Me quedé con la mirada fija en la arena. Era completamente consciente de que Chris estaba sentado a mi lado.
Ninguno de los dos dijo nada. No me atrevía a ser el primer en hablar y tampoco quería estropear lo que fuera que hubiera pasado con una mala elección de palabras.
- Lo siento, debería haber avisado antes de hacer eso.
Me quedé unos segundos pensando en lo que había dicho.
- ¿Por qué me has besado?- Necesitaba saber si le gustaba o no.
- No lo sé.
- ¿No lo sabes?
- Bueno, si lo sé, es porqué me gustas.
Ay dios, estaba bastante segura de que me había sonrojado. Pasé mi mirada por su pelo rubio, luego sus ojos, los cuales eran una mezcla entre azul y verde, por sus pómulos altos para acabar en sus labios.
Se rió- No te habías dado cuenta, ¿Verdad?
. Las indirectas nunca han sido lo mío. Además dijiste que te gustaba la chica que se siente delante de ti en historia.
- Eres tú, boba. Te sientas delante de mi es historia desde el primer día. No extraña que no te dieras cuenta, te la pasas garabateando tu libro.
- Me aburro- Murmuré.
- ¿Por qué te mudaste?
- Me expulsaron del instituto.
- ¿Por qué?
- Le tiré tres litros de pintura a la animadora principal por zorra.
- Lindsay, puedes empezar a temblar.
Me reí con el chiste- Así que Lisa creyó que ya que me habían expulsado, lo mejor era mudarnos.
- ¿Quién es Lisa?
Ay mierda, piensa, piensa- Mi madre.
- ¿Llamas a tu madre por su nombre?
Definitivamente tengo que aprender a pensar antes de hablar.
- No, no, solo no sé por qué me ha salido decir su nombre.
- Eres extraña ¿Sabes? No me refiero solo a lo del pelo medio rosa.
- Justo en mi autoestima- Bromeé.
- Lo decía como algo bueno, tu rareza te hace adorable- Era la primera persona que me llamaba adorable y no me molestaba. Eso sí era una rareza- ¿Por qué rosa?
- Bueno, pues un día me desperté y pensé que estaría increíble tener la mitad del pelo como Stephanie.
- ¿Quién es Stephanie?
- Una chica de una serie infantil que va completamente rosa, pelo incluido.
- ¿Tienes frío?
No fue hasta ese momento en que me di cuenta que había empezado a temblar un poco.
- No- Sí, si tenía que ser sincera.
Estaba claro que no me creyó ya que se levantó, se quitó la chaqueta y me la puso sobre los hombros. La chaqueta aún estaba un poco caliente gracias a él. Me giré dispuesta a devolvérsela pero la mirada que me dio me dejó claro que no iba a dejarme hacer eso.
- Gracias- Dije sinceramente.
Pasé los brazos dentro de las mangas. La chaqueta me iba grande, obviamente, por lo que mis manos quedaban refugiadas dentro.
Chris se acercó y puso su mano debajo de mi pelo, tirando suavemente para que salieran de debajo del abrigo. Cayó alocadamente por todos lados haciendo que unos mechones resbalaran hasta mi mejilla. Los cogió y los puso detrás de la oreja.
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Transformantes
FantasyCuando tenía 10 años fui adoptada por una familia que tenía una hija de mi edad. Nunca llegamos a estar unidas porque siempre fuimos muy diferentes. No solo de carácter sino también porque soy una mezclada, hija de humano y transformante y ella u...