Capítulo Diez

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Décimo desastre.

Saliste del instituto con estrés, ya que faltaba poco para terminar y ya iba a empezar la época de exámenes. Mirabas al suelo con preocupación y caminatas más deprisa de lo normal, el mundo entero no te importaba para nada en esos momentos. Te propusiste ponerte a estudiar en cuanto llegaras a cada, después de comer.

—¡Cuidado!— Alguien te cogió de los brazos y te obligó a ir para atrás, justo en ese momento un coche pasó a pocos centímetros de ti. Te giraste para averiguar quien te había salvado la vida, y encontraste a un misterioso muchacho de pelo castaño, vestido con prendas oscuras de cuero y una bufanda bicolor en blanco y negro que le cubría hasta la nariz. Sus ojos verdes te llamaron la atención, eran de un color verde muy peculiar y brillaban, sin embargo parecían estar vacíos.

—G-gracias— Tartamudeaste. El chico te soltó de los brazos con delicadeza y luego te dio una palmadita en la cabeza.

—No tiene importancia. Digamos que fue puro instinto— Te resultaba interesante, jamás habías visto a este chico por aquí, y querías saber qué era lo que ocultaba debajo de esa bufanda bicolor —Bueno, nos vemos...— El chico estaba por irse cuando le cogiste de la amiga de su sudadera.

—¡Espera!— El chico se dio la vuelta para verte —¿Co-cómo te llamas...?

El muchacho cogió tu mano y la apartó de la manga con delicadeza. Notaste tus mejillas arder en esos momentos.

—Liu— Acto seguido desapareció.

Tu seguiste caminando hasta llegar a tu casa. Para tu sorpresa, tu madre estaba en el salón viendo la televisión.

—¿Mamá?

—Hola, cariño— Te saludó con una dulce sonrisa —Me han dado el día libre.

Te alegraste al escuchar aquello, de modo que comisteis juntas y le contraste muchas cosas que te habían sucedido en el instituto ese día. Sin embargo, no le contaste de ese chico tan misterioso.

La noche cayó más pronto de lo que esperabas. Estabas sentada en el sofá junto a tu madre cuando su móvil empezó a sonar con su musiquita. Ella lo cogió y a medida que la conversación avanzaba, su cara parecía volverse más triste.

—¿Ha pasado algo?— Preguntaste preocupada.

—Me necesitan en el trabajo...— Respondió tu madre, triste. Ella cogió su abrigo y se fue. 

El silencio pronto invadió la casa, te sentías mal, con una sensación muy extraña, de modo que decisite apagar la televisión e irte a dormir. 

Subiste las escaleras rápidamente después de haberte lavado los dientes, entraste a tu habitación cerrando la puerta detrás de ti y te cambiaste al pijama para luego entrar de un salto a la cama y taparte completamente con las sábanas. 

No podías dormir.

Unos golpes se escucharon en tu ventana. Pesaste que era Jeff, así que te levantaste con energía de la cama y caminaste hacia la ventana. Sin embargo, al retirar las cortinas para ver de quién se trataba, te encontraste con Liu, el chico que viste después de salir del instituto. 

Te pusiste nerviosa, pero lo ocultaste lo mejor que pudiste y abriste la ventana con las manos temblorosas. Liu se abalanzó sobre ti y te tapó la boca haciéndote la seña de que guardaras silencio. 

-Él está aquí- Susurró el castaño.

¿Quién es él? 

Pensaste a toda velocidad. Tenías una mezcla de sentimientos que se salía de control: Miedo, nervios, alegría...

Liu se apartó de encima tuya y caminó en dirección a la ventana para después cerrarla y dar un suspiro. Después, dio media vuelta y te miro, luego, observó toda la habitación parando en los cuadros en los que salías con tu padre y eras más pequeña. Su expresión tranquila e impasible cambió a una de asombro y estiró su brazo derecho para tomar uno de los cuadros.

-Él... ¿Él era tu padre...?- Preguntó mirándote ansioso por una respuesta. Antes de que pudieras responder, ambos escuchasteis un ruido procedente del pasillo de abajo, y luego pasos que subían las escaleras de tu casa. 

Liu te cogió y rápidamente os encerrasteis en el baño. 

-Liu, ¿qué pasa?- Preguntaste por fin asustada. 

-Él sabe que sigo vivo y va a matarme, no quiero ponerte en peligro...- De una grieta de la puerta viste que el que entró a tu habitación fue jeff. 

-¡Es Jeff!- Exclamaste, aliviada. Liu volvió a tapar tu boca -Él puede ayudarte...- Pronunciaste a duras penas.

-Él es quién me persigue- Tus ojos se abrieron como platos al escuchar decir eso a Liu -Quiere matarme y no voy a ponerte en peligro a ti. Es un asesino psicópata y está completamente loco. Él mató a tu padre.

Plup, plup.

Tus lágrimas caían de tus mejillas al suelo. ¿Por qué? 

Lo que apreciabas de Jeff se desvaneció y solo te quedó odio, odio y deseo de venganza,. No podías parar de llorar ni de mirar a Liu a los ojos destrozada. 

Él te envolvió en sus fuertes brazos y acarició tu cabello con dulzura para que te calmaras. Depués, te separó de él y puso los dedos en tu mentón para que le miraras directamente a los ojos. 

¿Qué trataba de hacer?

No lo sabías, pero no intentaste apartarte. Su rostro se acercó lentamente al tuyo hasta que notaste que sus labios rozaron los tuyos, entonces cerraste los ojos y te dejaste llevar por el muchacho. Fue un beso lento y apasionado. Sus manos acariciaban tu cadera y tu espalda, mientras que tus manos permanecían en su fuerte pecho. 

-¡Maldita traidora!- Jeff abrió la puerta y te apartó violentamente de Liu -Luego me encargaré de ti...- Te susurró al oído en un tono amenazador. La impotencia te volvió a invadir, las piernas te fallaron y caíste al suelo con lágrimas en los ojos, rezando porque no le hiciera nada malo a Liu. Estabas enamorada de él -¡Ella me pertenece!- Gritó Jeff en pleno ataque de locura -¡Soy su dueño!

-No- Escupió Liu -Ella no es de nadie, y menos tuya.

En ese moneto, Jeff enloqueció.

Painted Smile (Jeff The Killer Y Tú)©»Terminada«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora