Capítulo 1: El Comienzo

45.9K 1K 37
                                    

Bella


Soy Bella Moseley, y creo que mi historia de como llegue a la casa de un criminal a trabajar para él es la más ridícula de todas, en un momento entenderán porque, por ahora enfoquemos nuestra atención a ''él'', ojos oscuros de un tono esmeralda que no acostumbras ver, cabello imperfectamente acomodado en el que puedes enredarte, hoyuelos que resaltan en su rostro y una sonrisa que claramente se la tiene bien ensayada... y le funciona.

Comprobé que es cierto eso que dicen de que el diablo parece ángel, no obstante, las apariencias engañan y tarde o temprano se descubre su oscuridad. Parecía ser perfecto por fuera y completamente confuso por dentro. Me identificaba con lo diferente y el universo estaría de mi lado al conectarme con la diferencia esa mañana. Él no era solamente el típico chico malo, resultaba ser mucho más que eso.

Estaba en mi habitación y era una mañana de invierno, así que me levante y tome una relajante ducha de agua caliente, salí de nuevo, me vestí con el conjunto de un pantalón, una suéter floja y mis converse desgastadas, me hice un moño despeinado e intente hacer el esfuerzo por tapar las enormes ojeras que se notaban, no había tenido una buena noche por los gritos que provenían de mis obstinados padres. No tenía los mejores padres del mundo, en realidad eran los peores, pero trataba siempre de enfocarme en el hecho de que vivía bajo su techo todavía, la idea de al fin independizarme rondaba mi cabeza todos los días porque era imposible seguir tolerando sus tratos esclavizantes, nunca había una caricia, un ''buenos días'' o un ''te quiero'', y por esa misma razón estaba ahorrando, para irme lo más lejos posible y nunca verlos más.

—Buenos días —dije sin ganas, sabiendo que probablemente no habría respuesta.

Ella solo me miro de arriba abajo con desaprobación, rodee los ojos tomando la única manzana que había en la mesa mientras caminaba hacia la puerta.

—No llegues tarde, los pisos no se van a limpiar solos.

Enfurecida y tirando la puerta detrás salí y estando afuera tomé una bocanada de aire, tenía que irme de aquí deprisa. Ya no me dolían sus palabras, tras 19 años sin amor familiar te acostumbras.

La universidad no quedaba tan lejos, solo tenía que caminar 10 minutos para llegar a la parada de buses, llegue al callejón por el cual siempre paso, nadie nunca pasaba por allí, sin embargo, siempre era terca y me gustaba el camino más corto. A la mitad del callejón escuché ruidos extraños, eran gritos, rápidamente me escondí entre unos botes de basura.

—Elige tus últimas palabras antes de morir maldito —abrí mis ojos asustada, ¿qué rayos era esto?

—Por favor, te lo pagare mañana lo juro, pero no me mates.

—No era tu trabajo elegir las fechas de pago, sino pagar en esas fechas.

Después de esas palabras lo último que escuche fueron exactamente 2 disparos, mi respiración se había cortado intentando hacer el menor ruido posible, nunca había presenciado un asesinato de verdad, solamente necesitaba que se fueran y salir de aquí, mire de nuevo cuidadosamente mientras inspeccionaban el cuerpo sin vida, intente hacerme un paso hacia atrás de los botes para esconderme de nuevo, mis nervios me traicionaron cruelmente mientras tropezaba con una botella de cerveza dejando al descubierto mi presencia. En tan solo segundos él volteo su cabeza y centro su mirada en mí, carajos, ¿en serio? ¿Una botella hará que mi vida acabe?. Conectamos hasta que apretó uno de sus puños y le susurro algo a uno de los tipos que lo acompañaban, cuando este se acercó a mi yo no sentía ni mis piernas y el escalofrío más helado se dejó sentir en mi espalda, vi al tipo tomar la botella con la que caí con fuerza, mi cabeza ya dolía por el impacto mientras mi vista se nublaba, al punto en el cual todo se tornó oscuro. 

Empleada Embarazada (Esperar y Amar) © [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora