Capítulo Trece

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Decimotercer sentimiento.

Mientras tanto, Jeff llegaba a la prisión y recién era introducido por la fuerza en una celda.

-Malditos desgraciados... ¡Os mataré a todos!- Gritó el muchacho moviendo los barrotes oxidados de la celda -¡Desgraciados!

-¡Silencio!- Le gritó un guardia golpeando los barrotes de la celda con una porra. Jeff se calmó y se tumbó en la cama. En su mente se repetían una y otra vez tus palabras:

¡Te odio!

Un gruñido se escapó de la boca del muchacho sonriente, entonces en un abrir y cerdas de ojos, las voces volvieron a atacar su mente.

-Te ha traicionado, abandonado por Liu. Deberías matarla.

-Sí, esa desgraciada merece morir por lo que ha hecho.

-Pero no una muerte rápida, no. Mejor que sea lenta y dolorosa, que disfrute del dolor más agonizante del cuchillo.

Por supuesto, a Jeff esas ideas no le disgustaban para nada, sin embargo sabría que no seria capaz de matarte, no pudo hacerlo cuando le gritaste que le odiabas.

-Sí. La mataré...

Al día siguiente se realizó el juicio en el que se decidiría la sentencia de Jeff, aunque estaba más que claro que le llevarían a la silla eléctrica por el derramamiento de sangre. Su cuchillo había sido el final de demasiadas víctimas inocentes, y eso no se perdonaría.

-Veredicto- Anunció el juez.

-Señoría, declaramos al acusado culpable de todos sus delitos de homicidio.

-Jeffrey Woods, le condeno a la silla eléctrica- Sentenció en juez para después dar dos golpes con su martillo de madera. Jeff empezó a reír descontroladamente llamando la atención de todos los presentes en la sala.

-¡Malditos idiotas! ¡JAJAJAJAJA!

-¡Silencio!

-Callate, viejo- Le silenció Jeff con una mirada que heló la sangre a todos los de la sala -¡Os mataré a todos!- Varios policías le volvieron a colocar las esposas y a llevarle por la fuerza fuera del lugar, donde muchos cámaras le hacían fotos y le gravaban.

Sus ojos inyectados en sangre, sin posibilidad de cerrarse, se fijaron en un lugar apartado de las cámaras. En ese determinado lugar, te encontrabas tu mirándole atentamente con una expresión de tristeza y arrepentimiento.

-¡Maldita perra!- Jeff se zafó del agarre de los policías y corrió hacia ti -¡Te mataré! - Obviamente se le olvidó que traía las esposas puestas y cayó al suelo. Los policías le volvieron a coger, mientras que tu corriste a ayudar a Jeff para levantarse y sentirse un empujón -¡Te mataré, te mataré!

-Jeff...- Los policías volvieron a cogerte y lo alejaron de ti antes de que pudiera darte una patada o morderte. Te le quedaste mirando con tristeza, te echabas toda la culpa a ti.

Volvieron a meter a Jeff en el coche patrulla y volvieron a llevárselo de vuelta a la prisión. Te levantaste del suelo, ya que estabas de rodillas por el empujón, y volviste en dirección a tu casa con la cabeza baja.

-Todo esto es por mi culpa, por mi culpa...- Algunas lágrimas se te escaparon de los ojos, las limpiaste enseguida con las mangas de tu jersey y entraste en casa.

Painted Smile (Jeff The Killer Y Tú)©»Terminada«Donde viven las historias. Descúbrelo ahora