Capítulo 27: Oscuridad

804 72 31
                                    

N/A: Antes de empezar, escribí en mi muro que iban a llorar mucho en este cap.. tranquilas, no es verdad, sólo quise alterarlas.  PEEEROOO no estén tan tranquilas.

La habitación setenta y nueve del hospital privado Santa Cecilia de Milano estaba en penumbra gracias a las luces que escupía la ciudad cuando la noche caía. Se percibía una sola respiración cuando pasaban cerca de la habitación setenta y nueve, era lenta y pausada, aunque en realidad habían dos personas ahí dentro. El primer individuo se trataba de Matteo Bellini, un chico que había ingresado al hospital desde hace dos meses debido a un coágulo de sangre que tenía en la cabeza, muy cerca del nervio ocular, lo que le causó ceguera. El paciente no había tenido síntomas fuera de lo común que le insinuaran que algo andaba mal, simplemente un día en la universidad, mientras caminaba hacia la biblioteca, se desplomó... Cayó desmayado. Los médicos dijeron que tal vez esos dolores de cabeza y mareos que presentó luego de despertar del coma -producto de un accidente previo- fueron tomados a la ligera. El coágulo fue retirado con éxito pero no había recuperado la visión.

La otra persona en la habitación, que no se despegaba para nada del paciente, era una muchachita de aproximadamente dieciocho años, con el cabello rizado y aunque su ropa era colorida, su rostro se notaba sombrío, apagado y sin luz. Ella respondía al nombre de Luna. A la joven enfermera -que era encargada del chico- le sorprendía que la madre del paciente tuviera una posición económica tan elevada como para pagarle al hospital y recibir un trato especial con su hijo, que consistía en tener al joven Bellini en una habitación con todas las comodidades -como si no las tuviese ya pues parecía un departamento de la zona más prestigiosa de la región-, visitas a toda hora y sobre todo, permitir que esa muchachita llamada Luna durmiera en la misma cama que el paciente. La enfermera la primera vez que lo supo se sorprendió a tal punto de soltar una carcajada en señal de incredibilidad ante esa locura, porque era una locura... Por más que esos muchachos fueran novios, era exagerado su comportamiento. Era curioso que esos muchachos tuvieran una relación profunda e intensa, parecían matrimonio... ¿Pero quién en su sano juicio iba a estar casado o comprometido a esa edad? La enfermera llegó a tener sus dudas porque ambos llevaban anillos idénticos que lucían exactamente a los de matrimonio, comenzó a interesarse en el tema y quiso averiguar qué tipo de relación tenían esos dos exactamente. Lástima que Matteo, su madre y Luna se hablaban en español y no lograba entender a la perfección sus conversaciones. Intentó preguntarle distraídamente a la señora Bellini por qué esa muchachita estaba con su hijo, cuidándole con tanta devoción que incluso dormía en la misma cama que él... La señora Bellini sólo sonrío ampliamente y dejó caer una lágrima. La enfermera se quedó con la intriga y lo único que le quedó fue observarlos cada noche mientras dormían abrazados y con sumo sigilo, le subministraba más medicamentos al paciente por la intravenosa.

Aquella noche, la enfermera salió de la habitación setenta y nueve con una hoja en las manos, era su reporte que iba a entregar a los médicos para determinar si daban luz verde a la cirugía que prometía regresarle la vista al paciente. Cuando le retiraron el coágulo, tenían la esperanza que la visión regresase paulatinamente, cosa que no sucedió.

En cuanto Luna escuchó que la puerta se cerraba, dejó de fingir que dormía profundamente. Observó el rostro del chico fresa y suspiró, tenía que reunir toda la fuerza y coraje para demostrar que no estaba desbastaba por lo que le ocurría a Matteo, porque aunque este no le veía, sabia a la perfección lo que ella sentía y lo que él menos quería era que estuviera triste... Pero es que le dolía tanto que su chico fresa estuviera atravesando ese terrible momento, que a veces terminaba demostrando lo mal que se sentía y lloraba en silencio... Como en ese instante. Matteo despertó y buscó a tientas la mano de Luna.

-Tranquila -susurró él- tranquila mi niña... Me asustas ¿Qué pasa?

Luna sorbo la nariz y tragó saliva.

Con tinta de agua clara (Soy Luna Fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora