Capítulo Veinte

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Vigésima respuesta.

Jefe salió del bosque y se acercó a tu casa con el cuchillo en la mano mientras te imaginaba agonizando en el suelo con un charco de sangre debajo de ti.

-Toc, toc, preciosa. Es hora de ir a dormir...- Susurró cuando se acercaba a la puerta de tu casa, se sorprendió al ver que estaba abierta y que había un enorme charco de sangre en el sofá y en el suelo. Jane estaba en lo correcto, y eso que él pensaba que era una broma.

Se dirigió a tu habitación, para tampoco encontrarte, mucho menos en el resto de la casa.

Gruñó al admitir que Jane había dicho la verdad. Eso le complicaba más las cosas encontrarte, mas no estaba dispuesto a rendirse, e modo que abandonó la casa dejándola tal y como estaba, para dirigirse de nuevo a la calle, suponiendo que tal vez encontraría alguna pista que llevara hasta ti. 

Su instinto le condujo hacia los barrios bajos de la ciudad, donde abundaba la delincuencia. Se puso la capucha y, con la cabeza gacha, empezó a caminar por la calle tratando de no levantar sospechas a nadie. El viento movía el poco pelo, quemado y enredado, que asomaba por su capucha. De pronto, algo chocó con su pierna. Se agachó dispuesto a quitarse lo que quiera que fuera, cuando se dio cuenta de que era un periódico. Esperando encontrar algo, empezó a leer: Una foto del cadáver de tu madre adornaba la página, el pié de foto simplemente hablaba de lo que había sucedido y un pequeño párrafo a cerca de que varios cámaras te habían encontrado subiendo al coche de un policía. 

Jeff arrugó el periódico, furioso. No te ibas a librar de aquello con facilidad. La sed de sangre del asesino había aumentado, y el sentimiento que siempre le atormentaba, pidiendo sangre de inocentes, volvió a despertar. 

El sonriente asesino abandonó los barrios bajos para volver en dirección al bosque, donde sabía que el ser al que estaba buscando, ya sabía que estaba allí y lo que quería de él. Le estaba esperando escondido entre los árboles. 

-Sé lo que quieres, Jeffrey- Habló el ser sin rostro con una voz grave, que casi parecía no ser humana, ya que se escuchaba algo distorsionada. 

-Entonces, ¿qué haces ahí parado?- La arrogancia de Jeff era lo que siempre sacó de sus casillas al hombre delgado y sin rostro, sin embargo prefería mantenerse indiferente sabiendo que con su poder podía acabar con él cuando fuera necesario. 

-No pienso hacerlo. Esa chica te ha causado demasiados problemas- Sentenció la criatura.

-¿Qué sabrás tú?- Obviamente lo sabía todo. Todo, salvo lo que pasaba por la mente del asesino. 

-Sé que lo que buscas no es venganza, muchacho. Tus ojos te delatan- Un gruñido se escapó de los labios de Jeff, aún así, no estaba dispuesto a dar su brazo a torcer. 

-Dime dónde puedo encontrarla- Volvió a repetir el joven entre pausas que advertían a Slenderman de que su paciencia ya se estaba agotando. Aún así, el ser delgado y de rostro vacío se mantuvo firme. 

-No. Olvídala.

-¡¡Deja de decirme lo que tengo que hacer!! ¡¿Quieres que te saque las tripas ahora mismo?!- Jeff ya había llegado a su límite y se acercaba a Slenderman, el cual no retrocedió ni un centímetro, sólo sacó sus tentáculos de su espalda, dispuesto a atacar en cualquier movimiento del asesino. 

-Jeffrey- La criatura mencionó su nombre en un tono frío que daba escalofríos. Jeff decidió rendirse sólo por ésta vez, ya que no tenía tiempo que perder y no tenía posibilidades enfrentándose con él, por lo menos solo no. 

Salió del bosque apretando los dientes de la rabia. Las voces de su cabeza empezaron a exigirle que se esforzara más, que querían tu sangre, que no le dejarían tranquilo hasta que te encontrase. 

En un ataque de ira, Jeff lanzó su cuchillo en dirección a un árbol acompañado de un grito. 

-Jeff- Una voz le dejó en silencio, para luego hacerle voltear lentamente en dirección a donde había tirado su cuchillo. Liu estaba ahí. 

-Valla... Pensé que habías huido en busca de tu zorra...- Susurró Jeff con la voz temblorosa de la rabia junto con una sonrisa, refiriéndose a Jane -, ¿o has decidido que ELLA es un juguetito mucho más entretenido que esa plana?

-Basta- Le silenció Liu sintiendo un pinchazo en su pecho, al recordar su traición hacia ti.

-No me digas que me calle cuando todo esto ha sido culpa tuya, hermanito.

Liu y Jeff se quedaron en silencio nada más que dirigiéndose miradas llenas de odio y amenazas. 

-Sé dónde está- Jeff explotó en carcajadas.

-No me digas que ahora te dedicas a espiar a la gente...- Habló su hermano menor entre risas. Liu se acercó a su hermano y le cogió del cuello de la sudadera para luego hacerle chocar de espaldas contra un árbol -¿Crees que tengo miedo?

-Cállate y escúchame, bastardo- Dijo Liu, Jeff soltó una pequeña risa, pero fue silenciado por un puñetazo. Jeff continuó riendo -. Ella está en el barrio que se posiciona detrás del nuestro, busca al policía. 

Cuando Jeff se puso en pié, observó que su hermano ya había desaparecido. Se volvió a poner la capucha, recogió el cuchillo que estaba clavado en un árbol y se fue en la dirección que su hermano le había indicado. 

Painted Smile (Jeff The Killer Y Tú)©»Terminada«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora