Capítulo 22: Una Acción Vale Más Que Mil Palabras

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Emma's POV

Salí de la clase de físico-quimica y me dirigí al armario del señor Gibson para poder agarrar los suplementos de limpieza y encontrarme con Jesse, que me ayudaría a limpiar el comedor.

   Seguía sin entender por qué querría participar en tan desagradable y frustrante actividad, pero cuestionar sus acciones era como buscar la respuesta a si Hamlet tenía o no el complejo de Edipo: Sólo se podría llegar a hipótesis, porque es algo que en el texto no se encuentra, no importa cuánto se busque.

En fin. Al llegar, vi a Jesse apoyado contra la pared, esperándome, puntual... ¿Por qué no me sorprendía?

   Lo saludé y acto seguido, abrí la puerta del armario, agarrando todo lo que necesitaríamos, y entregándole al chico de camisa roja a cuadros, jeans rasgados y zapatillas converse negras, su parte. Finalmente, nos dirigimos al comedor, teniendo que pasar por el gran patio de la escuela, en donde el equipo de fútbol estaba entrenando. Por suerte no nos prestaron atención, ya que el entrenador les estaba exigiendo lo bastante como para que no se pudieran concentrar en otra cosa que no fuera deporte.

   Entramos al segundo edificio de la escuela, conectado con el primero mediante el gran patio, y subimos cuatro pisos de escalera para poder llegar a la cafetería.

   Abrimos las dos grandes y pesadas puertas de ésta y apoyamos todo lo que cargábamos, en la mesa más cercana, sentándonos alrededor de ella y recobrando el aire que los cuatro pisos nos habían quitado. Entonces, ya estábamos listos para empezar.

Jesse se puso de pie, abrió los brazos y cerró los ojos como esperando un milagro celestial, o que algún hechizo cayera sobre él.

—Muy bien Emma ¡Estoy a tus servicios, haz conmigo lo que quieras! —Exclamó manteniendo esa misma pose.

   Mis mejillas tomaron un color diferente y mi rostro adoptó una expresión de pura sorpresa.

     —¿Por qué mejor no nos concentramos en la limpieza? —Dije, ocultando lo mejor posible mi vergüenza ante tales escandalosas palabras.

   Jesse adoptó una pose normal y sonrió burlonamente.

     —¿No estábamos hablando de eso? ¿Qué clase de suciedades pasan por esa cabeza rubia tuya? —Preguntó burlándose el muy bobo.

   No es que fuera mal pensada, es que esa declaración escondía de por sí un doble sentido... ¿Verdad?

—N-No sé de qué hablas —declaré con nerviosismo, haciéndome la desentendida.

     —Vamos, Emma, relájate un poco, estamos en confianza —protestó él con algo de burla mientras me sacudía de los hombros.

   Sin embargo, ahora sí estaba del color de un tomate. Para disimular, le sonreí con la máxima tranquilidad que pude hallar en mí, me hice a un lado, agarré uno de los dos productos de limpieza en spray que habíamos traído, y se lo tiré para que lo atajara, seguido del trapo. Luego yo agarré los que eran para mí y comencé a limpiar, obteniendo una sonrisa burlona de su parte.

***

Poppy's POV

   Luego de uno de los muy pocos almuerzos padre-hija que Hank y yo teníamos, me dediqué a practicar guitarra, y sacar nuevos temas que hacía bastante quería.

   No tenía nada de malo aprovechar la tarde, después de todo estaba faltando a clase. Pero a las cinco menos diez, me decidí por saldar mi deuda con Gillies, ya que cuanto antes lo hiciera, más rápido se iría esa extraña sensación en mi estómago.

El Desfile de los Corazones SilenciadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora