10. Lena Haugen

738 46 3
                                    

                   

—Te lo juro, Max insistía en que llevara un vestido de noche y tacones. —comenté recordando al pequeño una hora atrás.

—Recuérdame agradecerle a Max cuando lo vea, ese niño siempre tiene buenas ideas. —replicó riendo conmigo.

—Bien me hubiera visto al venir a comer hot dogs tan arreglada. —reclamé mientras daba una mordida a mi comida.

Todo se había vuelto bastante relajado entre nosotros, no había ningún tipo de compromiso entre nosotros. Salíamos, pero simplemente para disfrutar de la presencia del otro.

Roman y yo nos habíamos convertido en muy buenos amigos, de vez en cuando nos invitaba a sus partidos, iba a visitarnos a la casa, salía con Max y nosotros nos veíamos cada que ninguno tuviera planes.

Se sentía bien volver a tener una amistad como la que teníamos, desde el nacimiento de Max me había alejado de todas mis amigas; digamos que para niñas de veinte años era muy aburrido hablar de pañales y biberones.

—Voy al baño. —dije con confianza, ya habíamos sobrepasado esa barrera en que intentábamos quedar bien el uno con el otro.

Había regresado del baño y Roman me llamó desde la distancia para que me acercara a la mesa.

—¿Qué pasó? —cuestioné confundida por su manera de actuar.

—Tu teléfono ha estado sonando, no me animé a responder. —mordió su labio—. Puede ser algo de Max.

Cuando indicó eso, me preocupé un poco. Así que tomé mi celular y respondí a la llamada, ni siquiera me fijé en el numero, pero con la primer palabra me di cuenta de que se trataba de mi madre.

—Lena, cariño. —escuché a mamá alterada.

—¿Pasa algo mamá? —cuestioné rápidamente, me sentí yo también preocupada por su tono de voz.

—Es tu papá, ha tenido un infarto y estamos en el hospital. —explicó con la voz cortada.

—Voy para allá. —respondí al instante y colgué la llamada.

Empecé a recoger mis cosas, tenía que dirigirme al hospital lo mas pronto posible.

—¿Qué pasó? —cuestionó ahora también preocupado el moreno, quien también se había puesto de pie al ver que yo recogía mis cosas.

—Mi papá, ha tenido un infarto. No tenemos una buena relación, pero debo estar ahí. —hablé rápidamente, me sentía nerviosa y tenía que salir lo mas pronto posible.

—Yo te llevo al hospital. —afirmó.

Dejó algunos euros en la mesa del restaurante y tomándome por los hombros caminamos hasta donde estaba estacionado su auto. Subimos a este y manejó a alta velocidad para llegar lo mas pronto posible al hospital.

Bajé del auto, mientras él buscaba algún lugar para estacionarse. Yo caminé a paso apresurado por el lugar y al cuestionar en recepción sobre mi padre, me dieron indicaciones de que se encontraba en terapia intensiva.

Al llegar al piso donde estaba mi papá, me encontré en una sala de espera a mamá. No dude en acercarme a la mujer rubia.

—¿Cómo está? ¿Qué ha pasado? —cuestioné con prisa, necesitaba saber el estado de mi padre.

—No lo se, sigue en terapia intensiva. No se exactamente que es lo que pasó, simplemente estaba en casa y sufrió el infarto. —mamá se veía preocupada, al parecer había llorado puesto que tenía los ojos hinchados, no dudé en abrazarla.

El novio de mamá » roman bürkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora