Painted Smile (Jeff The Killer Y Tú)©»Terminada«

Capítulo Dieciséis

Decimosexta liberación.

Jeff fue arrastrado a su celda cogido del cuello de su camisa de fuerza. El asesino no dejaba de reírse mientras recordaba tu rostro lleno de lágrimas y desesperación. Sin embargo, algo dentro de él sabía que estabas sufriendo, y quería perdonarte, pero se negaba a admitirlo delante de todas aquellas voces que le proporcionaban aquél sentimiento que le empujaba a derramar sangre de inocentes.

Fue empujado a la celda de golpe, cayendo boca abajo al frío suelo poco cuidado de su celda. Se arrastró por el suelo con dificultad, ya que la camisa de fuerza le impedía mover los brazos para levantarse. Cuando consiguió apoyarse en una esquina de la habitación forcejeó para tratar de liberarse de la camisa sin obtener ningún resultado.

''Desgraciados, no saben con quién se están metiendo'' Gruñó una voz dentro de la mente del psicópata. Tampoco le desagradó la idea.

La noche cayó pronto. Jeff se encontraba en la celda mirando un punto fijo de la habitación y pensando en cómo escapar. Un golpe en la celda le sacó de sus pensamientos. Ese condenado guarda nocturno siempre le sacaba de quicio golpeando los barrotes de la celda sólo para molestarle. definitivamente, si conseguía salir, él sería el primero al que mataría.

Se alejó de la celda esbozando una sonrisa que a Jeff le molestó mucho. Entonces volvió a intentar quitarse la camisa de fuerza, estaba empezando a ponerse nervioso.

En ese momento, se escuchó un sonido:

Clic.

Un sonido seco y oxidado llamó la atención de Jeff. El asesino alzó la mirada para ver como la puerta de su calda se abría con un chirrido. Detrás de ésta, se encontraba Liu.

-¿Qué haces tú aquí?- Preguntó Jeff seco mirándole de reojo, por si tramaba algo.

Liu, sin responder a la pregunta de su hermano menor, caminó a paso tranquilo en dirección a su hermano, entonces, le desabrochó uno de los cinturones de la camisa de fuerza. En menos de lo que dura un parpadeo, Jeff había conseguido liberarse, y se encontraba sobre su hermano dispuesto a matarle a golpes si era necesario.

-Tienes oportunidad de irte, dentro de poco llegarán más guardias y te volverán a encerrar. Ya me matarás otro día- Dijo Liu con un rostro impasible y una voz tranquila. Al contrario que Jeff, él estaba alterado, ya que llevaba demasiado tiempo sin matar gente y las voces de su cabeza molestaban más de lo normal.

Jeff se levantó y salió corriendo de la celda dejando a su hermano mayor atrás. Consiguió salir de la prisión antes de que llegaran más guardas, al igual que Liu.

Lo primero que hizo Jeff fue volver a ponerse su preciada sudadera blanca, la cual estaba limpia de sangre y contenía su cuchillo dentro de los bolsillos. las voces le pedían sangre, entonces se le encendió la bombilla.

''Jeff, por favor... no me odies...''

Eras la víctima perfecta para calmar a esas voces.

La rabia que Jeff sentía dentro era temible, sus ganas de derramar sangre eran más fuertes que nunca. Sin pensarlo dos veces, empezó a caminar en dirección a tu casa. Pensaba encontrarte costara lo que costara.