5. Roman Bürki

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Escuché el timbre de mi departamento, así que me puse de pie y fui a abrir. Para encontrarme con Daniel, uno de mis amigos.

—¿Qué quieres? —dije mientras me adentraba nuevamente en el departamento y lo dejaba ahí en la entrada, pero existía esa confianza.

—¿Qué vamos a hacer hoy? —cuestionó cerrando la puerta y tomando asiento en uno de los sofás.

—Nada. —respondí.

—Si claro.

—No tengo ganas de salir.

—¿Se supone que te crea? —me aventó un cojín.

—Es en serio. —respondí con sinceridad.

—Está bien, si tu no quieres salir, la fiesta vendrá a ti. Hago unas llamadas, unas compras y todo está listo. —no tardó en idear y comenzó a textear en su celular.

—Ok, pero tu te encargas de limpiar el departamento mañana. —me dejé caer en el sofá.

Dejó su celular y me miró de un momento a otro, era intimidante y no sabía que intentaba.

—Antes de que empiece a llegar la gente. ¿Qué diablos hacías con un niño y una mujer el otro día en el entrenamiento? —cuestionó y yo solté una risa.

—Un pequeño fan, quiere que salga con su mamá. —reí por lo bajo recordando al rubio.

—Me dejas mas tranquilo, por un momento creí que eras el papá de ese niño. —explicó haciendo expresiones faciales divertidas.

—Tranquilo, ese niño no es mío. —respondí riendo.

—Pobre, seguro te idealizó como su padre ausente. —murmuró burlándose, me sentí culpable.

—Quedé en marcarle a la madre. —comenté.

—No lo vas a hacer, ¿verdad? —cuestionó alterado.

—No se, tal vez sí. No me parece mala idea.

—Claro que es mala idea, ¡es una madre soltera!

—Si, es una madre soltera. Pero hubieras visto el par de tetas y y su trasero. —expuse para justificar mis decisiones.

—Bueno, eso cambia la situación. ¿Entonces te tirarás a la madre?

—Primero saldré a jugar con ellos.

—¡Mierda!

—Tengo que convencerla por medio del hijo, ya sabes que las mamás solteras son mas rígidas. —expliqué.

—¿Tan buena está? —cuestionó mi interés en esa mujer.

—Créeme que si.

Lo vi alejarse nuevamente para continuar haciendo llamadas para invitar a personas a la fiesta que estaba organizando en mi casa.

—Asegúrate que haya mas mujeres. —le pedí a mi amigo, no quería que se repitiera la ocasión en que había ido a una fiesta y todos tuvimos que compartir mujeres porque no había suficientes.

Tomé mi celular y finalmente me animé a escribirle a Lena, creo que ese era su nombre.

R.B: "Hola Lena, soy Roman. No se si me recuerdas pero nos conocimos en el entrenamiento y quedé en hablarte cuando tuviera un poco de tiempo."

Le escribí, haciendo mi mayor esfuerzo por seguir con esa imagen del futbolista humilde, interesado en el pequeño. Tampoco no es que no me importara, pero no estaba dispuesto a ser padre de él y de nadie.

Lena H: "Hola Roman, ¿cómo estás? Claro que se quien eres, yo también soy aficionada del Dortmund."

R.B: "Estoy muy bien, ¿cómo está Max?"

Lena H: "Muy bien, pero seguramente se volverá loco cuando le diga que por fin has llamado, checaba mi celular todos los días."

Sentí ternura de solo imaginar al rubio viendo el celular de su madre, me alegraba de haber decidido llamar. Porque pudiera tirarme a su madre o no, el niño sería feliz por unas horas.

R.B: "No le digas, deja que sea sorpresa. Y hablando al respecto, ¿cuándo podemos salir?"

Lena H: "Se que tienes una agenda bastante ocupada, pero sería mucho mas fácil para mi que sea en fin de semana o a partir de las seis. Trabajo todo el día y realmente no puedo antes. Si no puedes, lo entenderé."

Pobre Lena, el solo imaginar como desde muy joven tuvo que hacerse cargo de su hijo sola, su vida no debe de ser nada fácil.

R.B: "Un fin de semana lo veo un poco complicado, por la cuestión de los partidos. Pero puede ser algún día entre semana, después de las seis, por mi no hay problema."

Lena H: "En serio muchas gracias, no tienes una idea de lo feliz que estará Max. Entre semana puede ser cualquier día que tu quieras."

R.B: "¿Qué opinas si nos vemos pasado mañana?"

Lena H: "¡Está perfecto!"

Lena H: "Se que no se supone que deba decir esto, pero en serio creí que jamás llamarías y que solo lo habías inventado en el momento. Gracias por llamar."

Me sentí bien conmigo mismo, como cuando haces algo realmente bueno y una parte de ti se limpia, así me sentía. Quise responderle, pero en el momento en que iba a comenzar a escribir, tocaron el timbre. No tuve mas opción que hacerme cargo de la fiesta que se estaba llevando a cabo en mi departamento. 

El novio de mamá » roman bürkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora