Capítulo 10: La misma persona

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-¡Contéstame Ámbar! ¡ME DIJISTE QUE HABIAS IDO A LONDRES! DEJA DE MENTIR -exigió Simón zarandeándola.

-¿Y cómo te iba a estar diciendo si odias el tema de Federico y Matteo? Es verdad todo lo que le conté a Luna. -explicó Ámbar serena- y esto es justo lo que necesito para comprobarlo.

Ámbar hizo a un lado a Simón y se acercó a Luna. Le quitó algo de su cuello.

-Un cabello de Federico -dijo Ámbar analizando la hebra que media unos cinco centímetros.

-Qué estás tramando, Smith -gruñó Simón.

-Una prueba de ADN. Luna, tú te quedaste con el casco de Matteo, te lo dejó de recuerdo. ¿Dónde está?

-En mi locker -balbuceó Luna. Sacó la llave del bolsillo de su pantalón y se la dio a la chica.

Ámbar sacó el casco y lo llevó con Luna y Simón.

-Espero que haya sufrido de caída de cabello -Ámbar le dio la hebra de Federico a Simón, metió la mano al interior del casco y la sacó sujetando un rizo pequeño- y para que dejes de atacarme, irás con nosotras a un laboratorio para hacer la prueba. Vamos.

Los tres chicos subieron al auto de Ámbar Smith y se dirigieron a un laboratorio para realizar un examen genético.

•••

Federico Pacini tocaba acordes al azar en el piano de la casa de Germán Castillo. En tres semanas no había visto a Luna y de cierta forma se sentía triste. Él nunca mintió, conoció a Luna y de repente le gustó todo de ella, sabía que dentro de esa chica triste había alguien con tanta energía y alegría que tuvo muchas ganas de conocer esa faceta y comenzó a visitarla a diario, porque cada vez que él aparecía, Luna sonreía más y a Federico le gustó esa sonrisa que iluminaba su rostro nostálgico. Quizá ella no era la belleza andante, ni la chica por la que todo mundo muere, no era hermosa, pero sí simpática y bonita.

Luna tenía razón, Federico anhelaba que Luna le quisiese por lo que era y no por recordarle a Matteo... Y por esa razón no la buscó más.

-¿Componiendo algo? -Violetta se sentó a su lado del banquito.

-No en realidad.

-¿Pasa algo? Te noto apagado.

-Desde que llegué aquí mi vida dio un giro inesperado. -comenzó a contarle Federico.

-Me pasa lo mismo. El regresar a mi país me ha traído experiencias que jamás creí vivir.

-¿Hablas de los chicos?

-Y de papá -añadió Violetta- no sé cómo decirle la verdad, no quiero verle mal pero es que la música es todo para mi. Y por otra parte están, como tú dices, los chicos.

-¿Y ahora qué?

-Es que sigo confundida. Pero no hablemos de mi, cuéntame qué es lo que te pasa.

-¿Recuerdas a la chica delivery, de la pista de patinaje? -Violetta asintió- dice que me parezco mucho a Matteo Balsano, su novio que falleció hace un año.

-Una vez me hablaste sobre eso.

Federico asintió.

-Todos sus amigos dicen que somos exageradamente parecidos, incluso llegan a confundirme con él. ¿Qué tal si existe un parentesco?

Violetta se sorprendió bastante.

-¿Co-cómo se te ocurre eso? -tartamudeó.

-No es tan ridículo. ¿Quién puede decir que no éramos algo? Tal vez éramos gemelos y nos alejaron o tal vez... Puede ser que yo sea Matteo. -Federico rio por lo bajo, sonaba tan descabellado si él lo decía.

Con tinta de agua clara (Soy Luna Fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora