Capítulo 12: Cuentos de princesas

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N/A: *inserte aquí voz de Karol* Nuevo capítulo, woooooooooo!!! jaja xD Muchas gracias por sus lecturas y votos, neta, me hace muy feliz. Gracias, en especial a PutahBidah, noluchi33 y melissApll que siempre me dejan comentarios guay y me motivan a seguir escribiendo. Y a quien me lee en las sombras, gracias! me gustaría saber tu opinión de esta historia. y ahora sí, a leer el cap!!! PD: está cortito, pero espero que les guste mucho.

Era una tarde espectacular, de esas en las que te apetece dar un paseo por los alrededores y disfrutar del viento que deja una caricia suave en la piel. Y el que fuese viernes lo hacía todavía mejor.

Luna Valente comenzó a tomar sus días de descanso que le daban en el Jam&Roller desde que Federico había aparecido, y ahora que había descubierto que Matteo y él eran la misma persona por medio de una prueba genética, debía aprovechar su tiempo libre para intentar que Federico recordara algo de cuando era Matteo sin que este notara sus intenciones. Aquella tarde en la que en el cielo apareció un paisaje lleno de nubes que ayudaban a que el Sol se metiera, Luna quedó de verse con Federico en el parque.

-Ven, vamos a ese banco. -Luna llevó al chico hasta allá tomándolo de la mano- ¿Por qué no tocas algo? -le pidió señalando su guitarra una vez que se sentaron.

Federico bostezó.

-¿Qué quieres que te cante? ¿Algo en específico?

-No lo sé, lo que quieras.

-¿Sabes? Hoy no tengo muchas ganas de cantar. No sé por qué traje mi guitarra. -explicó Federico.

Luna enarcó una ceja... ¿Qué tal si su subconsciente le impulsó a llevarla porque Matteo solía cantarle a Luna cuando iban a ese parque? Ella sonrió.

-Antes cuando bailaba en patines también me cansaba pero no lo quería admitir porque amaba patinar, así que te comprendo. -dijo Luna.

Ambos se quedaron en silencio observando el cielo.

-Romeo y Julieta. -susurró Federico.

Luna casi se ahoga con su propia saliva... ¿Qué diablos acababa de decir él?

-¿Te acor...? -Luna tosió, debía ser discreta y no quería soltar la palabra recuerdo o algo parecido- ¿Qué?

-Nada. De repente se me vino a la mente.

La chica se irguió y le miró atentamente. Aquel era el mismo banco donde Matteo y ella ensayaron unas líneas de Romeo y Julieta para el taller del Blake.

Luna se subió al banco, carraspeó, extendió los brazos y dijo...

-Oh Romeo, oh Romeo, ¿Dónde estás que no te veo? -miró de soslayo a Federico.

-Aquí mi bella Julieta -Federico también se subió. Se arrodilló, buscó la mano de Luna y la besó- me encanta cuando me dejas ver a la verdadera Luna, una chica divertida y espontanea.

Luna volvió a sentarse con la cabeza gacha, sintió un pinchazo en el corazón y escondió su rostro con su cabello que caía en cortinas largas. Federico le imitó, éste porque se había sonrojado.

-¿Cuál es tu historia de amor favorita? -preguntó Federico.

Luna se giró para verle... Ella había recordado algo.

El chico fresa y la chica delivery estaban sentados en su banco favorito del parque, era invierno y aunque Luna llevara cinco abrigos puestos, los dientes le castañeaban y tiritaba de pies a cabeza. Matteo, por su parte, estaba feliz de la vida sólo con una chamarra de cuero negro.

-¿Por qué quisiste venir aquí, eh? -reclamó ella- sabes que soy muy friolenta. Pudimos ir a mi casa o a la tuya... ¡Al Roller!

Matteo se quitó su bufanda tejida y se la puso a Luna, posteriormente la abrazó por los hombros.

-Cuando hace calor no me abrazas tanto como cuando hace frío.

-¿Sólo por eso? -Luna rio- es mentira, yo siempre te abrazo aunque más bien, únicamente rodeo tu cintura porque no te alcanzo. ¿Quién te mandó a ser tan alto?

-¿Y a ti tan pequeña? Si estuviéramos en un cuento, yo sería Blanco Nieves y tú mi Luna enana.

-Cállate -Luna golpeó suavemente el hombro de su novio- mejor yo soy La Bella y tú la Bestia.

-No, tú serás La Cenicienta y yo el príncipe, obviamente. Ella perdió un zapato y tú pierdes todo.

-Vale, ya deja de decir mis defectos que también tengo virtudes. Tú eres un presumido que no sabe expresar lo que siente.

-Y tu más grande virtud es que sacas lo mejor de cada persona y por ti ahora puedo saber decir lo que siento o me pasa. Por ejemplo, que te amo.

-¿Y cómo expresarías eso, chico fresa?

-Gracias por preguntarlo. -Matteo le besó.

-¿Entonces? ¿Qué personajes se adaptarían a lo que somos? ¿Qué historia de amor es tu favorita? -preguntó Luna y recargó su cabeza en el hombro de él.

-Nuestro amor no se parece a ningún otro. Seamos solamente el chico fresa y la chica delivery, Luna y Matteo... Esta historia me fascina. Además yo soy más guapo que esos príncipes.

-Presumido. -sonrió la chica y Matteo le besó la frente.

-Luna... -Federico hizo que regresara a la realidad- ¿Cuál es tu historia de amor favorita? -insistió.

A la chica delivery no le quedaron más dudas, se atrevía asegurar que Federico estaba recordando algo de Matteo.

-Esa donde el chico fresa se enamora de una niña torpe...

-¿Qué? ¿Quién es el chico frrrrresa? -Luna no pudo evitar reír, Matteo ahora tenía muy marcado el acento- ¿Qué es frrresa?

-Nada, olvídalo.

-¿Y de qué trata esa historia?

-Es una muy complicada -suspiró ella.

-¿Algún día me la contarás?

-Creo que la conoces, yo esperaré a que me la cuentes tú.

-Te quiero... Sólo quería decirlo en voz alta. -dijo Federico.

Luna se quedaba muda cada vez que Federico le decía algo similar. Quería responderle y decirle que también le quería pero sencillamente no podía, pero esa tarde, al notar que su Matteo se estaba asomando en cada momento que pasó, tuvo la necesidad de decirle que era recíproco el sentimiento, justo después de que Federico se acercara lentamente a su rostro y le diera un beso corto y tímido en la comisura de los labios.  

Con tinta de agua clara (Soy Luna Fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora