Capítulo 25: El tiempo se escapa entre los dedos

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Ámbar Smith había llegado desde temprano al Jam&Roller gracias a un llamado de Pedro para que revisara el informe mensual de los ingresos obtenidos.

-Hemos tenido buena racha en el mes pasado... -Pedro señaló una grafica de pastel que había impreso.

-No es suficiente. Si la pista estuviera funcionando tendríamos el triple de ganancias -la rubia mordió la punta del lápiz- sumemos el costo de afiliación, la renta de patines; si es alguien que quiere aprender a patinar, tiene qué pagar más para tener la ayuda de un instructor... También las bebidas que consuma en su tiempo de descanso...

-Es imposible, la pista está más muerta que las neuronas de Jazmín.

-¡Oye! No seas malvado, Pedro -le reclamó Ámbar entre risas.

-Ya, va en serio -dijo el chico cuando dejó de reír- será mejor decirle al dueño que convierta este lugar en un restaurante de comida rápida.

-No. Tenemos que pensar en algo para que vuelva a funcionar.

-Intentamos de todo y no resulta nada. Vienen chicos a patinar pero no duran ni una semana. Es el fin de la pista... -Pedro suspiró abatido- y hablando de Jazmín, ¿No pasó nada entre ella y Federico después de la boda? Se les veía bien juntos, incluso ella no dejaba de hablar de él y lo bien que se la pasaron bailando y riendo.

-A Federico le gustan las chicas tontas, no me cabe la menor duda.

-¿Le estás diciendo tonta a Luna? -Pedro arrugó la frente- ¿Y tonta a tu mejor amiga?

-No... Por supuesto que no. Me refiero al nuevo interés amoroso de Federico.

-¿Qué?

-Anda detrás de una chica completamente opuesta a Luna.

-¿Tan rápido se olvidó de ella, de Luna?

-Vamos, Pedro, ya pasó medio año desde que Matteo y Luna se casaron, Federico es bastante maduro, lo demostró al aceptar a su hermano y a su madre. Le costó un poco superar a Luna pero desde el lanzamiento de su disco pareció haber adquirido una nueva personalidad. Ahora que regresó de su gira promocional es un presumido, se le subió el estrellato.

-No lo culpo, es muy bueno en lo que hace... Pero dime, ¿De dónde es la chica? ¿Es una italiana? ¿Estadounidense?

-De Buenos Aires...

-¿Entonces la conozco?

-No. Estudia en la misma escuela que él... En el Studio 21, aunque creo que ya le cambiaron el nombre a Studio On Beat.

-¿Y cómo se llama ella?

-Ludmila Ferro. Jazmín cuando se enteró, no dejó de criticarle su estilo y outfits. Nunca le había escuchado tan enojada...

-¿Pero qué no Jazmín gustaba de Simón?

-Simón es mi novio y Jazmín sabe que en mis asuntos no se debe meter. Pero no vine tan temprano para hablar de Federico o Jazmín y mi novio... Ni de esa tal Ludmila. La pista, Pedro, la pista.

-Ya se nos ocurrirá algo. Tú tranquila, lo que invertiste en este mes se recuperó. Que el dueño se preocupe del resto.

Pedro dejó a Ámbar en la pista y se fue a la cocina.

-Yo soy la dueña -susurró Ámbar.

-La dueña de mi corazón -era Simón que se sentó junto a ella en las gradas- no pongas esa carita, te ves igual de bonita pero me gusta más cuando no te afliges.

-Simón ¿Qué voy a hacer? -la rubia recargó su cabeza en el hombro del chico- y estoy perdiendo personal. Nina, Gastón y Yam se fueron para no descuidar sus estudios, Delfi está a punto de hacerlo por el mismo motivo. Y quiero que regrese la Roller Band porque sé que te encantaría, pero ahora tienes más trabajo en la cafetería.

Con tinta de agua clara (Soy Luna Fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora