Capítulo 53: ¿Por qué no se debe correr desnudo por lugares públicos?

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  Gabe's POV

Tony nos llevó a la escuela en su camioneta. Como siempre, nos dejó en la puerta de la institución. Mike y yo dejamos a las más chiquita en el edificio de jardín y primaria, que se encontraba cruzando la calle, y luego, apenas pusimos un pie en el edificio de secundaria, nos separamos.

Por más que el timbre ya había sonado, me encaminé sin apuro hasta la clase de literatura, llegando cinco minutos más tarde que el profesor Monroe.

Al entrar, me disculpé y me senté junto a Jesse. El profesor siguió hablando sobre el libro que leeríamos durante los próximos meses antes de las vacaciones de invierno, pero comencé a hablarle a mi amigo sin prestarle atención a la clase.

—¿Cómo te fue con Emma hoy? —Le pregunté en un susurro, pero mirando lo que el profesor anotaba en el pizarrón.

Jess se deslizó hasta quedar recostado en la silla y luego de cerciorarse de que el señor Monroe estuviera lo suficientemente concentrado en el tema que estaba dando, habló.

—No he hablado con ella. Hoy a las siete me mandó un mensaje diciendo que venía en bicicleta, eso es todo lo que sé —se encogió de hombros para quitarle importancia al asunto, y luego volvió a prestarle atención a la introducción de "El Gran Gatsby" de Scott Fitzgerald.

—Recién comienza el día —traté de subirle el ánimo. Él me dio un golpe amigable en el hombro agradeciendo mi esfuerzo, y luego atendimos la clase.

Los noventa minutos de literatura pasaron. Salí corriendo del aula para ir a la práctica del equipo.

Landon no volvió a tratar de entrar en una pelea con Keith, Jack o incluso conmigo, que era lo más común, en lo que fue todo el entrenamiento, pero tampoco es que tuvo muchas oportunidades para hacerlo. El entrenador Marshall nos mantenía ocupados con su silbato marcándonos y forzándonos a seguir a pesar del cansancio.

El primer partido de la temporada tendría lugar el domingo por la noche en la escuela, y el entrenador se aseguraba de que no lo olvidáramos ni por un segundo.

En mi casa tampoco dejaban que mi mente descansara. Mike estaba emocionado con el hecho de que yo "siguiera sus pasos", y sólo hablaba de lo que haríamos el domingo luego de mi primer juego.

Luego de una hora y cuarto de entrenamiento intensivo, Marshall nos dejó marchar, recordándonos la práctica de viernes de cinco y veinte a siete de la tarde.

Jess tendría que cubrirme la primer hora de trabajo...

De camino a las duchas, Alex pasó a mi lado, y chocó su hombro contra el mío. Supuse que era una amenaza, pero yo simplemente lo seguí con la mirada más seria que pude poner, hasta que se fue de allí.

—Sólo es cuestión de tiempo antes de que salte su térmica, lo sabes, ¿no?  —Habló Keith a mi lado, también esperando una de las duchas.

—Estoy contando con ello —dije con calma, aún mirando por donde el idiota se había ido.

Escuché cómo el pelirrojo caminaba a una de las duchas libres, con frustración por mi comentario.

—¿Qué le pasó? —Preguntó Jack al llegar a mi lado. Negué en silencio y entré a la próxima que se liberó.

Al salir de la ducha, con la toalla alrededor de mi cintura, fui a buscar mi ropa al casillero dónde la había dejado, pero éste estaba vacío, y no era el único.

Los dos con los que había tenido breves conversaciones antes de ducharme, se encontraban en la misma situación que yo, siendo la segunda vez para el castaño.

El Desfile de los Corazones SilenciadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora