David
Cojo la última maleta, la cargo en el coche y listo. Hoy abandono el hogar en el que he vivido durante nueve meses estos dos últimos años. Soy el último que queda por marcharse. Elena fue la primera en tomar partida, abandonó el apartamento en cuanto encontró otro en el que alojarse para seguir con su trabajo. El segundo en marcharse fue Ricky, quien por cierto se marchó días antes de finalizar el contrato sin despedirse, y tampoco hemos logrado contactar con él. Y Yoel fue el tercero en hacerlo, se fue después de que hablásemos a solas. Ahora la relación de él y de Elena está en el aire. No han roto definitivamente, pero Elena tampoco quiere estar a su lado. Al menos no por ahora... Supongo que están en una especie de tiempo muerto. Ya no tengo nada más que cargar. Miro con nostalgia el bloque de apartamentos mientras me subo al coche y arranco el motor para adentrarme a continuación en la ciudad conduciendo con precaución mientras que voy tarareando cada canción que se suena en el reproductor, hasta que una llamada entrante en el manos libre me interrumpe. Se trata de mamá, quien nada más descolgar me riñe por no avisarle de que ya he salido del apartamento diciéndome que estaba preocupada. La tranquilizo haciéndole saber que ya voy de camino a casa, y le digo que no me distraiga mientras estoy en la carretera, que pronto nos veremos y cuelga. El tráfico de hoy es desesperante, y aún más cuando me adentro en el centro de la ciudad. Semáforos, mil coches, peatones y mil interrupciones más se cruzan en mi camino. Tamborileo con mis dedos sobre el volante mientras espero que el semáforo cambie de rojo a verde y miro al frente, viendo un gran bloque de apartamentos bastante conocido. El bloque de Alex. Los recuerdos se apoderan de mí. Le envíe varios mensajes después de un mes sin poder parar de pensar en ella. Ese día lo pasé pegado a la pantalla del teléfono móvil esperando alguna respuesta de su parte. Vi como escribía, y como dejaba de escribir para volver a desconectarse. Hizo lo mismo un par de veces, pero nunca recibí nada. Simplemente leyó mis mensajes, y supongo que dedujo que con ese "Hasta siempre" no quería volver a saber nada más de ella.
Cuando soy consciente de lo que estoy haciendo veo que estoy conduciendo en dirección a su apartamento, y cuando encuentro la ocasión aprovecho para estacionar. Puede que sea un poco masoquista por mi parte volver aquí. Sé que los recuerdos me darán una bofetada enorme cuando vuelva a su apartamento, pero no puedo negar que aún la sigo queriendo y que estoy deseando volver a verla aunque tan solo sea de lejos. Solo necesito saber que está bien, nada más. Quiero que todo quede arreglado entre nosotros y quedarme con los buenos momentos. Nada de rencores. Me bajo del coche, camino hacia allí y no me hace falta llamar al portal para que me abran, ya que Gonzalo sale con una bolsa de equipaje colgada sobre su hombro.
—¿Gonzalo? —le pregunto cuando pasa de largo.
Se nota que va con prisas y que ni tan siquiera se ha dado cuenta de que yo estoy aquí.
—¿David? —pregunta confuso abriendo mucho los ojos—. Perdona no te había visto —se disculpa escondiendo el equipaje que lleva sobre el hombro detrás de él.
Le dedico una sonrisa forzada.
—Sabes si... ¿Está Alex? —le pregunto directo.
Gonzalo mira de un lado hacia otro hasta que finalmente vuelve a mirarme a mí.
—Alex no está.
Chasqueo la lengua maldiciendo.
—¿Sabes a qué hora volverá?
—Alex no va a volver —contesta.
—¿Ha abandonado ya el apartamento?
Él asiente con la cabeza.
—Lo siento David, pero me tengo que ir. Nos vemos tío —se despide dándome una palmada en la espalda.
Mientras tanto yo levanto la mano y la sacudo de un lado a otro en forma de despedida. Al quedarme mirando fijamente la bolsa de equipaje que lleva a cuestas, veo una pequeña etiquetita en la que pone algo, y ese algo no es su nombre. Nada más y nada menos ese nombre resulta ser: Alexandra Escudero Martínez.
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La primera vez con mi peor enemiga.©
Teen FictionSegunda parte de la serie «Destino» Se puede leer sin leer la primera parte, pero si tienes pensado leerla NO LEAS esta, te hará todo el spoiler del mundo. ~•~ Un corazón hecho trizas es difícil de volver a arreglar. Las piezas esparcidas no encaja...