Capítulo 19: No sé dejar de adorarte

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¿Qué era Federico para Luna? ¿Quién era ahora? No podía ser su mejor amigo, ese puesto lo ocupaba Simón desde que eran niños, sólo que ahora ya no charlaban tanto sobre lo que ocurría en sus mentes. Él siempre estaba ahí para ella y viceversa; ¿Federico era un simple amigo? tal vez, pero nunca se encuentra un adjetivo para alguien que fue tu novio que no sea "Ex". ¿Pero Federico entraba en la categoría de "Ex novio"? porque Luna creía que él era Matteo y Matteo resultó ser su hermano gemelo, ¿Entonces quién era Federico en su vida? Tal vez una versión de Matteo que nunca le mintió o le ocultó algo... Sí, al parecer Federico era una versión mejorada de Matteo, pero Luna seguía sin sentir un alboroto en su interior cuando él correspondió a su abrazo y se la pasó limpiando sus lágrimas sin preguntar nada, Luna debía admitir que eso le reconfortaba más, un abrazo que no insistía en saber qué ocurría para no volver a tener la misma sensación que le puso al borde del llanto y la rabia... era un abrazo que le susurraba que aquello era parte del pasado y no valía la pena mirar atrás.

Luna poco a poco logró tener paz, su mirada dejó de estar empañada y pudo apreciar mejor el lugar donde Federico la había llevado, el patio trasero de su casa, donde el color de las hojas secas contrastaba con un piano antiguo muy desgastado que estaba en un rincón.

La madre adoptiva de Federico salió para hablarle en italiano, el chico asintió y se levantó del banco donde se sentaron.

-Luna, debo irme -dijo Federico apenado.

-Entiendo. Me disculpo por venir a interrumpir tus actividades, aunque pensándolo bien no lo planeé... Pero en verdad me alegró mucho verte. Gracias por todo.

-No te preocupes.

-Vale, entonces yo me voy. Espero que volvamos a reunirnos pronto.

-Algún día, sí.

Federico y Luna rodearon la casa, afuera había un auto y un hombre ayudaba a la señora Pacini a meter unas valijas en el portaequipaje.

-¿Te vas de casa? -preguntó Luna sorprendida.

-Es temporal. Gané el concurso de talentos 21 cuando estuve en Buenos Aires, firmé con U-mix y estaré trabajando en mi música lejos de aquí. Regresaré para las navidades. Estoy agradecido de que formes parte del último recuerdo que tendré de Italia. Me hubiera gustado más sin esas lágrimas. 

-Lo siento. Estoy segura que tendrás mucho éxito, eres pariente de Vincenzo Bellini.

El chico se tensó y sonrió forzadamente. La señora Pacini dejó caer una mochila y palideció.

-Me encantaría que te quedaras, siempre estás ahí para mi cuando algo me aqueja.

-Y a mi me encantaría que eso ya no suceda, me refiero a que algo te lastime -Federico se relajó ante el cambio de conversación- Yo anhelaba tu sonrisa en el momento que bajamos del avión, suponía que estando con él  ibas a dejar de llorar, cuando no me veía nadie cerraba los ojos y te imaginaba contenta. Promete que serás feliz, te ves más guapa cuando sonríes -le pellizcó una mejilla cariñosamente.

-Y tú promete que me dejarás entrar gratis a tus conciertos.

-Ya veremos...

Luna se dio la vuelta y comenzó a caminar.

-Es hacia el otro lado -gritó el chico y Luna regresó.

-¿De verdad? Bueno, es que no recuerdo por dónde vine. Aida me dijo que vivías cerca de nosotros. 

Federico se rascó la nuca incómodo.

-Ven, te llevo -agarró de la mano a Luna, le dijo unas palabras a su madre y acompañó a la chica hasta la casa de Aida Bellini.

Con tinta de agua clara (Soy Luna Fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora