Gabe's POVTodo ocurrió muy rápido. El silencio que se había hecho luego de que yo pateara el balón, había sido tan hondo que hasta las gotas de sudor que resbalaban por mi sien, hacían ruido al chocar contra el suelo.
Los segundos que le siguieron a eso, es decir, los tres puntos finales, el ruido repentino que el referee sonó para indicar que el partido había terminado, y los gritos de las personas, ocurrieron para mí como si de una alucinación se tratase... ¿Era verdad que estaba pasando o sólo era mi imaginación jugándome una mala pasada?
Un gran festejo se dio en todo el campo. Todo el público bajó corriendo de las gradas a la cancha, armando semejante alboroto, en el cual personas que se habían reído de mí, y habían hecho de los cuatro años en esa escuela, un maldito infierno, ahora me aplaudían y cantaban mi nombre. Personas que jamás habían notado mi existencia, nunca les había importado, ahora se acercaban a mí como si de amigos se tratara.
Algunos compañeros del equipo, (sólo algunos), se acercaron a darme un breve y no tan simpático apretón de manos, al que yo respondí de la misma gana, y asintiendo. Si bien no era lo que se podía llamar, un acto de compañerismo persé, era algo así como un gesto de tregua por todo lo que había pasado en el partido, y todo lo que nos había gritado y regañado el entrenador Marshall.
Con el resto de los jugadores de mi mismo equipo, tan sólo festejamos por separado, evitando cruzarnos... A excepción de tres, que lo único que querían era causar una conmoción en medio de todo ese lío, para poder humillarme, otra vez. Sin embargo, el hecho de que el entrenador mismo estaba en medio de todo el festejo, que la mayoría de los padres de la escuela también estaban presentes y atentos a los jóvenes, y que cualquier cosa que hicieran o dijeran, podría ser usada en su contra, optaron simplemente por pasarme de largo, no sin antes golpear mi hombro, y dirigirse a algún lugar del cual no me interesó saber.
Keith y Jack me acompañaron en el autoexcluímiento, preguntándome si estaba bien.
Asentí algo aturdido y dirigí mi mirada hacia la tribuna, que todavía contaba con un buen porcentaje del público que no había bajado al campo de juego o se había ido.
Traté de ubicar a mi familia, pero entre toda la gente inquieta que bloqueaba mi vista, y a las felicitaciones de ambos jugadores que no estaban en toda esa movilización, ocupando una parte de mi atención, se me hizo muy difícil, y no me quedó otra más que dejar de escuchar a mi amigo y encaminarme hacia las escaleras de la tribuna, aunque ellos también me siguieron.
Quería hablar con Mikey o alguno del resto de mis amigos.
Entre toda la gente pude ubicar a John y Mónica Sanders.
Los saludé a distancia con un breve movimiento de mi mano, y luego volví mi atención a encontrar a alguna de nuestras personas más cercanas, entre tantos rostros y tanto movimiento, pero era algo muy difícil.
Luego de unos diez minutos, decidimos que sería más fácil encontrarnos a la salida de la escuela luego de ducharnos y cambiarnos.
Mientras Keith y Jack iban en busca de Kate y las demás porristas, decidí ir adelantando lo antes mencionado, y me fui a los vestuarios.
Nadie más se encontraba allí, lo cual me alivió. No quería tener que lidiar con alguno del grupo de Landon, o tener que aguantar la tensión entre alguno de los del equipo que claramente siguiera descontento por mi presencia en el partido.
Para cuando yo ya estaba poniéndome el abrigo para salir a encontrarme con alguno de los que antes había estado buscando, los demás integrantes del equipo llenaban el vestuario.
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El Desfile de los Corazones Silenciados
Genç KurguLa vida es un constante descubrimiento de nuestra persona y su lugar en el mundo. La vida no es algo estático, sino que se trata de un movimiento infinito de altos y bajos, tropiezos, caídas, y superaciones. Sin embargo, todo toma un color diferente...