Eran las nueve de la noche y el Jam & Roller había cerrado al público pero aún permanecía el personal en el establecimiento, reunidos en la pista con el teléfono móvil en la mano tratando de localizar a Luna Valente.
Desde que salió a hacer una entrega a la casa de Germán Castillo, Luna no había regresado al Roller. La pareja de patinaje que entrenaba se cansó de esperar y optaron por ir a casa. Nina, Jim, Yam y Jazmín salieron a buscarle por los alrededores pero no encontraron rastro. Simón y Ramiro fueron a su casa y ahí no estaba. No dijeron nada al respecto a sus padres, los preocuparían y antes querían estar seguros de lo que creían que ocurría.
La lluvia se hizo presente en la tarde, lo que les obligó a todos a regresar al Roller a esperar por una noticia de Luna, la cual nunca llegó.
-Yo digo que es hora de avisar a sus padres. -sugirió Gastón.
-No, la situación se pondrá peor.
-Simón, ellos tienen derecho a saberlo, nos pueden ayudar a buscarla. -comentó Delfi exasperada.
-Confíen en mi. Mónica y Miguel no la están pasando bien con Luna, esto los alterará. -explicó Simón.
-Entonces demos aviso a la policía. -Opinó Jazmín.
-Es lo mejor. -secundó Nina mordiéndose el labio. Gastón le abrazó, se veía muy angustiada.
De repente se escuchó un portazo. Todos los chicos se asustaron y corrieron a ver qué sucedía. Ahí en la entrada del Roller estaba Luna, tenía un aspecto horrible, como si fuese un Zombie. Alzó la cara y al ver a Simón se le arrojó a los brazos llorando desconsoladamente.
-¿Luna estás bien? -preguntó asustado- Luna dime qué pasó, ¿Por qué no contestabas el teléfono? ¿Dónde estabas? -Simón tomó el rostro de Luna entre sus manos escaneándolo para encontrar alguna respuesta.
Luna se privó del llanto, estaba en Shock. Movía las manos enérgicamente, estaba en una lucha por querer expresar lo que había vivido, pero aquella tortura era más fuerte que sus ganas de gritar que había visto a Matteo.
-Tiene una crisis. -dijo Nina con la voz quebrada. Se acercó a Luna y le sujetó las manos para tranquilizarla. Su amiga seguía ahogándose en sus lagrimas.
La puerta se abrió. Ámbar entró abrigada con una chaqueta impermeable. Caminó hasta Luna, la giró hacia ella y le profirió una bofetada que hasta la mejilla le dejó marcada.
-¡Ámbar! -gritaron todos al unísono claramente molestos y confundidos.
-¡Sólo así iba a reaccionar! -la rubia señaló a Luna que inhaló profundamente, como si hubiera estado mucho tiempo bajo el agua aguantando la respiración.
-Luna, por favor dime qué te pasa, me estás asustando. -le rogó Simón.
-Matteo... Mi Matteo sigue vivo, Simón... Yo lo vi, es él, está vivo, yo lo conozco y es él. Está vivo pero no sabe quien soy, no me conoce... Federico, dice que es Federico pero es mi Matteo, es él. Simón... Ayúdame a regresar, es mi Matteo. -los ojos se le salían de órbita. Zarandeó una y otra vez el brazo de su amigo a la par que explicaba lo que pasó.
-¡POR FAVOR LUNA TRANQUILÍZATE! -ordenó Ámbar.
-¡Oye no te voy a permitir que le grites! -le reclamó Simón- estás viendo cómo está y tú te atreves a hablarle así.
-Chicos, ya, tranquilos. -Pedro intervino- Simón es mejor llamar a los padres, ellos sabrán qué hacer.
-¡No entiendes! ¡No le tienen paciencia! ¡NADIE LE TIENE PACIENCIA! -abrazó a Luna- nadie es tan valiente para ponerse en su lugar. No es tan fácil lidiar con lo que está pasando y únicamente le dan palabras de aliento que son totalmente vacías porque no sienten lo mismo que siente Luna.
Jim comenzó a llorar.
-¿Escuchaste lo que dijo? -le preguntó Simón a Pedro- acaba de ver a Matteo.
