-Hola- Lo escuché decir cuando bajé del auto y ni siquiera me miraba. No pude evitarlo y me acerqué a él rodeando mis brazos en su cuello abrazándolo.
-Eres un idiota- susurré sin romper el abrazo.
-Lo sé y lo siento mucho- respondió también susurrando y apretándome más. -No puedo evitarlo- Reí por su comentario.
-Connor- Me separé de él para mirarlo a los ojos. -Que sea la última vez que te desaparezcas por una estupidez como esa
- ¿No estás molesta?
- ¡No lo estoy! ¡Me molesta el hecho de que te alejaras por eso! Celeste y Carlos no me importan. Si no saben bien, y si saben, bien también. Me da igual, pero tú no me das igual, tú si me importas y me pone triste que te alejes como si nada
-Lo siento, yo solo... pensé que estarías molesta ¿De acuerdo? Me pasé al darle información a nuestros padres y cómo quieres estar en bajo perfil, yo solo me sentí presionado... no lo sé, yo...
-Tranquilo, entiendo el compromiso que sientes con ellos, pero ahora entiéndeme tú a mí. No estoy molesta, ¿Hablaste? Bien, ya está, es pasado y que ahí se quede. No voy a hablar más sobre este tema. Ahora subamos, Max se pondrá feliz cuando te vea.
***
- ¡Tío Cono! ¡Voviste! - gritó Max mientras corría por el pasillo para abrazar las piernas de Connor.
-Aquí estoy- Respondió Connor mientras lo levantaba.
-Y de aquí no se va
***
-Aaron, está no es una buena idea
-Carla, no sea exagerado, el yate no se hundirá ni nada. Tú hijo de 4 años es más valiente que tú.
-Max no sabe de la vida
- ¡Mami! - gritó Max desde el yate- ¡Ven!
Había llegado el día cuando esta mañana Aarón se apareció en mi puerta con sus bermudas azules y camisa blanca diciendo que hoy era día de yate y ya tenía todo listo. Max estaba felicísimo y Connor que ha estado en tantos le gustó la idea, pero los barcos de cualquier tipo me aterran y más por el hecho de que ni siquiera se nadar.
—Okay- fue todo lo que dijo Aarón antes de pasar su brazo por la parte de atrás de mis rodillas y cargarme en su hombro como si fuera un saco.
—¡Aarón! Estoy a punto de decirte una grosería
—Dios, que miedo- susurró sarcástico entrando al yate conmigo al hombro.
—Sabía que esto pasaría, por algo entré primero. No iba a pasar por eso de nuevo- escuché la voz de Connor mientras Aarón me bajaba de su hombro.
—¿De nuevo? - preguntó curioso como siempre.
—Cuando estaba embarazada la iba a llevar a un crucero por el caribe para que dejara todo el estrés atrás. Gracias al cielo no llegué a comprar los boletos porque ni siquiera quiso subir a ver el crucero y usó su embarazo como excusa
—No me gustan los barcos. Fin de la historia
—Eres una miedosa. Y necesito esa foto Connor
—¿Que foto?
—Esta— giró Connor su celular mostrándome una foto donde Aarón sonreía a la cámara mientras yo estaba en su hombro y a pesar que le iba a diciendo cosas me reía.
—Es horrible, bórrala
—No lo creo. Será la foto de mi pantalla de bloqueo
—Si claro
Un hombre se acercó y le dijo algo a Aarón. Minutos después el yate empezó a moverse.
—¡Sí! - Gritó Max contento. - ¡Vamos arriba!
—Pero aquí estamos bien, hay muebles y bebidas
—Arriba también hay, vamos- Aarón lo hacía a propósito y para el colmo Connor lo apoyaba.
No lo voy a negar, todo se veía muy hermoso y el viento delicioso, pero Dios, no podía evitar estar nerviosa al mirar al mar y no saber qué hay debajo me ponía los pelos de punta.
—Tranquila- Aarón susurró en mi oído mientras se pegaba a mi espalda y rodeaba mi cintura con sus brazos. -Si te caes, soy buen nadador
—No me voy a caer. Ni siquiera me pondré cerca de la orilla.
—Cobarde ¿No te gusta la playa?
—La amo. Pero no es lo mismo
—Es mar
—Pero yo puedo llegar hasta donde quiera y pueda. Aquí no sé qué tan profundo está
—¿Sabes nadar? — escuché la voz de Max. Al girarme vi que le preguntaba a Meghan. Ni siquiera me había percatado de que estaba aquí. Ella solo levantó la vista de su celular y lo observó.
—Sí— fue lo único que le dijo.
—Yo no, pero mi tío Cono me va a enseñar ¿Quién te enseñó?
—En la escuela
—En mi escuela tenemos piscina. Pero es solo para los grandes y está en su lado de la escuela, tú podrías ir porque eres grande
—¿Como te llamas?
—Max. Y tú eres Meghan
—¿Como sabes mi nombre?
—Porque estuve en tu casa cuando fuiste grosera con mi mami ¿Ya te disculpaste? — fue gracioso ver cómo Meghan se sonrojaba y Max la miraba fijo esperando su respuesta.
—No— susurró. Max abrió los ojos muy amplios sorprendidos por su respuesta.
—¿Por qué no? Eso está mal
—Son cosas de adultos
—Tú no eres aduta. No hablaré contigo hasta que te disculpes. Adiós- Fue todo lo que dijo antes de irse corriendo a donde estaba Connor.
—Ese niño te dará muchos dolores de cabeza— Aarón se burló.
El día no estuvo nada mal, comida deliciosa, buenas conversaciones y graciosos momentos en los que Max evitó que Meghan se acercara a Connor ya que al parecer es una de esas admiradoras que lo sigue en Instagram.
—Estoy muerta— resople cuando Aarón se detuvo frente a mi edificio.
—Hasta luego y Gracias, Aarón— Connor bajó de la parte trasera cargando a Max que ya estaba dormido.
—Gracias— Lo miré mientras me desabrochaba el cinturón.
—Espero que tú miedo por los barcos no sea tan grande después de hoy
—No estés tan seguro, pero fue muy bonito, y Max lo amo así que todo bien
—Tal vez use a Max para subirte a un crucero la próxima vez
—No bromees con eso Aarón ¿Nos vemos mañana?
—Será en una próxima. Tengo varias cosas atrasadas. Pero te llamare
—Está bien— Me acerque para besarlo de despedida.
—Me estás acostumbrando demasiado a ti. Eso no es bueno— No pude evitar reír por su comentario.
—Hasta maña... que estés disponible. Escríbeme cuando llegues
—Está bien— Nos dimos un último beso de despedida y bajé de auto.
—Carla— Llamó y me giré para saber que era. —Te amo— Declaró, arrancó el auto y se fue sin esperar mi respuesta. Seguí con la mirada el vehículo hasta que dobló la esquina y lo perdí de vista.
—También te amo— susurré al aire.
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Encuentro Inesperado (TERMINADA).
RomanceNo todos tomamos buenas decisiones en nuestra vida. Nos equivocamos en alguna parte de esta; ya sea alguna acción, algún pensamiento o alguna relación. Esas decisiones pueden hacer que las personas con las que creíamos contar nos den la espalda y no...