Capítulo Dos

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Segunda visita.

Abirste los ojos.

¿Has oído algo? ¿Un ruido? ¿Qué? Sea lo que sea, era la razón por la que despertaste.

Te levantaste pensando que era por el calor, te diste la vuelta para abrir la ventana, pero, para tu sorpresa ya estaba abierta.

¿Qué raro? ¿Recuerdas haberlo hecho?

Claro que no...

Tu corazón empezó a golpear tu pecho, y para calmarte decidirse bajar a por un baso de agua.

Descalza, te apresuraste a bajar las escaleras y llegar a la cocina. Cogiste un baso de cristal y lo llenaste con agua. Empezaste a beber despacio, cuando, en el piso de arriba, te pareció escuchar pasos.

¿Es mamá?

No.

Con el baso aún en la mano, decidiste subir lentamente las escaleras para ver quién era la persona que estaba arriba.

Tus piernas temblaban, al igual que tus manos. Re apoyaste en la barandilla de las escaleras y empezaste a subir con el corazón en un puño.

Al llegar al piso de arriba, te diste cuenta de que la habitación de tu madre tenía la puerta abierta.

No estaba abierta cuando bajaste a beber agua.

Temiendote lo peor, entraste apoyándote en la puerta. Te temblaban demasiado las piernas, casi se te hacía imposible mantener el equilibrio.

Cundo tus ojos se acostumbraron a la oscuridad, te percataste de que cerca de tu madre, aun dormida, se hallaba una persona que parecía sostener algo brillante en su mano derecha.

Por el susto, el baso se te cayó al suelo rompiéndose en miles de pedazos y llamando la atención de la persona.

Retrocediste varios pasos, pero el intruso se acercó a ti a paso muy acelerado. Trataste de gritar, pero te puso la mano en la boca impidiéndote gritar y haciéndote chocar contra la pared del pasillo.

-¡Hmm!- trataste de gritar al ver el rostro del intruso. Su piel era completamente blanca, sus ojos estaban abiertos como platos y rodeados de un negro horrible y le hacia parecer no tener párpados. Lo peor de todo era que su boca estaba cortada en una sonrisa deformada y seca.

-Shhh

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-Shhh...- Dijo él poniendo en tu cuello lo que parecía ser un cuchillo. Moviste la cabeza negando frenéticamente.

-... ¿Cielo...?- La voz de tu madre se escuchó al fondo de su habitación. El chico de la sonrisa pareció ponerse nervioso y se acercó a tu oído para susurrarte:

-Volveré a por ti...

Después de decirte aquello salió corriendo, pocos segundos después escuchaste como un cristal se rompía.

-¿Cariño? ¿Puedes explicarme por qué hay cristales por el suelo de mi habitación...?

***

A la mañana siguiente te encontrabas mal. La sensación del miedo te atormentaba desde que viste a ese chico y te dijo que volvería, te has puesto muy nerviosa hasta el punto en que te ha subido la fiebre, así que tu madre decidió que no irías a la escuela.

Te quedaste sola en casa con los nervios a flor de piel mirando repetidas veces para todos los lados con un cuchillo de cocina en las manos temiendo que volviera en cualquier momento.

La noche cayó más pronto de lo que esperabas.

Painted Smile (Jeff The Killer Y Tú)©»Terminada«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora