de días desde que nos enteramos de lo de Mary. Me sentía mal por ella, pero sólo debíamos esperar.

Estaba con Percy haciendo un pastel, pues me lo debía. Los demás estaban viendo la televisión, hablando y otras cosas. Mary estaba con nosotros sentada viendo la televisión con los chicos.

—Vate los huevos. —le dije a Percy. 

Partió tres huevos y los batió. Yo seguía leyendo la receta y sacando las demás cosas que se debían utilizar.

En poco tiempo teníamos el pastel en el horno de la cocina. Ahora era cuando Percy me pedía el favor.

—Y... ¿lo hacemos azul? —dijo como si fuera un niño pequeño.

Yo lo miré con un ceja levantada.

—No. —mentí, claro que sería azul.

—¡¿Qué?! ¡Por favor, Annie! ¡Por favor, por favor!

Luego hizo su carita de foca bebé. Tenía que ser fuerte.

—Sabes que será azul. —le prometí.

Él me abrazó muy fuerte, luego me dio un beso en la mejilla.

—Aquaman, compré Nutella, pasa la. —dijo Jason.

Percy inmediatamente abrió el refrigerador y sacó la Nutella, el tarro más grande.

—¿Desde cuando tienes eso? —preguntó Leo.

—La compré ayer, aun no la he abierto. 

—Deja me sostenerla por un minuto. —dijo Leo con la boca hecha baba.

—Tu te emocionas, te incendias, adiós Nutella, adiós sillón. —le regañó Calipso.

Nos sentamos con ellos en los sillones y comenzamos a ver televisión mientras comíamos Nutella con fresas.

—Quien haya creado la Nutella se ganó a los Elíseos. —dijo Nico.

Nunca había escuchado unas palabras tan ciertas. Seguimos comiendo un rato hasta que Jason decidió que era suficiente y la cerró.

Vimos la televisión un rato, luego, cuando el pastel estuvo listo, lo saqué del horno.

—¿Ya ponemos hacer la cobertura azul? —preguntó Percy emocionado.

Lo miré unos segundos con na ceja levantada, puse los ojos en blanco y comenzamos a hacer la cobertura azul.

Un rato después, la torta estaba de color azul, por petición de Percy.

—¿Ya la podemos comer? —preguntó emocionado.

—No, la comeremos en la noche.

Nos sentamos de nuevo con los chicos, cuando alguien tocó la puerta. Jason se levantó y la abrió.

En la puerta había un chico, mas o menos de nuestra edad, con rasgos árabes. Se veía serio, pero feliz.

—Hola, lamento interrumpir su pasatiempo, pero vengo a ver a Mary. —dijo con seriedad.

Mary se levantó del sillón y abrazó al chico, le dio un beso en la mejilla y le dijo que pasara.

—Entonces tú eres el hombre con el que quieren casar a Mary. —preguntó Nico.

—Sí, pero no aun, somos jóvenes. —dijo.

Eso incomodaba a Mary.

—Mis padres quieren que nos casemos cuando terminemos la Universidad. —dijo Mary cabizbaja.

Una Rubia Pesadilla Donde viven las historias. Descúbrelo ahora