Para cuando tocó el timbre que marcaba el comienzo del recreo del almuerzo, los once nos encontrábamos bloqueando el paso de la escalera, hablando de lo que habíamos logrado transmitiendo el documental en vivo.
Para ser sinceros, no nos habíamos esperado resultados en tan poco tiempo, pero fuese como fuese, habíamos avanzado gran distancia.
No faltó quién mencionara los incidentes expuestos por la directora, entre ellos, el del auto.
Nos miramos con Hiiro con complicidad, y luego, cuando Dana preguntó quién había sido la víctima de aquello, no me quedó otra más que levantar la mano con vergüenza.
Les expliqué cómo había sido la cosa, y luego pasamos a repetir lo idiotas que eran esos cavernícolas.
—Lamento que eso haya pasado —comentó Jack, negando con la cabeza, resignado.
El tema se terminó allí, y, momentos después, a pedido de varias personas que habían salido de clase, y querían pasar, nos movimos de las escaleras, encaminándonos a la salida de la escuela.
Teníamos unos días sin escuela, pero, lamentablemente, con mucha tarea, que la directora Bricks se encargaría de hacérnosla llegar.
Decidimos ir a la casa de Emma y comer algo mientras mirábamos Friends.
El resto del día fue tranquilo.
Me dio lástima no estar presente en el primer almuerzo en el que los idiotas del equipo de fútbol estaban ausentes.
Debe haber sido el almuerzo más armonioso de toda la vida de Whesthood High.
—En cuanto al tema sin explicar... —Le insinué a Jack, mientras comíamos chipá.
Los demás se mostraron curiosos con lo que respondería él.
—Pues hay un taller para el control de ira al que tuvimos que unirnos los del equipo...
He allí algo de lo que no estábamos informados.
***
El martes de la otra semana llegué a las ocho en punto a la escuela, a exigencia de mi padre, aunque las puertas no abrían hasta las ocho diez.
Si bien seguía entusiasmado con ver la película, también estaba preocupado con mantener una buena relación con el colegio, que "no nos había dado muchos problemas, y hasta nos había ayudado bastante", citando al pie de la letra las palabras de Hank.
Luego de internarnos cuatro días a hacer nada más que tarea escolar, la escuela nos había permitido regresar.
Me quedé adentro de la camioneta con la radio encendida en GoodSounds, en compañía de la canción Like a Clockwork, de Queens of the Stone Age.
Estuve así hasta que la canción terminó y la locutora del segmento de la mañana comenzaba a publicitar la tienda de música Good Sounds, perteneciente a la misma estación de radio. Entonces la apagué, saqué las llaves y bajé de la camioneta.
Ya había más gente dando vueltas por el estacionamiento, y la entrada principal.
Me senté en las escaleras de ésta y saqué el cuaderno del cómic que habíamos comenzado con Jesse.
La verdad es que era otro proyecto del cual me enorgullecía. Habíamos avanzado bastante y la historia principal ya la teníamos. Habíamos moldeado a todos los personajes en base a ella, luego de incontables intentos que fueron directo al cesto de basura, y ya habíamos planeado el primer volumen.
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El Desfile de los Corazones Silenciados
Teen FictionLa vida es un constante descubrimiento de nuestra persona y su lugar en el mundo. La vida no es algo estático, sino que se trata de un movimiento infinito de altos y bajos, tropiezos, caídas, y superaciones. Sin embargo, todo toma un color diferente...