Sexta pesadilla.Los días pasaron lentos y aburridos, ya que no podías hacer otra cosa en tu habitación que ver aburridos programas en la televisión. El resto de los días, Jeff no fue a verte, ni siquiera de noche. Al ver que tus tics ya no te afectaban tanto, decidieron retirarte las pastillas; tus ojeras desaparecieron y recuperaste tu energía. Dormías mucho mejor.
Finalmente, después de un par de semanas, te dieron el alta, así que pudiste volver a casa. Mas tu madre tuvo que volver a irse a trabajar temprano, por lo que volviste a quedarte en casa sola. Fuiste a tu habitación con tranquilidad y cogiste el cuchillo que tenías debajo de la almohada de tu cama. Decidirse guardarlo en el cajón de la cocina, ya que pensabas que no lo necesitarías más.
-Finalmemte se acabó... - Susurraste. Después, diste un suspiro.
Diste un pequeño brinco al escuchar sonar el teléfono. Corriendo fuiste a cogerlo.
-¿Hola?
-Abre la ventana.
-¿Quién eres?- El miedo volvió, pero no escuchaste respuesta, ya que te colgaron. Corriste hacia tu habitación, pero no abriste la ventana. Entonces te pareció escuchar una voz que gritaba tu nombre en susurros, entonces la abriste.
Miraste para abajo y te encontraste con Jeff.
-¿Jeff?- Preguntaste. Se empezaron a escuchar sirenas de policía a lo lejos.
-¡Dejame entrar!- Te gritó. Entonces abriste al máximo la ventana y le dejaste entrar. Rápidamente entró a tu habitación trepando por la pared y cerrando la ventana detrás de sí.
-¿Por qué me has pedido entrar?- Preguntaste tratando de ocultar tu miedo.
Los ojos inyectados en sangre y sin párpados del asesino te miraron directamente a los tuyos, como si quisiera delatar aunque fuera un poco de miedo ya que, como dicen, los ojos son la ventana del alma.
-La maldita policía- Respondió en un gruñido.
-¿La policía?
-¡Dejame tranquilo! ¡Haces muchas preguntas!
-¡Estás en mi casa!- Gritaste con la voz temblorosa -¡Por lo menos podrías decirme por qué quisiste entrar!
-¡No te atrevas a gritarme de ese modo! ¡Recuerda que soy tu dueño!
-¡No soy tu objeto!
Un silencio inundó la sala y, al ver que el asesino sacaba de su sudadera su cuchillo manchado de sangre, te tapaste la boca con las dos manos y retrocediste hasta chocar contra tu armario.
Jeff se acercó a ti amenazante y, con el cuchillo en su mano derecha, te acorraló.
-¿Con eso me dices que quieres morir ahora?- Te preguntó ampliando su sonrisa cortada. Luchaste por no llorar cuando posó su puntiaguda arma en tu yugular. Por tu reacción, dedujo que estabas desesperada, y decidió hacer leña del árbol caído señalando sus labios, pudiéndote que le dietas un beso. Solo de esa forma te perdonaría.
Te sentías demasiado impotente, pero lo harías con tal de no morir, de modo que te pusiste de puntillas para acercarte a sus labios y darle un torpe beso, del cual te separaste enseguida al notar que tus dientes chocaron con los suyos. Tu cara se puso roja de la vergüenza, y Jeff rió a carcajadas por tu reacción.
Alejó el cuchillo de tu cuello y te dio un beso en el cuello. Acto seguido se asomó por la ventana y vio que los coche ya habían desaparecido, por lo que la abrió.
-¿A-a dónde vas?- Preguntaste aún con la cara roja. Jeff hizo una pequeña risa.
-¿Es que quieres que me quede más tiempo?- Te quedaste en silencio, ya que si respondías con un sí podría quedarse, y si respondías con un no tal vez volvería a atacarte -Me lo imaginaba... Bueno, te veré dentro de poco.
Dicho aquello saltó por la ventana, y una vez que se fue, lo primero que hiciste fue caer al suelo de rodillas y llevarte una mano al lugar del cuello donde te había besado.
Fuiste en dirección al baño, y al mirarte en el espejo te diste cuenta de que en el lugar donde te besó, había una pequeña marca.
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Painted Smile (Jeff The Killer Y Tú)©»Terminada«
Fanfiction"Escalo a través del panel de la ventana, estoy arrastrándome más cerca, ¿puedes oírme? Me acerco a ti" El gato y el ratón, un juego vicioso. Unete a mí con una SONRISA PINTADA... Historia 100% mía ¡Cualquier copia o adaptación queda totalmente pro...