Capítulo 28: Ejecución del Plan

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Emma's POV

-Y quieres tener un almuerzo conmigo... En la plaza... -Repitió mi primo con escepticismo.

-Bueno... Sí, en parte... -Traté de explicar, pero sabía que si le daba más información, se negaría rotundamente a presentarse en aquella reunión.

-¿Qué significa eso? -Preguntó él mientras tomaba un sorbo de su limonada.

El centro comercial Bugoir, el más grande de Whesthood, era el lugar dónde todos los adolescentes y adultos jóvenes se juntaban, en especial, los fines de semanas.

Por suerte, ese día, miércoles, no era tan terrible. Lo malo era que a mi primo le quedaban sólo veinte minutos más de descanso antes de volver a su puesto como vendedor de celulares y accesorios.

Sonreí mientras daba un mordisco a uno de los chipás que me había comprado, tratando de evitar responder esa pregunta.

Mi primo me miró con sospecha, entrecerrando los ojos y dejando de tomar de su vaso.

-Sólo, por favor almuerza conmigo mañana en esa plaza... Es una linda plaza y apuesto una pizza entera a que en estas cinco semanas que estuviste aquí, no has ido ni una vez -supliqué yo, en un penoso intento de levantar cualquier sospecha.

-Bien... -Dijo mi primo, aún desconfiando de mí, entrecerrando los ojos otra vez. Hizo una breve pausa y luego volvió a asentir -. Ok... Mañana entonces.

***

-Tengo que admitirlo, es una linda plaza. Me había olvidado de lo pacífica que es -comentó mi primo, al mismo tiempo que estirábamos la manta en el piso y nos sentábamos.

-Te lo dije -sonreí yo.

-Por fin me dices de hacer una salida de primos. Estuve a punto de secuestrarte y llevarte al bowlling... Recuerdas el bowlling ¿Cierto?

-¡Ja! ¿Cómo olvidarlo? De niños era nuestra actividad favorita de los sábados y domingos por la tarde.

-Deberíamos ir... Por los viejos tiempos.

-¿Quieres ser humillado de esa manera? ¿En serio? -Bromeé yo.

Flynn empujó mi cabeza hacia atrás, no muy bruscamente, como venganza, mientras yo me seguía riendo. Luego nos quedamos unos minutos en silencio apreciando nuestro entorno.

Era un bonito día de cielo despejado. La primavera de a poco se iba acercando, y esto se notaba en el clima. Para completar esto, había algo especial en el parque Whesthood. Era un lugar muy verde y extenso, rodeado de calles peatonales, calles en las cuales los autos tenían prohibido avanzar, evitando el barullo de ciudad.

Era el lugar perfecto para alguien que buscaba tranquilidad, pero no aislamiento. Para el aislamiento, el parque Lincoln, a las afueras de la ciudad, era el lugar perfecto.

-Realmente me alegra de haber venido a comer aquí -comentó él mientras mordía un pedazo de su sándwich de pavo, básicamente atragantándose.

-A mí también -sonreí. "Pero en menos de lo que canta un gallo te enfadarás conmigo por las verdaderas intenciones de esta salida." Hablé en mi mente.

-¿No vas a comer?

-Oh... -Miré mi bolso, en dónde traía una ensalada de papa y huevo, pero no me pareció correcto empezar sin los demás. -. Estoy esperando que me dé hambre -mentí, tratando de sonreír naturalmente, pero, a juzgar por la expresión de mi primo, no resultó serlo.

El Desfile de los Corazones SilenciadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora