Capítulo 2

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Lo siento si hay faltas, no he podido usar mi corrector de siempre.

Pov Clara

Probé a llamarla la mañana siguiente, buzó de voz. Había ido a su cuarto para hablar con ella, pero no había nadie. Ahora estaba en el salón, sentada en el sofá con el móvil en la mano.
Oí a alguien bajar las escaleras y unos segundos después mama entro en la habitación.

- ¿Sabes dónde está Annabeth? - Pregunté

- Ni idea- Respondió- Probablemente está en casa de una amiga.

No lo veía probable

-Quizá
- No te preocupes cielo, seguro que está bien. ¿Vienes a desayunar?
- Si, ahora voy.

Después de desayunar y cambiarme salí con unas amigas. No podía sacarme de la cabeza lo que quería hablar con Annabeth. No podía creerme que hubiera decidido incomunicarse justo ahora.

Pensé que volvería esa noche, pero no lo hizo.

Llegó la noche de domingo y aún no había dado señales de vida. Probablemente iba a pegarla cuando mañana apareciese en clase. Podía estar incomunicada unos días, pero nunca faltaba a clases. ¿Y si no aparecía? Entonces es que se trataba de algo serio. Hablaría mañana con alguno de sus amigos a ver si sabían algo. Era lo único que se me ocurría.

Pov Annabeth
La pubertad se había tragado a Evelyn, la había digerido y luego la había vomitar, o al menos esa era la única explicación de que se viera igual que aquellas chicas a las cuales es mejor no compararte para no perder la autoestima.
Maldita Evelyn.

Estaba claro que ella no me había reconocido. Lo mejor era que no lo hiciera hasta que supiera que estaba pasando. Algo que podía jugar a mi favor era que había dicho que era transformante y que ahora mi apellido era West.

La última vez que nos vimos aún no me apellidaba así porque aún no había sido adoptada por Lisa.
- Annabeth West. No es que quiera quejarme, pero esta despensa es muy aburrida.
Me levanté y tuve que apoyarme en la silla porque el mundo me dio vueltas.

Evelyn miró a Dave, obviamente el que mandaba, buscando su decisión. Estaba claro que a Dave no le hacía ninguna gracia que yo estuviera aquí (Maldita sea, yo tampoco quería estar aquí), pero, al igual que yo, no tenía mucha opción.

– Vamos arriba- Su tono de voz era de cómo me voy a arrepentir de esto.

Nos fuimos por unos pasillos y entramos en una habitación bastante grande que servía de salón y comedor. Era una habitación muy espaciosa, con unos sofás blancos, una chimenea, algunos muebles y un televisor. Las paredes que daban al exterior eran en realidad puertas correderas de vidrio por lo que podías sentarte en el sofá y ver el bosque que nos rodeaba.

Me senté en un sofá y Evelyn y Dave en otro.

- ¿Qué es este sitio?
- Un refugio- Dijo Evelyn.
- ¿De quién necesitáis refugiaros? - Pregunté
- De los cazadores. Nos dieron caza y tuvimos que ponernos a salvo. Al principio éramos 18, ahora quedamos 6- Respondió Dave.
Esa historia me era familiar.
- ¿Estabais en una lista?
- ¿Cómo sabes qué es una lista? – Preguntó rápidamente Evelyn. Se estaba mordiendo las uñas, aunque probablemente no era consciente de ello.
- Es una larga y aburrida historia, creedme no os interesa. En cambio, la vuestra seguro que es súper interesante.
Se miraron indecisos y me pregunté qué era lo de la frase que los había puesto así.
- ¿He dicho algo que no debía?
- No, no. Tu pregunta tiene mucho sentido- Aseguró el chico. Estaba visiblemente incomodo- Es solo que... quizá es mejor que lo dejes ir.
- ¿A qué te refieres con eso?
- En que no confiamos lo suficientemente en ti como para contártelo, quizá de verdad no sabes cómo has llegado aquí, pero la gente no aparece de la nada.
Un silencio se extendió entre nosotros. Estaba claro que había metido el dedo en la llaga así que opté por cambiar de tema.

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