Capítulo Diecinueve

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Decimonovena Noche.

Las semanas pasaron lentas y monótonas, gracias a Axel habías conseguido salir un poco del trauma que te causó la muerte de tu madre. Sin embargo, no podías evitar derramar lágrimas por ello cada vez que lo recordabas. Los problemas se te acumulaban como lagunas en la mente, la tensión en ti aumentó tanto que los tics nerviosos volvieron, acompañados de ataques de ansiedad que te solían dar cuando hacías un pequeño análisis de lo que había pasado en tan solo medio año. 

Sabías que Jane se había pasado de la ralla al eliminar de tu vida a tu madre, no comprendías el por qué lo hizo, pero un sentimiento se formaba en tu estómago cada vez que recordabas que la muerte de tu madre había sido solo culpa de ella. El sentimiento del odio y el deseo de venganza, mas no tenías nada que hacer frete a ella, pues estaba claro quien era más fuerte. 

Te sentaste en la mesa de la cocina con un baso de leche con cacao caliente. Estabas frustrada, ya que esperabas buscar una solución a todo esto cuanto antes, no soportabas vivir de esa forma. 

-Buenos días- Te saludó Axel entrando a la cocina para prepararse su típico café descafeinado. 

-Hola- Respondiste seca. Axel se dio media vuelta para mirarte. Tus condiciones eran mejores que cuando llegaste a su casa: ya no estabas tan delgada, las ojeras se notaban menos y, dado que tomabas una ducha cada día, tu pelo se veía muy lindo y cuidado. 

-¿Tampoco has dormido bien esta noche?- Te preguntó preocupado, negaste lentamente para luego bostezar. Axel se acercó a ti y te retiró el flequillo de la frente echando esta un poco hacia atrás para que le miraras directamente a los ojos. 

-No te preocupes, yo estoy aquí para ayudarte, ¿bien?- Asentiste, pero la preocupación no se iría tan fácilmente, no hasta que por lo menos lograras cobrar tu venganza. 

Una sensación reconfortante inundó tu cuerpo de golpe, para cuando te diste cuenta, Axel había besado tiernamente tu frente, esperando que por lo menos eso llegara a calmarte aunque fuera un poco. Así fue como, por unos instantes, tu cuerpo entero se relajó y un calor agradable te llenó, te sentías protegida, pero no podías evitar tener una mala sensación en el estómago que te resultaba difícil de tragar. 

La noche cayó pronto, apenas hiciste nada en todo el día, ya que no querías salir a la calle por miedo a que los medios de comunicación te asaltaran con preguntas incómodas en medio de la calle. 

Le diste las buenas noches a Axel como de costumbre y con cansancio te dirigiste a su habitación. Ni siquiera te quitaste la ropa, simplemente te dejaste caer sobre la cama y cerraste los ojos dejando que el sueño te invadiera. 

¡Plam!

Despiertas de golpe.

¿Qué ha sido eso? ¿Ha sonado en el salón?

La casa no es demasiado grande, por lo que no te resultaba muy difícil escuchar lo que pasaba. 

La tensión volvió a invadir tu cuerpo cuando escuchaste a Axel, para luego un enorme ruido que te hizo estremecer. La sangre se te heló al escuchar una risa que no era de Axel. 

Empezaste a escuchar pasos. 

Vienen hacia ti.

Sin pensarlo dos veces te levantaste rápidamente de la cama y te apresuraste a correr en dirección a la cocina para coger un cuchillo de cocina grande, el primero que viste encima de la encimera. Escuchaste los pasos detenerse en la habitación, de modo que aprovechaste para ir al salón y despertar a Axel para salir corriendo del sitio o que por lo menos él pidiera refuerzos. 

Tus ojos soltaron lágrimas al ver que el sofá en el que él dormía estaba lleno de un líquido oscuro que te resultaba difícil de ver, al acercarte más, tus pies descalzos notaron el líquido en la moqueta, y tus fosas basales un olor a óxido que te resultaba difícil de oler.

Oíste tu nombre pronunciarse en el pasillo, donde la habitación de Axel.

No quisiste quedarte más allí, sentías la presencia del intruso acercarse, de modo que decidiste salir corriendo para salir con vida, mas tus pies resbalaron con el líquido que había en el suelo y caíste boca abajo sobre tus brazos.

-¡¡Ja, ja, ja!- Esa risa te resultó familiar -¡¡Que linda! ¡Adoro verte asustada...! Me excita...

La luz se encendió de repente, entonces te diste la vuelta y te aterrorizaste al ver quien estaba parado frente a ti

Painted Smile (Jeff The Killer Y Tú)©»Terminada«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora