Al final del capítulo esta la explicación de porqué he quitado y vuelto a poner el capítulo
Quité mis manos de sus mejillas y las puse en su pecho suavemente. Rápidamente se mancharon de sangre y supe que tenía que llevarlo a algún sitio. Mi casa era imposible. Algo me tocó la mejilla y luego el hombro. Gotas. Estaba empezando a llover.
- Voy a llevarte a mi coche, ¿Vale?
Asintió con la cabeza y le puse un hombro debajo de su brazo para que se pudiera apoyar. Lentamente se levantó y lo medio arrastré hasta mi coche. Le dejé en el copiloto y me senté en el del conductor.
- Llévame a casa- Pidió. Tenía la mirada perdida en el bosque- Yo te iré indicando.
Y lo hizo. Me iba diciendo por donde ir y yo obedecía. Rápidamente se puso a llover fuerte. Ciertamente no sabría decir cuánto tiempo estuve conduciendo, pero cuando llegamos me encontré aparcada delante de una casa muy bonita.
Estaba pintada de marrón y blanco, de dos plantas y con un patio que, aunque no fuera muy grande, tenía mucha vegetación. Árboles, rosales, flores, algunas silvestres y otras no, estaban colocados de una forma caóticamente ordenada. Lo ayudé a bajar y a meterlo encasa.
Cruzamos la puerta principal, giré a la derecha para meterme en una sala de estar y lo dejé en uno de los sofás. Fui a coger una toalla húmeda y un kit de primeros auxilios. Volví al salón donde Chris seguía en el sofá, pero ahora parecía más despierto. Cuando sus ojos se posaron en mi me quedé momentáneamente paralizada, pero de alguna forma conseguí poner un pie delante del otro hasta llegar a su lado.
- Quítate la camiseta- En cualquier otra ocasión decir eso me hubiera dado un poco de vergüenza pero la sangre que empapaba la camiseta era un recordatorio de lo que estaba pasando.
Se quitó la camiseta por la cabeza y la tiró en el suelo. Intentando que no se notara lo insegura que me sentía en ese momento, cogí la toalla y empecé a pasársela por su pecho para limpiarle la sangre. Tenía una tableta de chocolate derretida que me hacía pensar en un peluche de panda tamaño XXL. Sería muy adorable si no fuera por las heridas que lo recorrían, los moratones y los rasguños.
- Realmente no sé lo que ha pasado, Annabeth. Recuerdo estar en mi casa, después todo es borroso hasta verte a ti. No lo entiendo. A duras penas recuerdo haberte enviado ese mensaje- Se quedó mirando sus manos- Lo siento, no debería haberte molestado.
- No lo has hecho, en serio. Yo tampoco puedo entender lo que ha pasado, y aún menos encontrarle un sentido, pero quiero ayudarte, Chris.
Se me quedó mirando y me volví a sentirme paralizada. Dudaba que ese efecto que él empezaba a tener en mi iba a ser algo bueno. Levantó su mano y la pasó por mi pelo. Lo único de lo que era consciente en ese momento era de su mano, algo como si estaba respirando, si mi corazón latía o el ruido de la lluvia a mi alrededor parecían no existir. Su mano acabó su recorrido y apartó la mirada. Retomé lo que había estado haciendo y empecé a desinfectar.
- Esto te va escocer- Advertí
Cuando el algodón entró en contacto con su piel hizo una mueca. Curar heridas no estaba entre mis poderes, aunque podía hacer que sanaran más rápido. No iban a cerrarse enseguida, pero al menos podía hacer desaparecer los moratones y los arañazos de su mejilla fueran superficiales. Acabé de desinfectar las heridas y fui a por las del pómulo. No hablamos pero no era un silencio incómodo. Acabé y dejé el algodón en una mesa que estaba al lado.
- ¿Te encuentras mejor?
- Si
Se veía agotado, completamente fuera de combate. Se estiró en el sofá poniendo su cabeza en mi regazo. El ruido de la lluvia hacía eco por toda la casa.
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Transformantes
FantasyCuando tenía 10 años fui adoptada por una familia que tenía una hija de mi edad. Nunca llegamos a estar unidas porque siempre fuimos muy diferentes. No solo de carácter sino también porque soy una mezclada, hija de humano y transformante y ella u...