Painted Smile (Jeff The Killer Y Tú)©»Terminada«

Capítulo Nueve

Novena trampa.

Esa misma noche, Jeff te llevó a tu casa ocultándose entre las sombras y yendo por los barrios más oscuros y peligrosos de la ciudad. Tenías miedo, y no podías evitar juntarte a Jeff. Hacía frío y no dejabas de mirar a ambos lados nerviosa.

-¿Tienes miedo?- Te preguntó Jeff agarrando tu cintura con más fuerza para juntarte más a él. Te quedaste en silencio ante la pregunta -Te aconsejo que no te sueltes, separarte de mí significaría tu muerte o... Algo peor... -Susurró con una voz juguetona.

-¡...!- Un escalofrío recorrió tu espina dorsal al pasar al lado de un grupo de chicos que os miraban fijamente. Jeff se tapó la cabeza con su capucha y les devolvió la mirada subiendo su fría mano hasta tu hombro para volver a juntarte más a él.

-Camina en silencio, no digas nada- Te ordenó. Sin embargo, él parecía estar tranquilo a diferencia de ti.

Al llegar a tu casa, abriste la puerta con las llaves, pero tu madre no estaba en casa, de modo que dejaste pasar a Jeff y rápidamente fuisteis a tu habitación.

Mientras tu entraste en el baño para ducharte, Jeff decidió quitarse la capucha y dejarse caer sobre tu cama. Lo observó todo a su alrededor, y se detuvo a ver alguna que otra foto tuya cuando eras más pequeña. No eras la misma que antes. También se acercó a tu escritorio para ver los dibujos que hacías. No podía negar que dibujadas bastante bien.

Al salir, ya vestida, te retiraste la sábana del pelo y te lo secaste. De repente, Jeff te acorraló contra la pared y, antes de que pudieras soltar un gritillo, te calló con un beso, este se convirtió en besos más pequeños qué fueron bajando hasta tu cuello.

-Jeff... N-no...- Susurraste poniendo las manos en sus hombros para separarle. Entonces, antes de que pudiera desabrocharte la camisa de botones que llevabas, se oyó un chasquido y luego la puerta principal de la casa abrirse -Jeff... E-es mi madre...- Dijiste apartándole de ti.

-Valla... Justo en la mejor parte...- Se quejó el muchacho relamiendose los labios. Tus mejillas se pusieron completamente rojas -Bueno, ya nos veremos, linda- Acto seguido salió por la ventana al mismo tiempo que la puerta de tu habitación se abría de golpe, dejándote ver a tu madre muy preocupada y al borde de las lágrimas.

-¡Cariño!- Gritó ella para luego abalanzarse sobre ti a abrazarte -¡Como me alegra que estés bien, cariño!

En otra parte, cerca de la casa de Jeff, una joven de cabellos negros y piel completamente blanca, dejó caer unas fotos sobre una mesa sucia y polvorienta. En éstas estabas tu junto a Jeff. De la oscuridad, un muchacho las recogió y empezó a ojearlas.

-¿Y cuál es tu punto enseñándome esto?- Preguntó enojado.

-Me sorprende que no lo hayas adivinado...-Dijo la muchacha rascando su rizado cabello -Mira, los dos queremos vengarnos de él. Su nueva debilidad, por lo que he podido comprobar, es esa chica. Así que supuse que podrías ayudarme a destruirle utilizando lo que más le importa.

-¿Qué esperas que haga?- Preguntó el muchacho mirando tus fotos una y otra vez.

-Seducela- Sugirió la morena -Haz que se enamore de ti y deje a Jeff, entonces yo podré destruirle, claro que eso ya le habrá hecho demasiado daño.

-...- El chico pareció estar pensando a gran velocidad. Entonces volvió a dejar las fotos sobre la mesa levantando gran cantidad de polvo -De acuerdo. Pero yo también quiero dañarle.

-Hecho.

-Bien- El chico se levantó de la silla y estrechó su mano con la de la muchacha -¿Cuándo empezamos...?