Capítulo 17: Lo que la mente olvida, el cuerpo recuerda

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Despierta. Despierta.

Kris despertó. El aroma de Tao se podía sentir por toda la habitación. ¿Podía ser eso posible después de todo lo que pasó? Se volteó y se incorporó, porque se había quedado dormido sobre su pecho. Lo único que tenía encima eran sus sábanas blancas y su cobertor negro. A pesar de que estaba todavía adormilado, se apoyó sobre sus codos para acomodarse y, justo en ese momento, advirtió que tenía un invasor en su cama. Era Tao. El menor de los dos se estaba colocando sus calcetines, estaba en ropa interior y una camiseta floja. Como le estaba dando la espalda, no pudo darse cuenta que él ya estaba despierto. 

–¿Vas a algún lado?– quiso saber el rubio, pronunciando las palabras con dulzura, algo opuesto a la mirada que recibió y que le hizo tener escalofríos. 

–No tengo idea de cómo terminé aquí– comentó Tao molesto, buscando algo que Kris supuso que era su ropa. 

–Yo tampoco. Tuve un sueño bastante extraño. Estabas ahí y ahora estás aquí. ¿Eso quiere decir que por fin regresaste?

–Pues, no eres el único que tuvo un sueño extraño y no sé por qué me da la impresión de que fue el mismo. Peor no, no me voy a quedar. Como te dije antes, te va a costar mucho tenerme de vuelta, Kris. 

El más alto de los dos se incorporó de la cama para poder tomar el brazo de Tao y atraerlo a su cuerpo. No le importaba estar desnudo y que el otro chico estuviera a medio vestir, lo abrazó mientras acariciaba su cabello y lo sostenía con fuerza de la cintura, no quería que se escapara. 

–Quédate– rogó en un susurro y juntó sus labios con los del con delicadeza por unos segundos. Tao tembló y se odió a sí mismo por ser tan evidente. Evidente, en el sentido en el que dejó que Kris supiera con claridad lo que provocaba en él. 

–No– respondió bajito, pero dejándose besar y mimar. 

–Algo más que un sueño perturbador pasó anoche, Tao. No me hagas decirlo en voz alta, porque te conozco y sé que te vas a sonrojar. Pienso que es una locura y quisiera dejar a un lado el hecho de que pudimos soñar lo mismo, porque no es probable que sea real. Pero, creo que es la oportunidad que tengo para mostrarte que estoy a tu lado. Estamos destinados a estar juntos y, así no lo admitas, sé que sientes lo mismo que yo. Jamás he compartido algo tan fuerte e íntimo y estoy seguro que tú tampoco. No eres mi primera pareja, pero eres mi primer amor. El único– Kris suspiró. –Maldición, sólo a ti te he dicho cosas tan cursis y me ha encantado cumplir tus caprichos. Dices que no quieres volver a verme, pero estás aferrado a mí, porque me quieres. 

–No te quiero– negó Tao, abrazándolo más. 

–Me quieres y te quiero. Lo sabes bien. 

–No– insistió el menor y el rubio se acercó para morder su labio inferior, haciendo que Tao soltara un suspiro, sonriera y lo besara por un largo tiempo. El más alto lo apretó contra su cuerpo, porque estaba demasiado feliz de tenerlo cerca. 

–Sólo quédate– pidió nuevamente Kris y lo abrazó de tal forma, que no lo dejó ir. Sabía que sus palabras hicieron un mejor trabajo que su fuerza, porque Tao ya no podía abandonarlo después de su sincera confesión. 

***

Despierta.

Baekhyun sentía dolor desde su abdomen hasta sus pies. No abrió los ojos hasta que estuvo sentado y, cuando finalmente lo hizo, se dio cuenta que no estaba en su habitación y que Chanyeol estaba a su lado, apenas tapado y boca abajo. El gigante abrazaba una almohada y tenía medio cuerpo en el piso, gracias a que la cama no era muy alta. Interesante. 

Overdose: Sobredosis de emociones (OT12)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora