Capítulo 15: Gotas de agua, tristeza y un poquito de sal

882 88 7
                                    

Tras estar casi todo el día con Matteo a su lado sentada en un taburete, Luna tomó una siesta en una habitación que Aida le había ofrecido, al igual que a los otros tres chicos. El viaje fue agotador y su cuerpo le pedía a gritos un descanso aunque a ella le apetecía seguir junto a Matteo. 

Cuando Luna despertó se dio una ducha y recorrió toda la casa, al parecer sus amigos seguían durmiendo, terminó por sentarse en el sofá de la sala de estar y se quedó mirando algún punto de la enorme habitación. A los pocos minutos los Balsano llegaron a donde ella y también se sentaron, viendo de frente a la chica.

-Así que Flor te contó todo. -dijo la señora Balsano.

-Sí... sólo que hay algo que no entendí. -Luna se revolvió en el asiento, el señor Balsano agachó la cabeza- Flor me dijo que a ustedes les entregaron un féretro vacío, por lo tanto hubo un funeral y tuvieron que sepultar el ataúd... Y yo vine a Italia en busca de los supuestos restos de Matteo y no encontré nada. Recorrí todo el país, cada cementerio... -le tembló la voz y no pudo continuar.

-Mira Luna, cuando llegó el momento de sepultar lo que nos habían dado, le dijimos a nuestra familia que preferíamos hacerlo nosotros solos, por nuestra cuenta. Sabíamos que algo raro pasaba pues el acta de defunción resultó ser falsa. Jamás sepultamos nada... presentíamos que Matteo seguía con vida, porque en secreto abrimos el ataúd y estaba repleto de rocas. 

-Entiendo -musitó Luna -¿pero por qué no hicieron nada por buscar a Matteo si sabían que estaba vivo?

-El viejo Bellini nos amena...

-¿Por qué no me dijeron que Matteo seguía vivo? -Luna no dejó que el hombre terminara su frase- ¿Por qué no me explicaron lo que en verdad estaba sucediendo? -comenzó a llorar- ¡¿Por qué me culparon a mi de su supuesta muerte, por qué?! -se puso de pie, como si fuese impulsada por un resorte y se secó las lagrimas con coraje- ¿Para eso hay explicación? -miró suplicante al señor Balsano.

-No fue sencillo lidiar con lo que estaba pasando. -respondió el hombre.

-Pero sí fue fácil echarme la culpa, ¿eh? -Luna alzó la voz- ¿Se dan una idea de cuántas veces me gasté la boca maldiciéndome por haber invitado a Matteo a la competencia de Patinaje? NO PUDE DORMIR NI VIVIR EN PAZ TODO UN MALDITO AÑO PENSANDO QUE TUVO ESE MALDITO ACCIDENTE POR IR A VERME, QUE INCLUSO HABÍA MUERTO Y MI FAMILIA ME DIO LA ESPALDA PORQUE YO NO LO PODÍA CREER, NO HABÍA PRUEBA DE ELLO. Y CUANDO FEDERICO LLEGÓ TODO MUNDO CREYÓ QUE ME HABÍA VUELTO LOCA, LE HICIMOS UNA PRUEBA DE ADN Y DEDUCIMOS QUE ÉL Y MATTEO ERAN LA MISMA PERSONA.

¿Por qué siempre que Luna mencionaba a Federico aparecía Aida?

-Para mi Matteo no fue un simple novio y ya, para mi lo es todo, yo le amo como nunca imaginé hacerlo y sufrí mucho, mi vida ya no era nada de lo que antes era, abandoné mi sueño de ser una gran patinadora porque mi Matteo ya no estaba, y sin él era un montón de cosas menos yo. 

-Perdóname... Luna. -el señor Balsano dejó escapar unas cuantas lágrimas- pero no sabes todo lo que tuvimos que pasar nosotros, no conoces nada de eso y no me estoy escudando o evadiendo el daño que te hice, nosotros fuimos demasiado egoístas contigo, pero ese suceso fue un total impacto en nuestras vidas y creo que no existe nadie que sepa actuar correctamente cuando además estás amenazado de muerte. Perdóname, perdóname Luna.

La chica se dio la vuelta y salió de la casa dando un portazo, se sentó en una mecedora que estaba por ahí en el porche y llevó sus manos a la cabeza... Estaba furiosa y comenzaba a sentir enojo con Matteo. ¿Por qué no le había contado nada de que era adoptado y tenía un hermano gemelo? ¿Qué no tenía confianza en ella? ¡Si le hubiera dicho mínimo lo del gemelo no hubiera sufrido tantas dudas e intrigas al conocer a Federico! ¿Por qué Matteo le ocultó todo?

Aida Bellini salió a acompañar a Luna.

-Nadie te comprende realmente ¿sabes? -Luna alzó la mirada, la voz de Aida era dulce y cantarina- y no logramos entender lo que sienten los demás. Nadie es verdaderamente empático y esperamos a que lo sean, queremos que las personas sientan el mismo dolor que se almacena en nuestros corazones para hacer un poco más liviana la carga, compartir lo que nos está haciendo mal para no sentir que morimos cada vez un poco más a causa de eso que nos atormenta o nos lastima. No entendemos motivos ni explicaciones y a veces lo mejor es perdonar... sólo así se mitiga un poco ese sufrimiento. 

Aida se arrodilló frente a Luna.

-Quizá no me explico muy bien pues no sé hablar a la perfección el español, pero espero que hayas captado la esencia de lo que te quería decir. Y quiero que me perdones, por el daño que te hice directa o indirectamente todo este tiempo. Quisiera que todo el mundo comprendiera que yo sólo seguí a Matteo porque amaba tanto a mi bebé que me dolió mucho que me lo arrebataran... yo fui la culpable de todo esto ¿Pero sabes? Si aquel día, en el parque, cuando decidí llevar a mis pequeñitos a dar un paseo no me los hubieran quitado, Matteo jamás te hubiera conocido, a ti que tanto te ama.

Luna arrugó la frente y ladeó la cabeza.

-Usted estaba frente a la casa de Matteo en un auto rojo cuando fue nuestro primer aniversario... Estaba lloviendo, era usted. -dijo Luna atropelladamente- pero Flor nos contó que usted se regresó a Italia cuando Matteo entró al Blake.

-En realidad me fui cuando vi que mi hijo era realmente feliz... contigo.

-Pero no me contó nada de lo que sucedió antes del accidente, y si lo hubiera hecho...

-Lo más probable es que no tuvo tiempo para decírtelo, tenía miedo de mi padre, Luna... y si no fuera por mi, él nunca hubiera amenazado a los Balsano. -Aida comenzó a llorar. Luna le abrazó, le partía el alma ver un rostro tan bonito y joven lleno de tristeza y amargura. 

Luna ayudó a Aida a incorporarse.

-Lo siento mucho, yo... yo solo soy una niña torpe.

-No digas eso, eres valiente, fuerte. Para la edad que tienes me sorprende tu manera de actuar y pensar. ¿Y sabes qué, Luna? Perdonemos, aceptemos que hubo una tempestad y ahora hay que luchar por quitarnos estas ataduras, estas lágrimas que han sido nuestra condena. Ahora que pareció que el Sol por fin salió para nosotros, luchemos para no volver a caer en las garras del dolor. Confía en mi, reescribiremos esta historia con tinta de agua clara...

Con tinta de agua clara (Soy Luna Fanfic) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora