Al cabo de un rato abrí el móvil para mirar los WhatsApp.
Taylor: Tienes tus cosas empaquetadas, ven esta noche un momento y te doy las llaves 😉
DK: Tenemos que hablar
Número desconocido: Se le informa que sus pertenencias ya han sido enviadas y recibidas, le pedimos que venga tan pronto como sea posible para que sus tareas sean distribuidas. Gracias.
Volví a cerrar el móvil, estaba claro que esta noche tendría que escabullirme por la ventana a escondidas. El camión de las mudanzas llegaría de un momento a otro aunque mi coche y mi moto llegarían mañana por lo que mamá no controlaría que no me fuese. El ruido de una camión me sacó de mis pensamientos, me levanté y fui hacía la puerta y me paré de golpe y me giré. Un espejo estaba al lado del armario hundido en la pared. Me sorprendió verme a mí misma, llevaba una camisa gris de tirantes muy amplia mal puesta dentro de unos pantalones cortos tejanos muy rasguñados, unas converse negras con el cosido blanco, mi pelo castaño oscuro estaba mal sujeto en una cola de caballo haciendo que las puntas de color rosa rozaran mi espalda y tenía unos ojos de un azul muy claro con los bordes del iris de un azul muy oscuro, soy bastante pálida y lo que solía llamar más la atención de la gente era que tenía las orejas llenas de piercings, la izquierda tenía tres aros y los tres agujeros, el de arriba una bola plateada, y los dos otros triángulos y la de la derecha tres aros casi pegados en la parte de arriba, otro aro más abajo, el helix interno de una bola plateada, el snug de un aro y los tres agujeros, los cuales dos de ellos eran bolas plateadas y el de abajo tenía un pendiente circular con tres pinchos que era hermoso y por último el aro en la nariz. Mamá no le gustaba para nada que los llevara, me costó dios y ayuda convencerla. Tenía unos ojos azules, y era bajita, de peso era normal tirando a tener chicha, pero donde hay chicha hay felicidad. Baje las escaleras y sí, el camión era el de la mudanza. Con ayuda de Clara subimos todas las cajas que dejamos por toda la casa. Mis cosas las deje en una mesa de mi habitación. De entre las cajas cogí ropa, champús y una toalla y fui a ducharme, esta iba a ser una noche muy larga.
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Transformantes
FantasyCuando tenía 10 años fui adoptada por una familia que tenía una hija de mi edad. Nunca llegamos a estar unidas porque siempre fuimos muy diferentes. No solo de carácter sino también porque soy una mezclada, hija de humano y transformante y ella u...