Capitulo 10

353 22 0
                                    

- Por fin apareces- Le dije

- Estuve haciendo otras cosas

Pasé a su lado y me puse a hacer la maleta para mañana en el instituto. Tenía que buscar la caja de cosas que me faltaban. Nora apareció estirada encima de mí cama.

- ¿Qué otras cosas?

- Estuve por ahí. Cosas han cambiado desde que viví aquí.

- Estoy segura de ello- Dije.

- Aunque el instituto esta igual

- Que suerte la mía- Dije con sarcasmo.

Nora puso los ojos en blanco y de pronto apareció sobre la silla.

- ¿Has pensado, no se solo es una sugerencia, en organizar este desastre?

Miré a mí alrededor. Solo había un par de jerséis en una silla y unos libros del instituto por el suelo.

Suspiré y recogí mis cosas y puse los dos libros en mi mochila.

-¿Mejor?- Pregunté

- Definitivamente sí.

Cogí de entre mis cosas los cascos bluetooth y entré en la aplicación de música para que pusiera de forma aleatoria las canciones. No sé cuándo tiempo estuve antes de que empezara.

Una canción que no recordaba nunca antes haber escuchado empezó a tocar. Por alguna razón me recordó a cuando era pequeña. Instintivamente cerré los ojos y un recuerdo me vino a la mente.

Tenía seis años. Estaba con DK y Ev. Estábamos en un lado de la sala, apartados de los demás. Se suponía que aquí no podíamos usar nuestros poderes aquí así que nos pusimos de espaldas para que no nos vieran. Delante de nosotros estaba un montón de piezas de lego puestas unas sobre las otras.

- Hazlo- Le dijo DK a Ev

Ella asintió- Ya le has oído.

Las piezas de lego empezaron a moverse sin que ninguno de los tres los tocáramos. Cuando se montó la última pieza se pudo observar cómo había pasado de ser nada, a una estructura perfectamente montada.

- Que guai- Dijo DK - ¿De verdad está aquí?

- Que si- Replicó y yo asentí.

Entonces ella se acercó un poco más y nos susurró.

- Me ha dicho que sabe un secreto.

- A mí no- Repliqué

- ¿Qué secreto?- DK parecía curioso.

- No me lo ha dicho porque es un secreto- Argumentó- Pero ha dicho que es un secreto malo

- ¿Cómo puede ser un secreto malo?

- No seas tonto, los secretos son malos si hacen daño y buenos si ayudan, ¿Verdad Evelyn?

Ella asintió

- ¿Y si no hace daño ni ayuda?

- Entonces no dices que es un secreto malo o un secreto bueno, solo dices que es un secreto- Argumentó como si fuera la cosa más lógica del mundo.

Sonó la alarma que anunciaba el final y me levanté para irme. Al pasar al lado de un espejo me vi.

Era pequeña y extremadamente pálida. Mi nariz y mis pómulos estaban llenos de pequeñas pecas marrones, como si alguien hubiera cogido un pincel y hubiera salpicado esa parte de mi cara con pintura. Iba vestida toda de negro, empezando por una sudadera, hasta los pantalones y las pequeñas deportivas. Tenía el pelo corto a lo chico y unos ojos azules expresivos.

Me giré y me fui.

Me desperté de golpe tirando de los cascos que aún llevaba puestos y me levanté. Nora era quien estaba gritando aunque no fue hasta que me desperté que pude entender lo que decía.

- Annabeth despierta ahora mismo o llegaras tarde a clase.

- ¿Qué narices te pasa?- Pregunté molesta

- Despierta vas a llegar tarde.

Volví a taparme y pero algo tiro de ella y abrí los ojos y miré con el ceño fruncido a Nora.

- ¿Qué?- Preguntó- Quizá estoy muerta, pero soy una transformante muerta.

Bufé y fui a ducharme. Salí del cuarto de baño con un albornoz y fui a cambiarme.

-¿Cómo me veo?- Pregunté

- Como si fueras a atracar un banco- Respondió

- Perfecto

Baje a la cocina a desayunar y por mi sorpresa Clara estaba sentada a la mesa. Me senté y empecé a desayunar.

Las dos primeras horas fueron aburridas y lentas. En el descanso fui a la biblioteca, me senté en un sillón y me puse a leer un libro de poesía en noruego. Ignoré cuando alguien se sentó en el sillón de al lado. Estaba demasiado concentrado en leer una y otra vez el mismo parágrafo intentando entender que quería transmitir el autor.
-¿Lo entiendes?- Preguntó una voz masculina que venía de al lado. Cuando levanté el libro mi mirada chocó con la suya y le reconocí. Era el chico con el que había chocado ayer.

- No, en verdad- Respondí pues me había quedado en la primera página.

- Entonces, ¿Porque lo lees en un idioma que no entiendes?- Preguntó

- Oh, sí que entiendo el idioma, pero no lo que quiere transmitir el autor- Aclaré.

Se me quedó mirando unos segundos y preguntó:

- Pues tradúcemelo y yo te ayudo.

Me lo quedé mirando, debatiendo entre aceptar o no. Inhale y empecé a traducir la primera página. Nos pasamos el descanso hablando sobre una página en concreto del poema que ninguno de los dos era capaz de entender. Resultó que se le daba de perlas lo de interpretar los poemas. Las dos siguientes horas de clase me las pasé pensando en el poema. Y en el chico. En la hora de comer me puse en una mesa sola. Aunque tenía la vista en el plato, sabía que alguien se había sentado a mi lado. Levanté la vista y nuestras miradas chocaron. No llevaba una bandeja de comida, estaba sentado en el banco a mi lado.

- Hey- Dijo.

No dije nada. Mi rostro mostraba sorpresa pues no esperaba que me volviera a hablar. Cuando me vio muda, dijo:

-Ven, siéntate con nosotros en la mesa.

Movió la cabeza para señalar una mesa. Allí estaban unos chicos que nos estaban viendo.

- ... O puedes quedarte sola y convertirte en una vieja loca de los gatos en esta mesa del instituto.

La simple imagen me hizo reír pues probablemente los acabara tirando por la ventana por molestarme.

- Dudo que se pueda llevar gatos en el instituto para mi buena suerte, y aún menos en el comedor- Razoné

- Quizá no, pero he conseguido que hables e incluso que rías así que tienes que sentarte con nosotros- Me explicó

- Eso no tiene sentido, pero acepto.

Sonrió y caminó delante de mí mientras íbamos a la mesa. Se sentó y yo ocupé el espacio vacío a su lado. Los humanos que estaban en la mesa me miraron.

- Esta es Alexia- Dijo el chico moviendo la cabeza hacia una chica morena, llevaba un mono tejano y un jersey negro. Llevaba el pelo suelto y unos colgantes dorados- Él es Chris- Dijo moviendo la cabeza hacía a un chico alto, llevaba una camisa tejana y un jersey blanco con un dibujo- Y por último él es Oliver- Era un chico con un jersey gris y una chaqueta tejana con las mangas grises.

La chica abrió la boca para decir algo pero sea lo que sea lo que iba a decir se perdió, cuando un golpe llamó la atención de todo el comedor.

TransformantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora