Capítulo 8: Seamos amigos

1.8K 303 24
                                    

Luhan fue caminando desde su clase regular, hasta la sala de ensayos del coro de la universidad. Era uno de sus lugares favoritos en el mundo, ya que cantar era una de las pocas cosas que le hacían sentirse como parte de algo. Incluso si no tenía muchos amigos y se sentara a comer en una esquina con los audífonos puestos con su música favorita, seguía siendo miembro activo de un club. La gente no odiaba a Luhan, sólo que él prefería mantenerse al margen por temor a ser lastimado, especialmente después de escuchar todos los rumores que decían sobre él. 

–¿Puedo?– uno de sus compañeros se sentó a su lado, también tenía su comida y se veía amable. 

–Claro– respondió Luhan con una sonrisa, retirándose la música al verlo. 

–Mira, lamento si piensas que soy un metido, pero me preocupa verte siempre solo. Lo he notado en las clases, en los pasillos y en el coro. A veces Yixing te hace compañía, pero normalmente estás por tu cuenta.

–Tranquilo, es que... no me gusta mucho la gente– se excusó el rubio con calma, mientras recogía su basura para tirarla. 

–También deberías comer más sano– el desconocido le ofreció una fruta y, como Luhan podía comer eternamente, la aceptó gustosamente. 

–Vivo solo y no soy muy bueno en la cocina, por eso compro mi comida– se excusó con una sonrisa el rubio. 

–Omo, miren eso, eres realmente bonito– lo elogió su compañero. –Ahora entiendo por qué todos dicen que eres tan guapo. Creo que por eso me sorprende que no estés rodeado de personas todo el tiempo. 

–Cuando la gente piensa que lo único que puedes ofrecer es una cara bonita, no toman en cuenta tus sentimientos– el comentario de Luhan sonó un poco amargo. 

–Lamento que te sientas así, debe ser muy duro. ¿Quieres más fruta?– ofreció el otro chico amablemente. 

–Pero tú eres diferente a ellos, ¿verdad?– preguntó Luhan, aparentemente esperanzado y en ese momento un celular interrumpió sus palabras. El chico le hizo una señal al rubio de que no se moviera mientras él atendida la llamada. 

–¿Sí? Hola. Sí, estoy en el coro. ¿Qué? Hasta las cuatro. No, pensaba ir solo. ¿Cómo? ¡Pero esa es una hora completa! Jongin, por favor... Está bien, esperaré. Sólo no te demores. ¿Eh? Sí, lo estoy haciendo. 

Luhan no pudo evitar escuchar y reír ante semejante conversación. El chico colgó y se acercó de nuevo a él. 

–Lo lamento. Siempre llama en los momentos menos esperados– Kyungsoo guardó su celular, después de dar explicaciones. 

–Está bien. 

–No creo ser diferente. Soy una persona normal en todos los sentidos. Lo único extraño en mi vida es Jongin. No me fastidia precisamente, pero...

–¿Qué es Jongin para ti?– quiso saber el rubio curioso. Kyungsoo se sonrojó. 

–No lo sé, es algo confuso– explicó y luego cubrió su rostro. 

–Parece que está muy interesado en ti. ¿Tú lo estás de él?

–Sí, bueno, se puede decir que lo estoy. Pero estoy tan confundido como interesado. Es una persona extraña. 

–Las personas extrañas son las mejores– afirmó Luhan con mirada cómplice. 

–No sé si lo conoces, está en el grupo de baile. Todos lo llaman Kai. 

A Luhan casi se le salen las uvas por la nariz. ¿Kai?  ¿Era de verdad? El novio, o lo que fuera, del chico amable de los ojos grandes era nada más y nada menos que el mejor amigo/ peor enemigo de Sehun. Sus temporadas de amor odio eran frustrantes. Pero, entonces eso quería decir una cosa. 

Overdose: Sobredosis de emociones (OT12)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora