21|PARA QUE TE CALLES
David
Llevo más de una media hora en el aparcamiento de su bloque, sentado en el coche esperando a que ella aparezca. En esta más de media hora he estado dándole vueltas sin parar a lo que me dijo por última vez antes de que desapareciese. No sé nada de ella desde que se marchó. Lo único que sé es que me dijo que no la siguiese, que no la buscase, que no volviese a acercarme a ella... Sus palabras me dolieron, me hirieron, me hicieron sentir mal... No sé cómo definiría el cómo me sentí en ese momento, pero está claro que bien no es la respuesta correcta. Me martirizo sin parar recordando lo que pasó hace apenas unos minutos en el Skatepark. No debería de haberme girado hacia él, Alex me lo advirtió. Debería haberle hecho caso. Debería haberla seguido y no haber dejado que su ex me provocase tal y como lo hizo. Eso es lo que él deseaba, provocarme para que Alex se enfadase conmigo. Recordar lo que pasó me enfurece, tanto que golpeo con el puño cerrado el volante de mi coche, provocando que suene el claxon de este.
No voy a irme de aquí hasta que sepa que ella está bien.
Sigo por un buen rato sentado esperando su llegada, pero tras ver que ella no aparece y tras debatir por un buen rato con mi cabeza el hecho de subir a su apartamento, me decido por bajar del coche e ir. Una vez que salgo de su interior y hecho el seguro, camino a paso ligero hacia el bloque de apartamentos y llamo al telefonillo del séptimo A. Enseguida una voz femenina suena tras el auricular.
—¿Quién es? —preguntan.
—Eh... Soy David, un amigo de Alex o algo parecido... —me presento—. ¿Ella ha llegado ya?
—No —dice—. Lo único que sé es que se fue hace un buen rato con Gonzalo hacia el Hospital, al parecer le dolía la muñeca después de haberse caído con el skate.
Alex está en el Hospital. Seguro que se hizo daño en la muñeca cuando cayó al suelo tras ser empujada, y todo por mi culpa. Siempre es por mi culpa.
—¿Oye sigues ahí? —pregunta tratando de captar mi atención—. ¿Quieres que le diga algo de tu parte? —cuestiona amablemente.
—No gracias, adiós —me despido con brusquedad.
Camino de vuelta a los aparcamientos y monto en mi vehículo. No pienso irme de aquí hasta que la vea. Me cruzo de brazos, y después de que pasen diez minutos comienzo a desesperarme, ¿por qué no aparece? Algo en el asiento de al lado capta mi atención, ese algo es el skate. Sujeto el mismo con una mano y con rapidez salgo del coche, no sin antes coger la protección que necesito. Este podría ser un buen remedio para que el tiempo pase más rápido, además tengo que demostrarle a Alex que además de que me preocupo por ella, también he aprendido a patinar. Tengo que conseguir sea como sea montar en este cacharro y ganar nuestra apuesta.
Al cabo de cinco minutos, y una vez que vuelvo a parecer el muñequito Michelin comienzo a "patinar", o al menos hago el intento. En esos cinco minutos ya me he caído más de un millón de veces y me he dado cuenta de que patinar nunca será lo mío. Pensé que esto de montar en skate sería muchísimo más fácil. Está claro que la apuesta que hicimos la ha ganado ella, si es que esta sigue en pie después de todo. Doy un largo suspiro y lo intento de nuevo. Dejo el skate sobre tierra firme, coloco un pie, luego el otro y trato de mantener el equilibrio. El primer paso siempre me sale, pero ahora es cuando llega lo complicado. Con un pie aún sobre la tabla, y con el otro sobre el suelo, trato de echar a rodar el skate. Me impulso despacito con el pie que mantengo en el suelo y cuando lo consigo vuelvo a colocar encima el pie con el que me he impulsado. El skate echa a rodar conmigo encima, y esta vez lo consigo. Esta vez no me caigo como las veces anteriores. Sonrío al conseguirlo después del millón de veces que ya llevaba y vuelvo a impulsarme una vez más. Repito el procedimiento anterior y disfruto de esta sensación. Lo he conseguido. Alex debería estar aquí para verlo.
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La primera vez con mi peor enemiga.©
Teen FictionSegunda parte de la serie «Destino» Se puede leer sin leer la primera parte, pero si tienes pensado leerla NO LEAS esta, te hará todo el spoiler del mundo. ~•~ Un corazón hecho trizas es difícil de volver a arreglar. Las piezas esparcidas no encaja...