-Simón, sabes perfectamente que Luna cree verlo en todos lados. -comentó Gastón con nerviosismo.
-¿Y eso es un pecado o qué?
-No, me refiero que hoy pudo ser uno de esos tantos días. Luna ha tenido mucho estrés por la competencia y recuerda como estaba cuando ella iba a concursar hace un año.
-Luna sabe diferenciar entre una ilusión y la realidad, Gastón. Y no creo que se deba al estrés. -dijo Nina acariciando la espalda de su novio.
-Juro que le vi. -musitó Luna- un auto me iba a atropellar pero él me salvó.
-Esto es demasiado -se quejó Ambar.
-Nadie te invito ni te está pidiendo quedarte -escupió Simón.
-Por si no lo sabias yo traje a Luna hasta acá.
-Muchas gracias Ámbar. Ya puedes irte. -Simón la miró con enojo.
-No Ámbar, dinos cómo la encontraste. -pidió saber Pedro.
-Fui yo quien por poco la arrolla con el auto. Luna no miente, el chico era idéntico a Matteo. Dije que era demasiado porque si para mi fue una sorpresa, para Luna fue inexplicable.
-¿Estás segura?
-Completamente Delfi.
-¿Y qué hiciste? -preguntó Yam.
-Cuando el muchacho se fue y Luna se quedó gritando su nombre me estacioné. La subí al auto y la llevé a su casa.
-Es imposible, Simón y yo fuimos allá.
-Pero el tiempo que estuvimos ahí fue equivalente a lo que tenía que hacer de camino de regreso ¿No Ramiro?
-¿Qué hicieron Miguel y Mónica? -preguntó Simón.
-Me duele decir esto pero la tomaron de a loca y no creyeron en mi palabra, lo que yo había visto. Ellos ya no son los que conocía y los compadezco, no ha de ser fácil convencer a alguien sobre una pérdida. -Ámbar guardó silencio, se secó una lagrima que recorrió su mejilla sin darse cuenta- Así que la llevé conmigo a la mansión Benson.
-Ámbar sabes que Luna no puede entrar ahí.
-Pues yo logré que lo hiciera, Simón.
-Matteo... -pronunció Luna.
-Ella me pidió verte, Simón... Y aquí está. -Ámbar señaló a Luna con pesar.
-Aquí estoy pequeña, no te preocupes que yo siempre te voy a cuidar – dijo Simón muy bajito, únicamente audible para Luna.
-¿Entonces Matteo sigue vivo? -se atrevió a preguntar Pedro.
-No sé y no me preguntes. De lo único que estoy segura es que ese chico era igual a Matteo. -informó Ámbar.
Simón creyó que era mejor alejar a Luna de todo este bullicio que contenía un montón de preguntas sobre lo ocurrido. La llevó a los casilleros y se sentaron en un banco.
-¿Me estoy volviendo loca?
-Claro que no, No digas eso. -Simón la rodeó con un brazo.
-¿Por qué mis padres me ignoraron? ¿Es porque me la paso llorando todas las noches y ella no encuentran la manera de terminar con esto?
-Ni yo lo entiendo.
-Pero te juro que era él, era Matteo, yo nunca mentiría sobre algo así.
-Te creo. Y te prometo que te ayudaré a resolver todo esto. Juré que siempre te iba a cuidar y así lo haré.
Luna abrazó de nuevo a su amigo.
-¿Por qué no me enamoré de ti Simón? ¿Por qué elegí a Matteo? ¿Él estuviera vivo si tú y yo estuviésemos juntos?
-Tengo la sensación de que si tuvieras la oportunidad de regresar el tiempo y saber que esto iba a pasar, le escogerías a él porque Matteo es tu destino... Y si aun no has podido incinerar la partitura y ha aparecido alguien idéntico a él, quiere decir que esto nuca tuvo ni tendrá un final...
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Con tinta de agua clara (Soy Luna Fanfic)
FanfictionMatteo ha muerto y Luna se encuentra con una persona exactamente igual a su novio fallecido que dice llamarse Federico. CROSSOVER SOY LUNA x VIOLETTA