Capítulo 14: La pizzería de Tony.

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Emma's POV

  "—They don't know that we know they know we know! —*Risas grabadas* "

  Friends, la única cosa que podía ayudarme en este viernes.

  Sí, seguro, hubieron momentos durante las horas escolares en donde pensé "Wow, éste podría llegar a ser un buen día", pero el grupo de apoyo se deshizo de ese optimismo como una serpiente se deshace de su piel: rápida y repentinamente.

  No, no culpaba al profesor Collins. Él sólo había querido ayudar, además, no podría enojarme con él. Era el único profesor de toda la escuela que realmente hacía que las clases fueran interesantes, y sabía cómo tratarnos. Sin embargo, el saber que Alex Landon estaba en problemas porque los directivos estaban enterados de todo acerca de la pelea de comida, realmente me asustaba. De seguro pensaría que yo había deschavado todo, y entonces quién sabe qué cosa ingeniosa haría esta vez para hacerme pagar por habladora.

  Pero en esos momentos no me quería preocupar por eso. Lo único en mi mente era la serie que tanto amaba y que me hacía reír a carcajadas no importaba cuántas veces la viera.

  Luego de una dosis de dos horas de Friends, tirada en mi cama calentita y cómoda, con una taza de chocolate caliente en mano y el ruido de las gotas de lluvia golpeando contra mi ventana melódicamente, cerré Netflix, agarré mi iPod junto a mis headphones, el libro que estaba apoyado en mi mesita de luz que había estado leyendo los últimos días, y me desconecté del mundo por un rato.

  No fue hasta las ocho de la noche que escuché la puerta principal abrirse y la voz de Clarisse llamándome desde abajo, lo cual me hizo volver a la realidad y cerrar el libro que tan poco me faltaba para terminar.

  —Hola, mamá —saludé al pisar el último escalón y entrar en la sala de estar.

  Ella me saludó a las apuradas y me advirtió que no tenía tiempo para hablar, ya que debía irse antes de que se hiciera muy tarde.

  La verdad es que estaba algo cansada de estar encerrada en la casa, y quería pasar un rato con mi madre, así que le dije que la acompañaría.

  Corrí escaleras arriba para buscar mi campera, mi bolso y peinarme un poco el pelo, ya que éste se enredaba fácil y quedaba hecha un nido de pájaros. Cinco minutos después estaba lista para ir quién sabe a dónde.

  Ambas nos subimos al auto y nos alejamos de la casa. Prendí la radio y la canción The Only Excpetion de Paramore sonaba mientras yo miraba por la ventana llena de gotas de lluvia que hacía que las luces se vieran distorsionadas. Me sentía como en un video musical, siendo yo la protagonista, lo cual quizá era estúpido, pero lo disfrutaba. La música siempre me hacía disfrutar del momento, por más simple que fuera.

  Cuando pasamos el supermercado que estaba a unas cuatro cuadras de casa, me giré hacia Clarisse y le pregunté a dónde íbamos.

  —Tengo que ir a buscar ropa a la tintorería antes de que cierre, a la panadería, y luego tengo que ir a buscar unos formularios al hospital que me olvidé hoy a la mañana —me contestó ella sin dejar de mirar hacia adelante.

  Paramos en un semáforo, a unas dos cuadras de la tintorería, y luego de unos segundos de silencio decidí que era el momento de disculparme por mi pequeño alboroto del teléfono. Lo hice, mirándola con ojos de perro mojado, a lo que ella me respondió con un suspiro y una media sonrisa.

  —Sigues castigada —me dijo con seriedad después de pasar con cariño su mano por mi mejilla.

  —Lo sé —respondí con un resoplido parecido a una pequeña carcajada.

El Desfile de los Corazones SilenciadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora