Decoradores se movían de un lado a otro dando los toques finales a las mesas, el bartender agitaba la coctelera para serviles tragos a los primeros invitados en llegar, otros colocaban los centros de mesas, una chica elegía la vajilla y servilletas que se utilizarían esa noche mientras el servicio de buffet acondicionaba la mesa donde más delante de pondrían los platillos.
Eran las 5:46 y ya había leído y buscado en Google vario de los apellidos para saber cómo pronunciarlos a la hora de darles la bienvenida.
No me gustaba este tipo de eventos, siempre que se hacían ya sea en la tarde o en la noche intentaba evitarlos completamente. Son ambientes llenos de envidia. Mujeres estiradas queriendo resaltar más de que las demás, hombres que solo hablan de sus ganancias queriendo restregarla en la cara de los otros para ver si consiguieron más dinero con algún negocio.
Este tipo de ambientes no es lo mío, pero trabajo es trabajo.
Ni siquiera sabía de quien era esta fiesta, ya que yo no me encargaba de la reservación del salón.
(...)
Los invitados empezaban a llegar, por ahora no había fallado la pronunciación de ningún apellido, pero si había recibido varias miradas mordaces de algunas mujeres estiradas que te analizaban mejor que un detector de metales en el aeropuerto.
Varias personas se acomodaban en sus respectivas mesas mientras un grupo de hombres prefería quedarse conversando en el bar.
-Te dije que nos veríamos el domingo- susurró una voz cerca de mi oído causando que la tabla con los nombres de los invitados cayera de mis manos.
-Presentía que nada positivo saldría de un evento como este- giré para encontrarme a Beckett. Llevaba un traje azul marino a la medida que destacaba sus atributos físicos, su cabello estaba peinado hacia atrás meticulosamente.
- ¿Un evento como este? ¿Por qué dices ''este'' con tanta repulsión?
-Porque son todos iguales, un círculo de personas interesadas que se creen mejor que los demás porque han alcanzado algo en la vida, cuando la mayoría de ellos no ha hecho nada, simplemente han heredado la fortuna de sus padres o abuelos y otros simplemente se han casado con el mejor postor
-Oh, qué directa- murmuró sorprendido.
-Está en mi derecho expresar libremente mi opinión
-Lo digo por la forma tan libre que tienes de expresarlo. ¿Sabes? La mayoría no suele hacerlo, no delante de alguien de ''el circulo'' suelen decirlo a sus espaldas
-Me gustan las cosas de frente
-Sí, de eso me he dado cuenta
-Beckett- Se unió una tercera voz a la conversación- tiempo sin verte- ambos hombres estrecharon sus manos.
-Lo mismo digo, White- su tono de voz era diferente, sonaba más intimidante y prepotente. Me imagino que era el tono que usaba para las personas de su círculo social.
- ¿Y esta hermosa señorita? ¿Es tu acompañante? -Preguntó el tal White.
Beckett me dedicó una mirada y unos segundos después sonrió. Ya sabía por dónde iba esto así que cuando iba a responder decidí contestar yo.
-No, Sr. White, trabajo aquí. Solo estaba organizando algunas cosas con el Sr. Beckett, pero ya todo está resuelto. Si me disculpan, tengo que seguir trabajando, y gracias por el cumplido
-A tu orden- Respondió con una sonrisa coqueta. Que hombre.
Antes de retirarme pude ver la cara de rencor de Beckett. Idiota.
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Se supone que había venido a controlar la lista de invitados y a organizar a cada quien en su respectiva mesa y después me iba a casa. Ya tenía tres horas aquí, todo el mundo ya estaba en su mesa y vinieron los invitados que tenían que venir, mi trabajo ya estaba hecho, pero cada vez que iba a escaparme aparecía algo que hacer y necesitaban mi ayuda.
Algún idiota había lanzado las flores que había en el barandal de la terraza entonces yo tuve que arreglarlas.
-Al parecer fue buena idea tirar las flores ya que cada vez que he intentado volver a hablarte siempre estas ocupada con otra persona- Maldito infeliz. ¡Tengo tierra en mis uñas por su culpa! Gracias a Dios las tengo pintadas.
-Existe otra manera de hablar conmigo Sr. White. Simplemente pudo haberme llamado
-Creo que estabas muy ocupada para atenderme, ¿Una copa de champaña? - preguntó extendiéndola. Ni siquiera me había dado cuenta de que traía una extra.
-Estoy trabajando, no puedo tomar
-Solo es una copa
-Muy amable, pero no gracias
-Como desees- dijo colocando la copa extra al lado de una maseta y dando un sorbo a la de él. -No nos hemos presentado bien, ¿Cuál es tu nombre?
-Carla
- ¿Solo, Carla? ¿Sin apellido?
-Por ahora no
-Uhm, discreta. Soy Lucas, Lucas White
-Eso lo sé Sr. White, yo manejaba la lista de invitados
-Cierto. Cuéntame, Carla, ¿Eres organizadora de eventos o algo así?
-No, trabajo aquí, en recepción
-Oh, eres recepcionista. Te ves demasiado ágil para trabajar en una recepción. Toma mi tarjeta, cuando cambies de opinión me llamas
-Claro, porque lo llamare sin saber qué tipo de trabajo me ofrecerá, no hay problema – respondí sarcástica lo que causo que una ronca risa se le escapara.
-Tengo una empresa publicitaria, en la tarjeta lo dice, Carla. Esperare tu llamada.
-Tal vez lo haga. Tengo que seguir trabajando. Pase buenas noches Sr. White
-Igualmente, Carla. Fue un placer hablar contigo
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Encuentro Inesperado (TERMINADA).
RomansNo todos tomamos buenas decisiones en nuestra vida. Nos equivocamos en alguna parte de esta; ya sea alguna acción, algún pensamiento o alguna relación. Esas decisiones pueden hacer que las personas con las que creíamos contar nos den la espalda y no...