Capítulo 38 Historias de pareja IV: Nunca Jamás

893 189 19
                                    

Historias de pareja IV: Nunca Jamás

Dicen que los adultos creativos, son los que no han dejado que su niño interno muera. Chanyeol siempre me dio esa impresión.

Pero no era sólo su actitud de niño para jugar, divertirse o ser creativo. Era una actitud que te recordaba a un niño por su pureza. Siempre fue mi mejor amigo y yo pensaba que ambos manteníamos a nuestros respectivos niños internos, pero no era así. Chanyeol era realmente un niño puro, que jamás iba a crecer. Yo solamente era inmaduro. 

Me di cuenta que Chan era como Peter Pan. Pero él no se negaba a crecer, simplemente no podía hacerlo. Y cuando hablo de crecimiento, no me refiero al físico o a la altura. Porque el muy gigante no tuvo el menor problema en superarnos a todos. 

Fue así como Chanyeol se convirtió en mi Peter Pan, el niño que no crecía porque no le era posible y que se entregaba a las personas que quería de manera incondicional. Y no hablemos de su pureza, era algo que siempre quise tener y nunca logré. 

Siempre me asombré de que sus consejos eran tan buenos. Me gustaba el hecho de que veía todo desde una perspectiva especial que nadie podía entender. Yo hacía muchos esfuerzos, pero me resultaba imposible encontrar la lógica de su línea de pensamiento y, al final, siempre terminaba teniendo razón. 

Otra cosa que marcó nuestra amistad, es que Chanyeol siempre se llevó bien con mis novias. Incluso terminaba siendo su amigo después de que peleaban y terminaban conmigo. A veces, había momentos en los que eso realmente me molestaba, pero no me duraba mucho. Era imposible para mi resistirme a la sonrisa de bobo que tenía. 

Cuando yo le insistía en que Peter Pan no podía ser Petera Pan sin una Campanita y que yo estaba dispuesto y comprometido a encontrarle una, Chan me decía que no era cuestión de encontrar una Campanita, sino que la persona que lo era se diera cuenta. Jamás lo comprendí o, más bien dicho, lo hice demasiado tarde. 

Por alguna razón, siempre pensé que él iba a estar en mi vida para siempre, pero yo estaba muy equivocado. Sin que pudiéramos evitarlo, empecé a distanciarme de Chanyeol en día de nuestra graduación del colegio. Actuó de una manera tan extraña, se veía tan ausente, que incluso pensé que tal vez estaba molesto conmigo por algo. Pero no, sólo se veía muy triste. 

–¿Nostálgico?– le pregunté, sentándome a su lado al verlo apartado de los demás. 

–Un poco– me contestó, sonriendo sin mucho ánimo. 

–¡Vamos, Chan! Hoy nos graduamos del colegio. Dejamos de ser unos niños y en serio empezamos a encaminarnos al futuro. Ya podemos empezar a ser adultos, tú sabes. 

–Sí, lo sé. Eso no va conmigo. Tú siempre lo dices, soy como Peter Pan. Yo... no quiero crecer– confesó en voz baja. 

–Pero lo has hecho de maravilla– bromeé, haciendo que se ponga de pie y mostrando la gran diferencia de altura entre nosotros. Él se limitó a sonreír. 

–Yo preferiría quedarme en esos tiempos en los que nuestro mayor problema fuera que nos sacaran de clase pro armar escándalo. 

Los ojos del gigante de llenaron de lágrimas y a mí me invadió una extraña ansiedad, mezclada con confusión. Jamás, en toda nuestra amistad, lo había visto llorar. Para mí, Chanyeol era el chico que había estado conmigo cuando yo enfermaba, cuando yo mismo lloraba, cuando me enojaba, cuando hacía berrinche. En los momentos buenos y en los momentos malos. Yo sólo había sido capaz de ver su sonrisa. Era una situación extraña para mí. ¿Qué podía hacer? ¿Cómo debía reaccionar?

–Chan– acaricié su hombro, pero él me apartó con cuidado. –Chanyeol– lo llamé preocupado. –Estás triste y eso tiene sentido. A nadie le gusta crecer y enfrentar un futuro incierto que da miedo. Todos tenemos temores, pero a veces eso es bueno. Chan, por favor, no llores. 

Overdose: Sobredosis de emociones (OT12)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora