Capítulo 22: Porque te amo

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Aida, Matteo, Luna, Ámbar y Simón llegaron a Buenos Aires un veintiocho de Diciembre, se sentía extraño pues habían pasado bastante tiempo juntos los cinco que cuando Ámbar y Simón retomaron sus actividades se les veía apagados y nostálgicos. El fin de año era una buena excusa para expresar libremente su melancolía.

Matteo y Aida fueron acogidos por los Balsano en su casa de la zona que todavía les pertenecía, sin en cambio Luna ya no tenía un hogar para llegar. Lloró varias veces por Mónica y Miguel, extrañaba los viejos tiempos en los que todo marchaba bien. Luna no quería ser más una carga para Aida, menos para los Balsano y decidió aceptar la oferta de Ámbar, vivir con ella en su departamento pero Matteo no estuvo tan de acuerdo. La chica delivery le explicó que desde que él había recuperado la consciencia, no hubo un momento de privacidad entre Los Balsano, Aida y Matteo, quería alejarse por un tiempo para no ser tan imprudente y dejar que hablaran todo lo que no pudieron decir en su presencia y el chico fresa aceptó. 

El problema surgía cada  noche, Matteo y Luna se habían acostumbrado a dormir juntos, se había convertido en un vicio y la necesidad de tenerse era cada vez más desesperante. Pero cuando Luna se ponía a contemplar el anillo que Matteo le había dado, respiraba tranquila y decía que valía la pena sufrir un poco, pues en un futuro ellos iban a dormir juntos por todo el resto de sus vidas.

Desde que llegaron a Buenos Aires, Luna y Matteo no volvieron a verse, en año nuevo tuvieron una larga conversación por teléfono y nada más. Simón, Ámbar y Luna decidieron festejar en el departamento de la rubia pues los tres estaban solos, lejos de su familia.

En la segunda semana de Enero, Matteo citó a Luna al Jam&Roller...

-Dah, yo trabajo ahí, so bobo -le dijo Luna a Matteo cuando este le llamó para informarle de la cita. 

-Entonces espérame ahí.

Y sí, en el día acordado, Luna trató de vestirse lo mejor que pudo, todos sus amigos del roller estaban completamente felices y emocionados que al fin verían al Rey de la pista. Luna se echó a llorar cuando lo vio entrar con la ayuda de Aida que conducía la silla de ruedas y él llevaba un enorme ramo de rosas amarillas que le dio luego de besarle los labios. Las rosas le recordaron a las que recibió cuando se graduó del Blake y por lo tanto, se acordó de Federico, quien se las entregó... 

Tras una avalancha de abrazos por parte de sus amigos del roller, Matteo les presentó a su verdadera madre.

-¿No nos hemos visto antes? -Ramiro le sonrió coqueto a Aida y se ganó unas miradas asesinas de Yam.

-Es muy guapa -le susurró Pedro a Nico al oído y ambos adquirieron el color de los tomates que estaba lavando Delfi.

Cuando Matteo les dijo que iba a casarse con Luna, enmudecieron. Reaccionaron tarde y finalmente los felicitaron, aunque no podían ocultar su expresión de desconcierto.

-¿Cómo que te casas, hermano? -Gastón se llevó a Matteo a los casilleros, lejos de las chicas del Jam&Roller que no dejaban de ver el bonito anillo de compromiso de Luna- ¿Qué pasará con el casanova? Aún hay un montón de chicas por conocer, además eres muy joven para condenarte de esa manera.

-Estoy seguro que jamás encontraré a alguien como Luna. Yo de verdad la amo y no quiero que nada nos separe. 

-¿Hablas de tu hermano, Federico? ¿Crees que se quiera entrometer?

-No, sé que no haría algo así. Me refiero a los Valente... quieren llevarse a Luna y no lo puedo permitir, ella no quiere estar cerca de ellos y si nos casamos, no podrán hacer nada para apartarla de mi.

-¿Entonces sólo te casarás con ella por eso? -se burló Gastón- ¿No hay otra manera que no sea sacrificando tu soltería? 

-También es una forma de recompensar todo este tiempo.

Con tinta de agua clara (Soy Luna Fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora