Ya era medianoche y tenía que preparar la mochila con las cosas que iba a necesitar. Cogí mi portátil y lo puse en una mochila negra, al igual que dinero y las llaves. Cogí la chaqueta y me la puse, subí la cremallera y deslicé mis pies en los zapatos. Me mire al espejo para asegurarme de ir totalmente negra para así poderme ir sin ser vista. La chaqueta negra que llegaba hasta medio muslo, con los pantalones negros largos y los zapatos negros me cubría formando una silueta oscura. Me subí la capucha y cogiendo la mochila. Bajé a una habitación llena de cajas y abrí la ventana de la habitación. Salí por la ventana subiéndome en el árbol con un movimiento ágil. Cerré la ventana con el seguro y empecé a descender. Estaba a poco más de 2 metros del suelo cuando lo escuché.
- ¿Quién eres?
La voz me desconcentró haciéndome caer al suelo y soltar un gruñido de dolor, al menos caí de espaldas, pensé, podría ser peor. Levanté mi espalda por lo que se me cayó la capucha y me recosté contra el árbol. Delante de mi había un chico de casi metro noventa, moreno y con ojos… ¿Amarillos? ¿Quién soy yo para juzgar? Debía tener mi edad, unos 18.
- ¿Sueles salir a menudo por la ventana? Es solo curiosidad- Insistió el chico, no sabía si bromeaba o no.
- Sí, tengo esa costumbre- Le afirmé sin rodeos.
- No deberías escaparte por la ventana en la noche ¿Sabes?- Me dijo cruzando sus brazos sobre su pecho. Fue entonces que me di cuenta que era musculoso, probablemente un jugador de football americano.
- Teniendo en cuenta que tú también estas fuera a medianoche, creo que también te has escapado señor no deberías escapar por la ventana.
- ¿Vives ahí?- Dijo moviendo la cabeza para indicar mi nueva casa.
- No- Dije con sarcasmo- Me cuelo en casas ajenas para luego escapar por sus ventanas, necesito algo que hacer en el tiempo libre, ¿No crees?
Se me quedó mirando unos segundos y luego se puso a reír, yo tan solo me levante y me expulsé los pantalones.
-Vale, esa fue buena- Respondió- Lo decía porque hoy he conocido a la chica que vive aquí y me dijo que era hija única.
-¿Dijo eso?- Asintió- No quiere que se sepa que somos hermanas- Me quede pensando y sonreí- Perfecto, le puedo hacer chantaje con eso.
-¿Vas a hacerle chantaje a tu hermana?- Preguntó
- Uh... Sí, los buenos hermanos se hacen chantaje- Afirmé- Pero no respondiste, así que tú también te fuiste sin permiso.
- Tienes razón, yo tampoco puedo estar aquí, si tu no cuentas que yo he salido yo olvido que te he visto, ¿Trato?- Dijo
-Trato
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Transformantes
FantasyCuando tenía 10 años fui adoptada por una familia que tenía una hija de mi edad. Nunca llegamos a estar unidas porque siempre fuimos muy diferentes. No solo de carácter sino también porque soy una mezclada, hija de humano y transformante y ella u...